A pesar de que el Gobierno libanés aprobó ayer el nuevo presupuesto general para 2020, así como reformas económicas para apaciguar las protestas en el país, miles de personas han vuelto a salir hoy a las calles por sexto día consecutivo para exigir la dimisión de todos los dirigentes de todas las tendencias.
Algunos de los manifestantes pasaron la noche en los puntos donde se han llevado a cabo las concentraciones, como la plaza Riad al Sohl, junto a la mezquita Azul de Beirut, para impedir el acceso del ejército, que esta mañana ha conseguido reabrir algunas carreteras cortadas por los manifestantes.
Por otra parte, como vienen haciendo desde la semana pasada, los manifestantes han recogido basura y escombros en los puntos de concentración, donde hoy se esperan nuevas protestas masivas.
Mientras tanto, muchas instituciones públicas y privadas permanecen cerradas esta semana, como los bancos, que lo estarán también mañana, mientras que las escuelas y universidades está previsto que reabran sus puertas el miércoles.
Además, a causa de las protestas que se están produciendo en todo el país desde el pasado jueves, la ministra de Interior, Raya al Hassan, decidió posponer las elecciones locales que iban a tener lugar el 27 de octubre hasta próximo aviso, según su oficina de Información.
Ayer, el primer ministro, Saad Hariri, anunció que el gabinete había logrado aprobar los presupuestos generales para 2020 con un 0,6 % de déficit y sin nuevos impuestos, además de otras medidas, como reducir el salario en un 50 % a todos los ministros, diputados y otros altos cargos, y eliminar organismos estatales no necesarios.
También prometió reducir los cortes de electricidad, en un país que 29 años después del término de la guerra (1975-1990) no consigue suministrar agua y luz de forma fluida a los ciudadanos.
«Si creen que con el anuncio de reformas nos anestesian, se equivocan. No cesaremos nuestro movimiento hasta sacar a toda la clase dirigente, porque estamos cansados de sus promesas vanas», dijo Amal, madre de tres hijos que asegura que tiene que hacer grandes esfuerzos para darles educación y de comer.
Por su parte, Kamal, un arquitecto sin trabajo desde que salió de la universidad hace cuatro años, consideró que «las autoridades quieren obligar a emigrar» a los jóvenes.
«Sigo resistiendo para lograr una patria que trata a todos sus hijos por igual y no sólo favorece a un grupo de corruptos que continúa llenándose los bolsillos mientras que el pueblo padece hambre», agregó.
El ex ministro de Trabajo y uno de los líderes del movimiento «Ciudadanos y Ciudadanas en un Estado», Charbel Nahas, calificó las reformas de «imbéciles y ridículas», y aseguró que «las manifestaciones continúan y los manifestantes están decididos a que sus reivindicaciones sean escuchadas». EFE