Las milicias han retomado su avance en la ciudad de Sirte, bastión jihadista en una Libia inmersa en el caos y con tres gobiernos enfrentados: uno rebelde en Trípoli, otro en Tobruk elegido en junio de 2014 y reconocido por la comunidad internacional y un tercero de «unidad nacional».
El último, al que apoyan la ONU y la mayoría de las potencias mundiales, no es reconocido por los otros dos.
Éstos se disputan el poder apoyados por grupos islamistas, «señores de la guerra», líderes tribales y contrabandistas de petróleo, armas, personas y drogas, situación que grupos jihadistas afines al Estado Islámico (EI) han aprovechado para conquistar territorios.
El pasado diciembre ambos gobiernos firmaron en Sjirat (Marruecos) un acuerdo para formar un Ejecutivo de unidad nacional denominado Consejo Presidencial y acabar con la dualidad institucional, bajo patrocinio de la ONU.
En enero de 2016, el Consejo Presidencial nombró el nuevo gobierno, encabezado por Mohamad Fayez Al Serraj, con el objetivo de que los dos parlamentos rivales lo reconozcan.
Estar contentos con una guerra es una falta se sencibilidad,haga quien la haga./