Mordechai Anielewicz y su novia Mira Fuchrer [Fujrer] en las ruinas del gueto de Varsovia. Pintado por Shimon Garmize. - Foto: Wikipedia - CC BY-SA 2.5

David A. Rosenthal

Iom Haazmaut (“Día de la Independencia” en hebreo) celebra la declaración de Independencia del Estado de Israel en 1948 proclamada por David Ben Gurión. Dicho evento tuvo lugar el jueves 5 de mayo, dando por finalizado los 3 feriados de la potencia de Oriente Medio.  

El otro de los “Iom”, es decir, día en hebreo, se refiere a Iom Hazikarón (“Día del Recuerdo” en hebreo) que conmemora y recuerda a las víctimas civiles arrebatadas a Israel (no solo judías, también cristianas y árabes israelíes) que cayeron bajo las manos impías e impiadosas del terrorismo. Además de las víctimas civiles, y no menos importante, se conmemora a los soldados caídos en batalla o que también fueron asesinados por terroristas islámicos, en especial, por Hamás.  

Y, quizás, el día que más significa no solo para Israel, sino para los judíos del mundo y la humanidad es el Iom Hashoá (“Día del Recuerdo del Holocausto”), que recuerda a las inocentes víctimas judías asesinadas por la maquinaria nazi y su plan de exterminio judío, entre esas víctimas, un millón y medio de niños.  

Entre otras cosas, también se recuerda la valentía de quienes resistieron o lo intentaron en los oscuros días de la Segunda Guerra Mundial, así como también a los sobrevivientes del Holocausto, y como no, a los Jasidei Umot Ha-Olam (“Justos entre las Naciones”) el más conocido tal vez es Oskar Schindler, aunque quien más judíos logró salvar gracias a su intermediación, vocación y sobre todo gran alma es sin duda el sueco Raoul Wallenberg, recordado como “El Ángel de Budapest” que llegó a salvar hasta 100 mil personas, para luego ser capturado, torturado y asesinado por los rusos en una de sus prisiones de la era soviética. 

Israel tiene la capacidad para conmemorar días tan duros y a la vez el día de mayor celebración nacional con motivo de esa Independencia que tanto honra, dignifica y significa para un pueblo. Los días de conmemoración tocan todas las fibras de los sobrevivientes o descendientes de los sobrevivientes del Holocausto. Tal como, la sociedad sufre, siente y teme de forma constante la amenaza del terrorismo y asimismo se siente un pálpito que no deja de latir con relación a las víctimas del terrorismo y los soldados caídos, teniendo en cuenta de que es un país con un servicio militar obligatorio tanto para hombres como para mujeres.  

Es triste comprender la realidad de Israel y darse cuenta de cómo los medios internacionales, la comunidad internacional y diferentes sectores intentan encubrir tanto dolor, que, si bien el pueblo judío ha aprendido a lidiar con él, no significa que no lo tenga o sienta, o que deje de festejar cuando debe festejar y sobre todo no detenerse ni un segundo en su misión eterna de ser un faro para el mundo.  

De hecho, la noche del 5 de mayo deja un atentado terrorista con al menos 3 muertos en la ciudad religiosa de Elad, asesinados con hachas, luego de que el inhumano grupo terrorista de Hamás hiciera un llamado a esto mismo.  

Israel se sabe recuperar y es más fuerte que sus enemigos, está demostrado no por palabras sino por hechos, no por suposiciones históricas sino por hechos. Dice el profeta del Eterno, Isaías: “Consuelen a mi pueblo; ¡consuélenlo!”¡Hablen al corazón de Jerusalén!

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