La ciudad drusa de Majdal Shams, en los Altos del Golán, en el norte de Israel, despidió este lunes en un funeral a Guevara Ibrahim, el niño de 11 años desaparecido durante 24 horas tras el ataque del sábado, perpetrado por el grupo terrorista chií libanés Hezbollah.
Ibrahim desapareció el sábado por la tarde después del ataque. La familia mantenía la esperanza de que su hijo hubiera escapado a otro punto de la ciudad tras el impacto del cohete y hubiera sobrevivido, según los reportes.
Sin embargo, anoche la policía informó a la familia de que los últimos hallazgos confirmaban la muerte de su hijo, que se convirtió así, oficialmente, en la víctima número 12 del ataque. Los funerales de los otros 11 niños se celebraron ayer.
El del sábado ha sido el ataque más mortífero contra civiles en el lado israelí de la divisoria desde el estallido de la guerra en Gaza, cuando Hezbollah empezó a abrir fuego contra Israel en solidaridad con las organizaciones terroristas palestinas de la Franja.
Hezbollah, grupo armado y financiado por Irán, perpetró el ataque. Israel ha mostrado pruebas que demuestran que el proyectil se lanzó desde las zonas controladas por el grupo terrorista chií en el sur del Líbano.
El Gabinete de Seguridad, que reúne a la cúpula militar y de inteligencia del país junto a ministros de carteras importantes, autorizó al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a decidir la respuesta contra el grupo terrorista chií.
El estamento de seguridad habría recomendado al primer ministro llevar a cabo una «respuesta contundente de represalia» contra Hezbollah, pero evitar una guerra abierta en el Líbano, según filtraciones oficiales, algo que la llamada “comunidad internacional” también trata de prevenir.
Agencias colaboraron con este artículo de Aurora