Por el Dr. Or Anabi
Estamos (una vez más) en el umbral de la campaña electoral para una nueva Knesset [Parlamento], por quinta vez en tres años y medio. Los votantes tienden a creer que su decisión sobre por quién votar es informada y racional y, lo que es más importante, que es una decisión independiente que toman por sí mismos. Este puede ser el caso, pero también debemos tomar nota de las características demográficas de los votantes, a menudo vinculadas a sus identidades y los grupos sociales a los que pertenecen, y que a menudo configuran e influyen en su voto.
Para examinar las características de los votantes, observamos seis encuestas diferentes realizadas el año pasado por el Centro de Investigación de Políticas y Opinión Pública de la Familia Viterbi en el Instituto para la Democracia de Israel. Examinamos la distribución de votantes (N= 3.948) para las elecciones a la 24ª Knesset celebrada en marzo de 2021, según seis parámetros: campo político, en el espectro de izquierda a derecha, autodefiniciones étnicas, afiliación religiosa, edad, sexo e ingresos mensuales. El análisis de los datos revela las siguientes ideas principales.
Campo Político
• Sólo dos partidos, Labor y Meretz, se caracterizaron por una mayoría de votantes de izquierda. Mientras que la mayoría de los votantes de Meretz (58%) se define como de extrema izquierda y menos de un tercio (29%) como de izquierda moderada; entre los votantes laboristas, solo una cuarta parte se define como de extrema izquierda (24%), con un mayor porcentaje que se define como de izquierda moderada (44%). Un tercio de los votantes laboristas se definen como pertenecientes al campo político del centro.
• En los dos partidos de centro, Yesh Atid y Azul y Blanco, la mitad de los votantes se define como de centro, y una minoría (20-30%) se declara de derecha o izquierda (20%). En este sentido, apenas hay diferencia entre los dos partidos.
• El partido Nueva Esperanza se ha fusionado con Azul y Blanco. Por lo tanto, es interesante examinar a qué campo político pertenecen los votantes de estos dos partidos. Como se señaló anteriormente, mientras que solo el 30% de los votantes Azules y Blancos se identifica como pertenecientes al campo de la derecha, dos tercios de los votantes de Nueva Esperanza informó pertenecer al campo de la derecha y solo una cuarta parte al del centro.
• La dificultad de supervivencia del gobierno Bennet-Lapid se revela en los datos de afiliación a los diferentes campos. A diferencia de la mayoría de los partidos políticos que componían la coalición cuyos votantes estaban afiliados al centro o a la izquierda; la gran mayoría (90%) de los votantes de Yamina estaba afiliada a la derecha.
Sector Religioso
• En general, el porcentaje de votantes de los sectores ultraortodoxos, religiosos y tradicional-religiosos que votó por partidos integrantes de la actual coalición, fue muy bajo. Entre los votantes de Meretz, el 2,5% pertenecía a los sectores ultraortodoxos, religiosos y tradicional-religiosos; Yesh Atid – 6%; Laborista – 7%; Yisrael Beiteinu – 8%; Azul y Blanco – 12%; Nueva Esperanza – 14%. Una vez más, el caso atípico es el partido Yamina: la mitad de sus votantes se define a sí mismo como religiosos o religiosos tradicionales.
• Lo contrario ocurre entre los votantes de los partidos de la oposición, entre los que apenas hay votantes seculares: menos del 1% de los votantes de Shas y Judaísmo Unido de la Torah se definieron como seculares, y entre los votantes del partido sionista religioso, la cifra se sitúa en solo el 5%. El panorama en el Likud es ligeramente diferente, pero aún así solo el 28% de los votantes del Likud se definieron a sí mismos como seculares. El grupo más grande de votantes del Likud se definió como tradicionalista no religioso (35%) y tradicionalista religioso (23%).
Etnicidad
• De manera similar a la distribución por campo político y la autodefinición de afiliación religiosa, también se aprecian diferencias muy significativas entre los diferentes campos en la distribución según la etnicidad autoinformada y, en algunos casos, incluso entre los distintos partidos dentro de los campos políticos.
• En cuatro de los partidos que integran la actual coalición, la mayoría (relativa o absoluta) de votantes se define como ashkenazi: en Meretz, Labor e Yisrael Beiteinu, una mayoría absoluta se define como tal (70%, 55% y 54% en consecuencia), y en Yesh Atid, la mitad de los votantes. Entre los votantes de Azul y Blanco, una mayoría relativa se define como ashkenazi (39%) y entre los votantes de Yamina, un porcentaje igual de votantes se define como ashkenazi y como sefardí (39% en ambos casos). Nueva Esperanza es el único partido de coalición con una mayoría de votantes sefardíes (45%) en comparación con los ashkenazis (34%).
• Entre la mayoría de los partidos de la oposición, ocurre lo contrario. Una gran mayoría de votantes del Likud (58%) y Shas (75%) se definen a sí mismos como sefardíes, y una minoría como ashkenazi (Likud (21%) y Shas (solo 3%). La imagen en el partido sionista religioso es similar a Yamina, con una distribución pareja entre votantes sefardíes (42%) y ashkenazíes (38%). No en vano, entre los votantes del Judaísmo Unido de la Torá, la mayoría absoluta (84%) se define como ashkenazí.
Ingreso mensual
• En todos los partidos de centro-izquierda, el grupo más grande de encuestados reportó ingresos superiores al promedio, encabezado por los votantes de Yesh Atid (46%). Entre los que reportaron ingresos por debajo del promedio, la cifra varió del 30% (Yesh Atid y Azul y Blanco) al 37% (Laboristas).
• En los dos partidos de derecha de la coalición, Yisrael Beiteinu y Azul y Blanco, la distribución según las categorías de ingreso promedio, por debajo del promedio y por encima del promedio fue casi idéntica, alrededor de un tercio para cada categoría.
• En los cuatro partidos de oposición, el grupo más grande de encuestados reportó ingresos por debajo del promedio. Las personas con ingresos más bajos fueron los votantes de Shas (61%) y Judaísmo Unido de la Torá (58%), seguidos por casi la mitad de los votantes del Likud (46%). Solo el 29% de los votantes del Likud informaron ingresos por encima del promedio, que es la imagen inversa de los votantes de Azul y Blanco, el partido más grande en el bloque de centro-izquierda.
Género
Se observa una diferencia significativa entre el porcentaje de votantes masculinos y femeninos en algunos de los partidos. Más mujeres (59%) que hombres (41%) votan por el Laborismo, encabezado por Merav Michaeli. Lo contrario es cierto para Meretz, aunque la diferencia es menos significativa (55% entre los hombres y 45% entre las mujeres).
• Se puede ver una mayoría absoluta de votantes masculinos en dos partidos adicionales: Sionista Religioso (62%) e Yisrael Beiteinu (63%).
En conclusión
Los datos revelan que el sistema político de Israel está partido por muchas divisiones que a menudo se superponen. Por ejemplo, muchos de los votantes de Yesh Atid son ashkenazíes, seculares, con ingresos por encima del promedio, mientras que muchos tradicionalistas, sefardíes, con ingresos por debajo del promedio tienden a votar por el Likud y, en un grado menor, pero no insignificante, por Shas. Esta situación ha llevado al estancamiento político visto en Israel en los últimos años. Cuando las divisiones son a lo largo de líneas de identidad y estatus, es mucho más difícil cambiar las posiciones de los individuos. El movimiento de un bloque que, en gran medida, se caracteriza por un estatus socioeconómico de centro-izquierda, ashkenazí, secular y por encima del promedio al otro bloque que se caracteriza por la religiosidad o el tradicionalismo, sefardí y un estatus socioeconómico promedio y por debajo del promedio, o viceversa, es mucho más complejo.
Fuente: IDI The Israel Democracy Institute