En 2022, la clínica de fertilización in vitro Assuta de Rishon Lezion cometió un error en el proceso de transferencia de embriones a partir de la cual nació una niña que ya tiene dos años. La confusión se descubrió cuando el feto en gestación fue diagnosticado con problemas médicos, revelando en pruebas posteriores que ni la mujer que llevaba al niño ni su esposo eran los padres biológicos del feto.
Este lunes, el Tribunal del Distrito Central decidió revertir una decisión previa de un tribunal inferior, determinando que la niña debe permanecer con sus padres biológicos que la han criado, y no ser entregada a sus padres genéticos.
Originalmente el caso se había tratado en el Tribunal de Familia de Rishon Lezion de noviembre del año pasado, el que había dictaminado que la niña, conocida como Sophia, fuese transferida a la custodia de sus padres genéticos, después de haber sido criada durante más de dos años por su madre biológica y su pareja.
El Tribunal del Distrito Central, que vovlió a analizar el caso, destacó que la decisión era incorrecta ya que el principio ético debería ser que un niño no sea separado del cuidado de la mujer que lo dio a luz.
Además, los jueces también establecieron que los padres genéticos de Sophia deberían mantener un contacto estrecho con ella y que se le informe apropiadamente sobre su historia cuando sea el momento adecuado.
El tribunal también enfatizó que la madre biológica arriesgó su vida por la niña durante el embarazo al someterse a una cirugía para corregir problemas del feto, a pesar de las recomendaciones médicas de abortar, poniendo en riesgo su propia vida.
Por su parte, los padres genéticos de Sophia expresaron estar conmocionados y doloridos por la decisión.