Los israelíes tiraron más de dos millones de toneladas de alimentos en 2021, según un informe publicado ayer. El mismo encontró al país en el último lugar de 18 países desarrollados en implementar políticas para reducir el desperdicio gastronómico.
El séptimo informe anual de rescate y desperdicio de alimentos de Leket Israel confirma que los israelíes desperdiciaron 2.6 millones de toneladas de comida en 2021. El costo promedio es de 21.3 mil millones de shekels.
Este desperdicio fue equivalente al 37 por ciento de los alimentos que se produjeron en Israel. La mitad de los alimentos que se desecharon fueron más de un millón de toneladas y cuestan 7.500 millones de NIS. Los mismos eran «rescatables y aptos para el consumo humano», según el informe de Leket. El mismo lucha contra la inseguridad alimentaria, incluso mediante la recolección y distribución de alimentos sobrantes que de otro modo podrían tirarse a la basura.
Leket señaló que los programas de rescate de alimentos podrían ayudar a mitigar los altos niveles de inseguridad alimentaria en el país. Se trata del 16,2% de los hogares israelíes, o unos 450.000 hogares, en 2021. La inseguridad alimentaria se define como la incapacidad de garantizar un suministro constante de alimentos que contengan todos los elementos nutricionales necesarios para un correcto desarrollo y salud.
“Rescatar solo el 20% de los alimentos que actualmente se desperdician cerrará toda la brecha de inseguridad alimentaria en Israel y costará solo 1.100 millones de NIS”, agregó el informe. Y añadió que las políticas de rescate de comida eran una chance viable a la producción de alimentos que ahorran dinero mientras reduce la pobreza.
El director ejecutivo de Leket Gidi Kroch, conluyó que no estaba sorprendido por los hallazgos. Y lamentó que las advertencias anteriores de la organización hayan sido «desechadas cada año». “La mayor ventaja del rescate de alimentos es la capacidad no solo de cerrar toda la brecha de inseguridad alimentaria en Israel con una cuarta parte del costo. Sino también una mayor utilización de los recursos naturales y la prevención de desperdicios”, comentó Kroch. “Además, el rescate de alimentos ayuda a reducir las emisiones de gases y contaminantes y fortalece la lucha contra la crisis climática global”.