Los ataques aéreos en Deir al Zur, Siria, podrían presagiar un conflicto más profundo

El presidente de Irán Masoud Pezeshkian se reúne con el primer ministro sirio Hussein Arnous en Teherán, el 29 de julio Foto: Presidencia de Irán / IRNA

Por Jonathan Spyer.

Las tensiones aumentan en Deir al Zur a medida que las milicias respaldadas por Irán atacan a las fuerzas estadounidenses, lo que pone de relieve la batalla estratégica por las rutas de armas entre Teherán y Beirut.

La noche del lunes 12 de agosto, milicianos alineados con Irán dispararon seis proyectiles contra la base estadounidense en la zona del campo de gas de Conoco, en la provincia siria de Deir al Zur. No hubo heridos.

El ataque se produjo tras un incidente ese mismo día en el que ocho miembros de una milicia apoyada por Irán murieron cuando un dron atacó su vehículo que viajaba desde la aldea de al Kishmah a al Duwair, cerca del estratégico cruce fronterizo de al Bukamal entre Irak y Siria.

Nadie asumió la responsabilidad por la muerte de los ocho milicianos. Israel a veces ataca objetivos iraníes en esta zona, que constituye un nodo vital en la ruta iraní de armas que va desde el propio Irán hasta el Líbano, el Mediterráneo e Israel.

Sin embargo, el balance de probabilidades sugiere que estos ocho hombres armados en particular no murieron a manos de artillería israelí, sino más bien como resultado de la acción de la coalición liderada por Estados Unidos en Siria.

Comprender este repentino estallido requiere una mirada más profunda a los acontecimientos de los últimos siete días.

Efectivos del grupo terrorista Hezbollah durante un ejercicio en el sur del Líbano Foto: Agencia de Noticias Tasnim CC BY 4.0 vía Wikimedia Commons

Los ataques de Conoco y al Bukamal son los últimos movimientos en un fuerte aumento de las tensiones en la provincia estratégicamente vital de Deir al Zur y sus alrededores durante la semana pasada.

La provincia siria de Deir al-Zur está actualmente dividida en dos. La división corre a lo largo de la línea del río Éufrates, la principal vía fluvial de Siria.

Al este del río, el área es administrada por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alineadas con Estados Unidos y dominadas por los kurdos. Las fuerzas estadounidenses mantienen bases en la zona, cerca del yacimiento petrolífero de al Omar y del yacimiento de gas de Conoco.

Al oeste del río, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) y sus milicias aliadas tienen el control, en asociación con sus aliados entre las fuerzas del régimen de Bashar Assad.

Los grupos alineados con Irán ganaron la carrera contra las fuerzas alineadas con Estados Unidos por el valle del río Éufrates en el verano de 2019.

Los iraníes tienen el control.

En consecuencia, los iraníes controlan el paso fronterizo de al Bukamal y sus alrededores, y lo utilizan para el transporte de armas y material para sus aliados en los frentes más al oeste.

Irán quiere expulsar a Estados Unidos de Deir al Zur y ha estado tratando de fomentar una insurgencia entre las tribus árabes suníes de la provincia como parte de este esfuerzo.

«El principal objetivo de Irán es venir y controlar esta región», me dijo Abu Ali Fullat, oficial del consejo militar de Deir al Zur, durante una visita a la región a finales de marzo.

Hablamos en una polvorienta base de las FDS a pocos kilómetros del río. «Están tratando de utilizar todo tipo de métodos para lograrlo», dijo. «Tenemos ataques al otro lado del río casi a diario. No es sólo Irán sino también el régimen [de Assad] que envía a los mercenarios al otro lado del río”.

El ritmo de esta confrontación, en gran medida ignorado por los medios occidentales, fluctúa y refluye según la situación regional más general.

En la actualidad, se ha intensificado abruptamente, casi con certeza como resultado del aumento más general de las tensiones entre Estados Unidos e Irán, que a su vez se deriva del actual conflicto regional entre Israel e Irán y sus apoderados [proxies].

El 7 de agosto, las milicias apoyadas por Irán lanzaron un ataque repentino a través del Éufrates.

El ataque siguió a una acometida con cohetes contra efectivos estadounidenses estacionados en la base aérea de Al Asad en Irak, el 5 de agosto, que parece haber sido el pistoletazo de salida para el comienzo de la actual intensificada agresión. Cinco soldados estadounidenses y dos contratistas resultaron heridos.

Las milicias de Deir al Zur intentaron avanzar hacia el yacimiento petrolífero de al Omar y la base estadounidense contigua.

Una declaración de las FDS reportada por el periódico kurdo ANF News afirma que los ataques fueron repelidos en cuatro horas y que ocho de los atacantes murieron y 16 resultaron heridos.

El informe también señaló la muerte de 11 residentes civiles de la aldea de Dahlah en el área controlada por las FDS, incluidos seis niños, como resultado de los bombardeos de las fuerzas alineadas con Irán.

Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los enfrentamientos provocaron un refuerzo de la presencia estadounidense en Deir al Zur, con un convoy de 12 vehículos militares y blindados, y 20 camiones con equipamiento militar y logístico, dirigidos hacia el sur de la provincia desde Hasakeh, la provincia más estable al norte bajo el control de las FDS.

La batalla continúa

Los enfrentamientos continuaron y el lunes las FDS lanzaron un contraataque en dirección a al Bukamal. Las fuerzas de las FDS también actuaron para aislar a las fuerzas proiraníes y del régimen de Assad ubicadas dentro del territorio de las FDS.

Una de las anomalías del área al este del Éufrates es que el régimen de Assad mantiene una presencia militar en dos áreas al este del Éufrates: en pequeñas partes de las ciudades de Hasakeh y Qamishli.
Estas áreas han sido reducidas constantemente durante los últimos 10 años y están rodeadas por las FDS.

Tras los ataques del 7 de agosto, las fuerzas de las FDS rodearon las zonas y varios oficiales del régimen fueron arrestados, según fuentes de las FDS.

El viernes 9 de agosto, en medio de los combates, un dron fue lanzado contra la base estadounidense de Kharab al Jeir en la zona rica en petróleo de Rumeilan, en la provincia de Hasakeh. Varios medios de comunicación regionales informaron que el dron fue lanzado desde Irak.

Tres días después de esto, tuvo lugar el ataque con drones que abatió a la milicia respaldada por Irán cerca de al Bukamal.

Dado el contexto de los acontecimientos de los días anteriores, es abrumadoramente probable que la coalición liderada por Estados Unidos fuera la responsable y que el contraataque tuviera como objetivo restablecer la disuasión entre las fuerzas alineadas con Estados Unidos y sus oponentes vinculados a Irán.

¿Tendrá éxito? El ataque posterior de Conoco y la evidencia de los últimos siete meses sugieren que no.
Pero también parece que los iraníes no buscan actualmente convertir a Deir al Zur en un frente importante en la confrontación regional.

Las milicias asociadas a Irán han llevado a cabo más de 200 ataques contra bases de la coalición liderada por Estados Unidos en Siria desde octubre de 2023.

La mayor parte de los ataques no han sido lanzados desde la Siria controlada por el régimen/Irán al oeste de la zona estadounidense/kurda, sino más bien desde el este, desde Irak.

De manera similar, Siria no ha sido utilizada como lugar para ataques contra Israel, como lo han sido el Líbano, Irak y Yemen.

Esto está en línea con el esfuerzo general del Eje liderado por Irán para mantener a Siria fuera de la actual ronda de hostilidades, en la medida de lo posible.

Irán mantiene su vínculo

El Eje liderado por Irán prefiere mantener esta zona como un vínculo terrestre vital entre sus fuerzas, en lugar de un escenario principal de conflicto.

Deir al-Zur, cuyo destino está directamente relacionado con la ruta armamentista Teherán-Beirut, es la excepción parcial a esta regla general.

El combate allí pasa en gran medida desapercibido para los medios internacionales, que se cansaron de Siria hace unos años. Pero el destino de Deir al Zur no es irrelevante y hay una razón por la cual los iraníes están gastando esfuerzos y vidas tratando de expulsar a los estadounidenses y poner fin a la presencia de las FDS allí.

El estrecho pasaje de al-Bukamal deja la autopista armamentista Teherán-Beirut vulnerable a ser cortada rápidamente por un movimiento terrestre desde el norte, o a que los convoyes de armas que la atraviesen en tiempos de guerra sean destruidos desde arriba.

La posesión de la provincia en su totalidad pondría fin a esta vulnerabilidad.

Ésa es la razón por la que Teherán sigue teniendo a sus fuerzas aliadas llevando a cabo su lenta insurgencia a lo largo del Éufrates.

Por eso también es importante y relevante que Occidente y sus aliados sigan manteniendo su posición en este frente en gran medida olvidado de la lucha que actualmente se libra en la región.

Fuente: The Jerusalem Post

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