Por Ella Chissick
En las últimas semanas he estado participando en conferencias y eventos oficiales en el campus sobre el conflicto palestino-israelí y la guerra en la Franja de Gaza.
A los eventos asisten oradores de alto nivel, del mundo académico y de los medios de comunicación, autores de renombre e investigadores destacados en el campo.
En todos los acontecimientos destaca una declaración clara: los terroristas de Hamás son luchadores por la libertad y el criminal ataque del 7 de octubre, en el que fueron asesinados cientos de israelíes inocentes, es una respuesta natural a la actual ocupación israelí.
De esta manera, se justifica en una de las universidades más prestigiosas y codiciadas de Estados Unidos, y del mundo en general, la masacre de inocentes.
Primero, fui a escuchar a la otra parte, con la esperanza de encontrar interlocutores para el diálogo en los pasillos del campus.
Qué sorpresa sentí al descubrir que el extremismo comienza desde arriba, con profesores y periodistas bien vestidos que cuentan ante una sala llena de gente la resistencia y la valentía mostradas por los habitantes de Gaza el 7 de octubre.
Tampoco se olvidan de hablar en contra del «cruel israelí», «el ocupante», y no pierden la oportunidad de mencionar cuántos de los que sirvieron en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) deambulan por el campus «libremente».
Y los estudiantes, sedientos de guerra justa, aplauden a quienes predican el odio a Israel.
Quizás estos sean los más extremos de los extremos, quizás sea ignorancia, quizás sea un fenómeno pasajero.
Pero en estos eventos han participado oradores de alto nivel e influyentes, y está claro que los estudiantes percibieron su estatus único e incluso se vistieron con entusiasmo y festivamente en su honor.
“Vienen por todos nosotros», dijeron los oradores, «creando una sensación de histeria, persecución y pánico entre los estudiantes estadounidenses que estudian en Nueva York.
Después de una sentencia como ésta se sienten un grupo perseguido, cuando el perseguidor es, por supuesto, el israelí.
Todos los participantes derramaron lágrimas ante las difíciles historias sobre niños de Gaza que son asesinados por «el israelí que celebra su sangre», mientras se unen y se acercan en torno a la narrativa del odio contra el Estado de Israel, pero especialmente contra los israelíes.
No hay lugar aquí en el campus para la identificación israelí con el sufrimiento de Gaza y que al mismo tiempo reconoce la mano dura que se debe aplicar contra Hamas; y ciertamente aquellos que quieren apoyar a Israel deben tener cuidado.
«La situación en el campus está empeorando», afirmó uno de los profesores israelíes que se identifica como antisionista.
También es testigo de una radicalización en el campus que se ha vuelto ilimitada.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Ella Chissick, es miembro del Programa del Área Palestina del INSS y estudiante de maestría en “Estudios Islámicos” en la Universidad de Columbia
Qatar, con sus miles de millones de dolares «donados» a las universidades, los ha comprado a todos.
Es lamentable que el gobierno de EUA haya permitido tal cosa. Es harto conocido que EUA está siendo minado por los fanátícos religiosos de Arabia y por los tiranos gobernantes chinos. Es un río de millones de dólares los que esos países usan para comprar las consciencias de los dirigentes de gran parte de las universidades de EUA. Arabia financia muchos colegios en los que se les enseña a los estudiantes la yihad y la sharia. Los gobiernos de EUA han permitido tales cosas; me parece increíble.
Pero vamos a ver, ¿no es Qatar quien financia a universidades americanas? Pues blanco y en botella. Están financiando el relato. Que pena me da todo esto y cuanto me asusta. Cuando crece el antisemitismo, viene después el totalitarismo. Tenemos que intentar para el relato antisemita, por el bien del pueblo judío y por el bien de los que no somos judíos. Yo, tengo una kipá que compré en Jerusalén, cuando estuve hace años y la llevo por la calle (vivo en Madrid, España) en señal de apoyo a Israel. A veces me han insultado y me han llamado genocida. Pues yo sigo. Además, la foto de mi whatsapp tiene la bandera de Israel. Son detalles pequeños pero creo que necesarios. Sigo rezando por la vuelta de los rehenes y sus familias. Am Israel Jai
Los terroristas…
El que defiende a los terroristas de Hamás, son terroristas y asesinos iguales que aquellos.