Un fragmento de la exposición Der Ewige Jude (“El judío eterno”), que demuestra los rasgos anatómicos “típicos” de los judíos. Foto: Wikipedia - CC BY-SA 3.0 de

El Partido Nazi adoptó y desarrolló varias clasificaciones raciales pseudocientíficas como parte de su ideología (nazismo) para justificar el genocidio de grupos de personas que consideraba racialmente inferiores. Los nazis consideraban a la supuesta “raza aria” una “raza maestra” superior, y a judíos, africanos, mestizos, romaníes, eslavos y otros grupos étnicos como “infrahumanos” (Untermenschen) y racialmente inferiores, cuyos miembros estaban destinados a trabajos forzados y exterminio. Estas creencias surgieron de una mezcla de antropología del siglo XIX, racismo científico y antisemitismo.

Jerarquía racial

Los nazis afirmaron observar una jerarquía estricta y científica de la raza humana, Las opiniones de Adolf Hitler sobre la raza y las personas se encuentran a lo largo de su libro de manifiesto autobiográfico Mein Kampf (Mi lucha) pero, más específicamente, se encuentran en el capítulo 11, cuyo título es “Nación y raza”. El texto de propaganda estándar que se entregó a los miembros de las Juventudes Hitlerianas contenía un capítulo sobre “Las razas alemanas” que citaba en gran medida las obras de Hans Friedrich Karl Günther. El texto parece abordar las razas europeas en orden descendente en la jerarquía racial nazi: la raza nórdica, la raza mediterránea, la raza dinárica, la raza alpina y la raza báltica oriental.​ En 1937, Hitler habló en el Reichstag y declaró: “Hablo proféticamente. Así como el descubrimiento de que la tierra se movía alrededor del sol condujo a una transformación completa de la forma en que la gente veía el mundo, así también la sangre y las enseñanzas raciales del nacionalsocialismo cambiarán nuestra comprensión del pasado y el futuro de la humanidad”

Hitler culpó de la pérdida de Alemania en la Primera Guerra Mundial a los “enemigos internos”. Ante las dificultades económicas provocadas por el Tratado de Versalles (1919), se culpó a los judíos que residían en Alemania de sabotear el país. Los nazis, por lo tanto, los clasificaron como la raza más inferior y utilizaron términos despectivos como Untermensch (infrahumano) y Schwein (cerdo). La propaganda nazi respaldó la teoría de la conspiración antisemita de la puñalada por la espalda que afirmaba que los alemanes no habían perdido la Primera Guerra Mundial en el campo de batalla, sino que habían sido traicionados por ciudadanos alemanes, especialmente judíos.

Hitler enunció el 24 de febrero de 1920 el Programa Nacionalsocialista. El punto 4 decía: “Nadie sino los miembros de la nación pueden ser ciudadanos del estado. Ninguno excepto los de sangre alemana, cualquiera que sea su credo. Ningún judío, por lo tanto, puede ser miembro de la nación”.

Günther describió en sus obras, por ejemplo en Rassenkunde des jüdischen Volkes (“Etnología del pueblo judío”), que los judíos pertenecían predominantemente a la “raza del Cercano Oriente” (a menudo conocida como la “raza armenoide”) y que los judíos se habían vuelto tan racialmente mezclados que posiblemente podrían ser considerados como una “raza de segundo orden”.​ Describió a los judíos asquenazís como una mezcla de los grupos del oriente próximo, orientales, bálticos orientales, de Asia interior, nórdicos, camito-semitas y negros; y a los judíos sefardíes como una mezcla de orientales, del cercano oriente, mediterráneos, camitas, nórdicos y negros. Creía que los judíos tenían características físicas diferentes a las de los europeos. Después de definir los orígenes raciales de los judíos, Günther comenzó a desarrollar teorías sobre por qué los judíos eran tan distinguibles como pueblo y diferentes a los pueblos europeos; escribió que era por la forma en que se veían, hablaban, gesticulaban y olían. 

En 1934 los nazis publicaron un panfleto titulado “¿Por qué la Ley Aria?” que intentó justificar la separación de alemanes no judíos y alemanes judíos. 

En 1935, los nazis anunciaron las Leyes de Núremberg que prohibían las relaciones sexuales y los matrimonios entre alemanes no judíos y alemanes judíos. Las leyes también establecían que a los judíos no se les permitía emplear a alemanes no judíos menores de 45 años en sus hogares y a los judíos no se les permitía enarbolar la bandera nacional o del Reich ni exhibir los colores del Reich.

Fuente: Wikipedia

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4 thoughts on “Las teorías raciales nazis”
  1. En general, el racismo persiste en muchos países, y aunque estas teorías raciales están defenestradas, continúan otras parecidas matizando o manipulando los descubrimientos científicos, cuando no continúan con el creacionismo o con la teoría pseudocientífica del diseño inteligente. Sin embargo, aparte de las diferencias más que evidentes en el aspecto exterior, o aunque por ejemplo sí que existen diferencias en las medias de coeficientes intelectuales, en cualquier caso los europeos y blancos americanos saldrían perdiendo con los judíos askenazis o con los asiáticos, o por ejemplo en España hay muchos o la mayoría de los españoles son muy ramplones, igual tan solo 2-3 como mucho habrá que destaquen en cada clase de unos 50 alumnos. Pero sin duda lo que peor les ha debido sentar a los racistas son los recientes descubrimientos en genética y paleogenética. Por ejemplo en España desde hace unos pocos años se sabe que en las regiones de Galicia y alrededores: Asturias, León y Castilla La Vieja, se encuentran los españoles con los mayores porcentajes de ADN de moros y judíos, y peor aun sería el caso de Portugal, se cree que debido a migraciones huyendo de las persecuciones. Siendo los del sur, los andaluces, los que frecuentemente son tachados de retrasados y moros por los españoles más fascistas o del norte, mientras que los gallegos serían de la raza celta o celtíbera equivalente a la aria nazi, aunque los gallegos también sean conocidos por rurales y muy atrasados, además de supersticiosos y excesivamente dubitativos, en cualquier caso los racistas españolas lo reinterpretan como sabios o brujos druidas.

  2. Aun peor para los racistas fue la publicación en el 2017 de los descubrimientos en paleogenética acerca del origen genético de los europeos, científicamente indiscutibles, como que dl ADN masculino, el cromosoma Y, de todos los europeos procede de los yamna o yamnaya, un pueblo estepario en las actuales Ucrania/Rusia que hace unos 4500 años invadieron Europa, sustituyendo a toda la población masculina, aunque tampoco eran europeos autóctonos, si no una mezcla de varias migraciones a lo largo de varios milenios, generalmente de regiones de Oriente Medio y Turquía, o incluso antes, hace tan solo 10.000 años, todos los europeos eran de piel negra o muy oscura y con el pelo negro y algo rizado. La mayoría de los idiomas europeos, todos los denominados indoeuropeos, se deben a los yamna o yamnaya.

    No existirían las razas, como mucho los grupos poblacionales si se quiere acotar mediante algún criterio genético, que normalmente coincidirá con una región geográfica más o menos delimitada. Han aparecido críticas tratando de desmentir estos descubrimientos, sobre todo procedentes de España y Portugal, donde expertos en diversas materias procuran introducir matices localistas, o en redes sociales se ven a españoles demostrando su españolidad con un análisis de ADN individual y nombrando a sus tatarabuelos, o en España es posible investigar los orígenes familiares bastante lejanos a través de los libros de bautizados que guardan las iglesias católicas españolas, sin embargo, esto no tiene mucho que ver con una supuesta raza española ni demuestra que estos españoles no tengan mezclas de ADN, como sí demuestran científicamente los análisis de ADN a la población general escogida al azar.

    1. Muy buenos comentarios, pero quiero destacar que los españoles estamos ahora en feliz proceso de mestización con el resto de europeos y con iberoamericanos (independientemente del origen étnico-racial de éstos). Todas estas poblaciones se encuentran por millones en territorio español, y todavía han de llegar muchos más. Africanos y asiáticos también se encuentran en cantidad, aunque el mestizaje con ellos va a un ritmo mucho menor.

  3. Muy bien que se incida en este tema, que es el que convierte en criminal y genocida al régimen nazi. Es desesperante como muchas veces la derecha y la izquierda se enfrascan en estúpidas discusiones sobre si el nazismo era «capitalista» o «socializante» (cada bando dice que era lo contrario a lo que es él); en el mundo ha habido regímenes o Gobiernos muy capitalistas y otros muy socializantes (incluso en el mismo Israel) y ninguno de ellos ha sido criminal por ello, pues la criminalidad empieza cuando se adoptan estas teorías raciales. Esto, por ejemplo en España, lo esgrimen sobre todo los sectores más a la derecha, que cuando se les indica que están haciendo valoraciones étnicas cercanas a las que hacía el nazismo responden diciendo «no, porque el nazismo era nacional-SOCIALISMO y, por tanto, de izquierdas, no como nosotros, que además nos llevamos bien con Israel». Y yo me pregunto. ¿Qué tendrá que ver la supuesta política económica del III Reich con sus teorías raciales, que sutilmente (y sin darle tanta apariencia científica) están adoptando las nuevas ultraderechas del continente europeo? Esto último es lo que hay que usar como criterio para evaluar si un partido es próximo o no a las ideas nazis.

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