Las minas terrestres y los restos de explosivos sin detonar mataron a 60 menores y otras 249 personas en Siria desde el derrocamiento de Bashar al Assad el pasado mes de diciembre, denunció Human Right Watch (HRW).
Además, estos materiales bélicos abandonados hirieron a 379 personas desde el 8 de diciembre de 2024, conforme los datos de INSO -organización internacional dedicada a mejorar la seguridad de los trabajadores humanitarios-.
Después de 14 años de conflicto Siria se encuentra “gravemente contaminada” con explosivos, lo que supone un “riesgo letal” para “el retorno seguro y los esfuerzos de reconstrucción”, señaló la organización en una nota de prensa.
HRW aseguró que estos sucesos accidentales suceden con más frecuencia desde diciembre, ya que miles de personas han regresado a Siria tras la caída del expresidente, por lo que la movilidad por todo el país aumentó considerablemente.
En este sentido, la organización instó al gobierno de transición a “colaborar con donantes internacionales para establecer estructuras, políticas, procedimientos y programas que permitan la rápida identificación y eliminación de minas y restos explosivos de guerra”.
“Sin esfuerzos urgentes y a nivel nacional para la limpieza, más civiles que regresan a casa para recuperar sus derechos fundamentales, sus vidas, sus medios de subsistencia y sus tierras seguirán resultando heridos o muertos”, advirtió el investigador principal sobre crisis, conflictos y armamento en HRW, Richard Weir.
Según miembros de la comunidad de acción contra las minas y funcionarios de la ONU la dificultad para abordar esta problemática recae en varios factores, entre ellos “la falta de información organizada, la escasa coordinación y la ausencia de instituciones y organismos nacionales”, además de barreras administrativas para “el ingreso y movilidad de actores de acción contra las minas en Siria”.
HRW instó al gobierno interino a establecer “urgentemente” una autoridad nacional civil para la acción contra las minas y un centro de coordinación que trabaje en estrecha colaboración con el Servicio de Acción contra las Minas de la ONU (UNMAS); asimismo, indicó que las autoridades deberían garantizar que las actividades de desactivación de minas reciban financiamiento adecuado y además de proporcionar apoyo económico a las víctimas.
Según la organización, comunidades e individuos que retornaron a sus lugares de origen en Siria han decidido tomar acción en la limpieza y desactivación de artefactos explosivos en sus vecindarios y campos de cultivo, sin “equipos especializados ni formación formal” para atender esta necesidad. EFE
Los explosivos sin detonar mataron a más de 300 personas en Siria desde la caída de Assad
