Las «Memorias» de los Klarsfeld, “cazadores de nazis”, llegan a Madrid

Serge y Beate Klarsfeld en París - Foto archivo: REUTERS/Charles Platiau

Beate y Serge Klarsfeld, el matrimonio conocido como «los cazadores de nazis» presentaron en el Centro Sefarad-Israel de Madrid su libro ”Memorias”, una historia en primera persona narrada por estos defensores de las almas judías que llevaron ante la justicia a antiguos jerarcas nazis, entre ellos a Klaus Barbie, «el carnicero de Lyon».

En «Memorias» el matrimonio relata sus aventuras y su determinación que afrontaron durante más de cinco décadas, una lucha conjunta contra los crímenes nazis que vivían en la impunidad durante la posguerra, gracias a la impasividad de Alemania y Francia preocupadas por el progreso económico y las tensiones de la Guerra Fría.

Durante cincuenta años Beate y Serge Klarsfeld han perseguido a criminales nazis que tras la posguerra llegaron a estar protegidos de la extradición gracias a la ley alemana. Uno de los casos más conocidos es el de Kurt Lischka, jefe de la Gestapo en Colonia y responsable de la mayor deportación masiva de judíos en la Francia ocupada.

«Alemania protegió a los grandes criminales nazis en una época en la que todavía había muchos jerarcas vivos en el país. Una época en la que la sociedad política alemana quería proteger a sus criminales”», explicó Serge, francés judío, que perdió a su padre asesinado en Auschwitz.

UN PAÍS SIN MEMORIA

Beate Klarsfeld nació en 1939 con una Alemania en guerra, creció dentro de un Berlín bombardeado y dividido por sectores, aunque para ella era una sola ciudad: «No tuve esa impresión de vivir en una Alemania separada por sectores, para mí era una sola Alemania, sentía que tenía amigos en todo Berlín”, reconoció.

“No se hablaba de la Segunda Guerra Mundial, no se hablaba del Holocausto era un tabú”, dijo Beate, que durante su adolescencia temprana no sintió que nadie en Alemania compartiera una responsabilidad sobre lo ocurrido durante el nazismo: «No se podía aprender nada de esto, los profesores no explicaban en Berlín lo que había ocurrido”.

Fue en París, ciudad en la que conoció a Serge, un francés con raíces rumanas, donde reconocería la falta de responsabilidad por parte de su país.

El tesón y coraje del matrimonio tuvo un fuerte impacto social, ético y jurídico, y su legado con los valores de la democracia muestran la relación entre memoria histórica y derecho a la verdad, además del reconocimiento al acceso a la Justicia para las víctimas.

EL RETORNO DE LOS JUDÍOS A ISRAEL

La presencia en España de la pareja coincide con el aniversario de la Ley Retorno de Israel, cuyo primer texto fue publicado el 5 de julio de 1950, una norma que otorgó la ciudadanía a los judíos de cualquier parte del mundo.

Esta ley, común a países como España o Alemania, dio a la comunidad judía un lugar al que regresar: «La Ley del Retorno es una ley normal. Si el estado de Israel fue recreado después de diecinueve siglos de ausencia y es un estado judío, es lógico que puedan regresar todos los judíos que quieran encontrar un refugio, terminar su vida o hacer su vida en Israel”, señala Serge.

La comunidad judía tiene una enriquecedora influencia en la cultura española gracias a los Sefardíes, aquellos descendientes de los judíos en los entonces reinos de Castilla y Aragón, algo que los Klarsfeld conocen bien: «En Francia hubo 75.000 deportados, de los cuales unos 10.000 eran sefardíes. De estos 10.000 no todos eran españoles, sino de origen español pero provenientes de Turquía, Rumanía o Bulgaria, entre otros lugares».

«Estos descendientes ayudaron a crear París y sus bellos barrios, gracias a su inversión en el mercado inmobiliario, y siguen presentes en Francia. Dejaron una gran reputación tras ellos, pero por desgracia el número de judíos de origen sefardí se ha reducido», señala Serge. EFE

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