El medallista dorado Artem Dolgopyat volvió hoy a Israel y fue agasajado por su familia y amigos luego de su triunfo en Tokio. La presea de oro colgada del cuello es el fiel reflejo de la histórica actuación del gimnasta en los Juegos Olímpicos 2020.
Globos, champagne y papelitos se impusieron para celebrar el retorno victorioso del campeón olímpico. Carteles impresos y a mano también se vieron en el aeropuerto, el cual, por momentos, parecía un estadio, en el que la gente coreaba su nombre.
«Esta es la bienvenida más cálida que he recibido en mi vida. Gracias a todos por venir. Tengo ganas de llorar por toda la emoción, incluso más que cuando gané la medalla”, expresó el atleta cuando los periodistas presentes se abalanzaron sobre él.
Su padre Olog y su madre Angela Bilan, además de su novia María Seikovitch, también festejaron el histórico triunfo israelí. A su vez, luego de ser levantado en andas por sus fanáticos, su mentor, colega y compañero Alex Shatilov lo saludó fervientemente.
Por último, tras ser el mejor del podio, Dolgopyat se enfocó en su próximo objetivo. Y así lo reflejó: “No vamos a detenernos, vamos a seguir adelante con nuestro enfoque en París, prepararnos para eso y traer honor al país. Necesitamos comenzar a pensar en una nueva rutina y verificar todas las nuevas reglas, y comenzaremos a trabajar para ver qué puntajes obtenemos”.