Los humanos decidimos el juicio. Este año debe ser bienhechor

30 septiembre, 2024 , ,

Reflexionando sobre el Día del Juicio de este año

En Iom Teruá, vamos a combinar el regocijo y la solemnidad y llevar ropas alegres. En el pasado y en muchas comunidades, todavía hoy, nos ponemos ropa blanca o un kitel, esa túnica blanca que representa la pureza que esperamos alcanzar con nuestras plegarias en estos días sagrados.

La fuente de la combinación de la alegría de la festividad con la seriedad y solemnidad se encuentra en el libro de Nejemia (8:10):  “Además les dijo Ezra: ´Vayan y coman de lo mejor, beban vino dulce e inviten a quienes no tengan nada preparado, porque hoy es un día dedicado a nuestro Señor. No estén tristes, porque la alegría del Señor es nuestro refugio´”. La disposición fue que no se entristezcan ni lloren, cuando todo el pueblo gemía y suspiraba al oír las palabras de la Ley…

Nosotros estamos sometidos todo el año, “…a estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros” (Devarim-Deuteronomio 4:8). No siempre los comprendemos, a veces,  elegimos no entenderlos. No los estudiamos ni los deseamos oír, hasta que aparecen en el estruendo de las alarmas antiaéreas, o peor todavía con el ruido de las bombas caídas trayendo muerte y destrucción o del sonido del shofar, en su función de alarma, como dice: ”¿Se tocará el shofar en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? …” (Amós 3:6).

EN NUESTRAS MANOS ESTÁ LA POSIBILIDAD DE DECIDIR EL INICIO DEL AÑO

Deducimos del Talmud de Jerusalén (Capítulo 1 Halajá 3), que nosotros decidiremos cuándo será nuestro Día de Juicio.

El tribunal terrenal tiene la autoridad de decidir el calendario y sus fechas. Según el Sifrá Emor, parashá 9. La Torá establece en Vayikrá 23:2 “Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas del Señor, a las que llamaréis fiestas de santidad, éstas son Mis fiestas”. ¿Y de dónde se deriva que el año se intercala por el bien de los que viven en el exilio, (que dejaron sus lugares) y aún no han llegado (a Jerusalén para la fiesta)? De “los hijos de Israel … Las fiestas del Señor” – Organizar las fiestas de modo que puedan ser observadas por todo Israel. Si ese el año se tuviera que declarar embolismal, agregando un mes, y ellos, los integrantes del bet din, se sentaran y deliberaran y no pudieran proclamar, “será embolismal” hasta la llegada de Nisán, podría pensar que estuviera aumentado; por eso está escrito “que las proclamas … Mis fiestas”. Si las consagran, son “Mis fiestas. Si no, no son Mis fiestas”.

Es un don que tenemos que aprovechar. Es nuestra gran oportunidad.

NOSOTROS DETERMINAMOS LA DINÁMICA DEL TIEMPO

El Talmud nos trae a colación el conflicto entre los jurisconsultos sobre la fecha de Rosh Hashaná, en la mishná de Rosh Hashaná al final del capítulo 2: “Si la luna nueva ya era visible en el momento previsto, ¿cómo no iba a ser vista un día después?” Rabí Yehoshúa le dijo: Veo la lógica de tu afirmación; la Luna Nueva debe establecerse un día después. Al oír que Rabí Yehoshúa había desafiado su dictamen, Rabán Gamliel le envió un mensaje: Decreto contra ti que debes comparecer ante mí con tu bastón y con tu dinero el día en que ocurra Iom Kipur según tus cálculos; según mis cálculos, ese día es el once de Tishré, el día después de Iom Kipur. Rabí Akiva fue y encontró a Rabí Yehoshúa angustiado porque el jefe del Gran Sanedrín le obligaba a profanar el día que él sostenía que era Iom Kipur. En un intento de consolarlo, Rabí Akiva le dijo a Rabí Yehoshúa: Puedo aprender de un versículo que todo lo que Rabán Gamliel hizo al santificar el mes está hecho, es decir, es válido. Como está escrito: “Estas son las estaciones señaladas del Señor, convocaciones sagradas, que proclamarás a su tiempo” (Vayikrá-Levítico 23:4). Este versículo indica que ya sea que las hayas proclamado a su debido tiempo o que no las hayas declarado a su debido tiempo, sólo tengo estas Festividades como establecidas por los representantes del pueblo judío… Cuando Rabí Yehoshúa oyó que incluso Rabí Dosa ben Horkinas sostenía que debían someterse a la decisión de Rabán Gamliel, tomó su bastón y su dinero en la mano, y fue a Yavne a ver a Rabán Gamliel el día en que ocurría Iom Kipur según su propio cálculo. Al verle, Rabán Gamliel se levantó y le besó en la cabeza. Le dijo: “Ven en paz, mi maestro y mi alumno. Tú eres mi maestro en sabiduría, ya que Rabí Yehoshúa era más sabio que nadie en su generación, y tú eres mi alumno, ya que aceptaste mi declaración, a pesar de tu desacuerdo».

La corte humana decide el inicio del año, y su fallo se acepta en la Corte Celestial.

EL TRIBUNAL HUMANO FIJA EL MOMENTO DE LA CREACIÓN DEL MUNDO EN FORMA RETROACTIVA

Leemos en el Salterio 50: Porque la ley de Israel es un juicio para el Dios de Yaakov”, significando que “Si no es una ley para (el pueblo de) Israel, no es un juicio para el Dios de Yaakov”.

Si es así, y Rosh Hashaná es el día de la creación del humano, es él mismo el que fija su cumpleaños. Es el Recuerdo del Inicio de tus Acciones “este es el comienzo de tus obras” (ze hayom tejilat maaseja) decimos en la plegaria. Cuando ya estamos preparados para someternos al juicio, porque el humano determina la Creación.

Así llegamos al día de animarnos, temblorosamente, a compartir la alegría que provoca el optimismo, sin olvidarnos de la tristeza y el dolor que sufrimos y que tantos sufren en todo punto del globo.

DIOS RESPETA LA ORDEN QUE LE DAN LOS JUSTOS

En el libro de Job-Yiov (22:28): “¡Decidirás una cosa, y se te cumplirá, y en tus caminos resplandecerá la luz!”

En Bereshit-Génesis 18:25, encontramos a Abraham que dice: “Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?”

Joni “el dibujante de círculos” Hameaguel, fue otro de los justos según la mishná en Taanit 3:8: “…La gente le dijo a Joni Hameaguel: Rezad para que llueva…” ¿Qué hizo? Dibujó un círculo en el suelo, se colocó dentro de él y dijo ante Dios: Amo del Universo, Tus hijos han vuelto sus rostros hacia mí, ya que soy como un miembro de Tu casa. Por lo tanto, juro por Tu gran nombre que no me moveré de aquí hasta que tengas piedad de Tus hijos y respondas a sus plegarias pidiendo lluvia. La lluvia comenzó a caer, pero sólo en pequeñas gotas. Él dijo: Yo no pedí esto, sino que la lluvia llenara las cisternas, las acequias y las cuevas con agua suficiente para todo el año. La lluvia empezó a caer con furia. Él dijo: Tampoco pedí esta lluvia dañina, sino lluvia de benevolencia, bendición y generosidad. Posteriormente, las lluvias cayeron en su forma habitual pero continuaron sin cesar, llenando la ciudad de agua hasta que todos los judíos salieron de las zonas residenciales de Jerusalén y se dirigieron al Monte del Templo debido a la lluvia. Se acercaron y le dijeron Así como rezaste sobre las lluvias para que cayeran, reza también para que cesen. Él les dijo Salid a ver si la Piedra de los Reclamantes, una gran piedra situada en la ciudad, sobre la que se colocaban las proclamas relativas a los objetos perdidos y encontrados, ha sido arrastrada por el agua. En otras palabras, si el agua no ha borrado la Piedra de los Reclamantes, aún no es apropiado rezar para que cese la lluvia. Shimón ben Shetaj, el Nasí del Sanedrín de la época, transmitió a Joni Hameaguel (un justo): Si no fueras Joni, habría decretado tu ostracismo, pero ¿qué puedo hacerte? Tú regañas [mitatei] a Dios y Él hace tu voluntad, como un hijo que regaña a su padre y su padre hace su voluntad sin reprenderlo. Al fin y al cabo, la lluvia cayó como pediste. Sobre ti, dice el versículo: “Alégrense tu padre y tu madre, y regocíjese la que te dio a luz” (Mishlé-Proverbios 23:25).

Quien de nosotros pide con justicia y desde su buena acción decreta al Juez Supremo que cumpla su pedido.  

UN MODELO DE TESHUVÁ POCO CONOCIDO

Estamos en el inicio de los Diez Días de Arrepentimiento, que duran desde el comienzo de Rosh Hashaná hasta Iom Kipur. Estos días son importantes, ya que constituyen un tiempo de expiación y reflexión. Uno hace Teshuvá para arrepentirse de sus pecados.

Ninguna mala acción puede transformarse hasta que primero reconozcamos el error de nuestros actos.

El arrepentimiento, un paso privado y profundamente personal, implica que sintamos verdadero compunción por lo que hemos hecho. Uno no puede empezar a hacer teshuvá disculpándose por una acción si no cree realmente que se equivocó. Nuestros pensamientos son la base de nuestras acciones. Cada acción que tomamos comienza como un pensamiento en nuestra mente. Ya sea consciente o subconscientemente, nuestros pensamientos moldean nuestras decisiones, comportamientos y actitudes hacia el mundo que nos rodea.

Debemos aprender ser más conscientes de nuestros pensamientos y cómo identificar los patrones negativos y de qué manera cambiar hábitos inútiles.

Hoy es el momento de arrepentirnos por aquellos pensamientos que provocaron que nos equivoquemos.

Debemos lamentar las falsas concepciones que adoptamos, los prejuicios, la alegría por el sufrimiento del otro, también de aquellos que nos dañan. Debemos clamar por creernos superiores, por la falta de condena a quienes nos dañaron, por absolver a los culpables y condenar a los justos. No actuamos cuando lo debimos, porque no se puede practicar nada que no se piense previamente.

La teshuvá será completa, sólo si nos decidimos a no repetir el pensamiento incorrecto que provocaron nuestras acciones erróneas,  si reparamos a la parte perjudicada, si resolvemos trabajar diligentemente para no caer en el mismo comportamiento cuando la situación o la oportunidad se presenten de nuevo.

TIEMPO DE GOZO

El tiempo de regocijarnos pensando en el futuro que, después de superar los errores del pasado, haremos con nuestro esfuerzo.

Pero en nuestro Rosh Hashaná de este nuevo año no podemos ni debemos dejar de lado las pérdidas que hemos sufrido, los muertos, heridos, mutilados, secuestrados, las personas que se quedaron sin trabajo y sin hogar, los niños sin colegios, mientras que parte de nuestro pueblo decidió conscientemente apartarse del esfuerzo de la defensa de sus familias, de su nación, atacados a mansalva por la turba asesina, demostrando que estaban en la golá pese a vivir en Israel.  

Recordemos que en uno de los momentos más dramáticos de la historia judía, un primero de Tishré, Ezra el Escriba reunió al pueblo en Jerusalén y les leyó la Torá, y allí con esa acción unió al pueblo y sentó las bases de su futuro.

PIDIENDO POR UN AÑO DE RECOMPOSICIÓN, REPARACIÓN, RESTABLECIMIENTO 

Aprovechemos este momento de gran celebración y de sutil inquietud. Celebremos nuestra creación, pero también revisemos y juzguemos nuestros actos.  Repasemos las elecciones que hemos hecho durante el trágico año pasado, nuestras acciones y nuestras intenciones, en un intento de evaluarnos honestamente.

Si logramos pensar mejor, y en consecuencia, actuar con justicia (como los tzadikim), influenciaremos sin duda sobre el Creador obligándole a inscribirnos en el Libro de la Vida.

Que todos tengamos un SHANÁ TOVÁ de paz y concordia, de seguridad y solidaridad, de prosperidad y de elevación.

Harav Yerahmiel Barylka (Israel).

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