La victoria de Macron: Significado para Francia e Israel

Isaac Herzog y Emmanuel Macron Foto archivo Kobi Gideon GPO vía Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0

Por el Embajador Shimon Stein

Lo que pareció tras la primera vuelta como una reñida batalla entre Macron y su rival, la líder derechista Le Pen, terminó el domingo con una clara victoria de Macron: 58,1 %, contra el 41,1% de Le Pen.

En contraste con Macron, que perdió casi el 8% en relación con las elecciones de 2017, Le Pen logró aumentar su caudal de votantes en más del 7%.

Sin duda un logro notable, que refleja una tendencia constante desde la elección de Macron, de ascenso de la extrema derecha y la extrema izquierda (que en conjunto obtuvieron más del 50% de los votos en la primera vuelta), en detrimento de los partidos tradicionales de centro (republicanos y socialistas), que resultaron duramente golpeados.

En su discurso de victoria, Macron agradeció a muchos de los votantes que le dieron su voto no para apoyar a sus políticas sino por temor a la victoria de Le Pen.

Consciente de que en sus primeros cinco años en el cargo no logró evitar el continuo fortalecimiento de la derecha y curar las divisiones en una dividida sociedad francesa; Macron prometió cambiar (y no continuar) las políticas que ha seguido hasta ahora.

No es un desafío simple para una persona que ha sido criticada no solo en el contexto de sus políticas (que a pesar de la imagen consiguió una serie de logros a nivel económico) sino también en cuanto a su conducta (percibida como arrogante, distante, poco empática y como al servicio de los intereses de la clase alta).

El próximo escollo de Macron son las elecciones para la Asamblea Nacional previstas para junio, en las que deberá obtener una mayoría para su partido/movimiento que le permita implementar sus políticas (una tarea nada fácil).

La victoria de Macron fue recibida en el Occidente demócrata y liberal con un suspiro de alivio.

El escenario de una victoria de Le Pen era una pesadilla debido a sus implicaciones para la Unión Europea (UE) y la asociación transatlántica, así como para la lucha entre la democracia y la autocracia, todo ello a raíz de la competencia con China y Rusia y la guerra en Ucrania.

La victoria de Macron es una buena noticia para la comunidad judía e Israel.

Es de esperar que el interés de Francia en el Mediterráneo (y su posición junto a Grecia y Chipre contra Turquía, una postura que es buena para Israel) y en el Oriente Medio, incluida la arena del Golfo, continúe.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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