La Segunda Guerra Mundial y el exterminio de la judería polaca durante el Holocausto (1939–1945)

Foto tomada durante el Levantamiento del gueto de Varsovia de 1943 que muestra la destrucción final de los restos del gueto. - Foto: Wikipedia - Dominio Público

Se estima que durante estas acciones murieron como mínimo 32.216 soldados y oficiales judíos y 61.000 fueron hechos prisioneros por los nazis, pero la mayoría no sobrevivió. Los soldados y los oficiales judíos no profesionales que fueron puestos en libertad acabaron finalmente en los guetos y campos de trabajo o de exterminio sufriendo el mismo destino que otros civiles judíos.

Territorios anexionados por la Unión Soviética

La consecuencia del Pacto de no agresión germano-soviético fue la división de Polonia entre la zona ocupada por los nazis y la zona ocupada por los soviéticos. Por lo tanto la comunidad judía quedó dividida en dos. Según el censo de 1941, el 61.2% de los judíos polacos se encontraban en las áreas que ocuparían los nazis, mientras que el 38.8% habitaban en las áreas que ocuparían los soviéticos. Aun así, teniendo en cuenta los movimientos de población desde el oeste de Polonia hacia el este durante y después de la invasión de Polonia por los nazis, es muy probable que el porcentaje de judíos en las áreas soviéticas fuera mucho mayor que el indicado por el censo de 1941.

Entre los oficiales polacos asesinados por el NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) en 1940 en la Masacre de Katyn había entre 500 y 600 judíos. Pero aun así un gran porcentaje de los judíos polacos simpatizaba con los soviéticos, sobre todo si lo comparamos con el de católicos. Mientras que los polacos veían a los soviéticos como invasores, muchos judíos los veían como los soviéticos se autoproclamaban: protectores contra los nazis. No hay que olvidar el odio ancestral que separaba a los polacos católicos de sus tradicionales invasores y ocupantes rusos ortodoxos. Todo esto hizo que creciera mucho la tensión entre los polacos católicos y las comunidades judías en estas regiones.

Desde 1939 hasta 1941, unos 300.000 judíos polacos fueron deportados desde las zonas anexionadas por la Unión Soviética hacia varias repúblicas de la URSS. Algunos de ellos, sobre todo judíos polacos comunistas, se fueron voluntariamente, pero muchos otros fueron forzosamente deportados hacia el Gulag (Dirección General de Campos y Colonias de Trabajo Correccional, dirigía el sistema penal de campos de trabajos forzados). Un pequeño número de judíos polacos (unos 6.000 aproximadamente) pudieron abandonar la Unión Soviética en 1942 comandados por el general Władysław Anders (entre ellos el futuro primer ministro de Israel Menachem Begin). Cuando el II Cuerpo de ejército polaco estuvo destinado en el Mandato Británico de Palestina, el 67% (2972) de los soldados judíos desertaron, la gran mayoría de ellos para unirse al Irgún.

El holocausto: La Polonia ocupada

Traducción del texto del anuncio:
AVISO sobre:
el amparo de judíos fugados.
Hay necesidad de recordar que, según el párrafo tercero del decreto de 3 de octubre de 1941 sobre la Limitación de Residencia en el Gobierno General (página 595 del registro del Gobierno General), los judíos que abandonen sin permiso el barrio judío serán condenados a muerte. Según este decreto, aquellos que conscientemente prestaren ayuda a los dichos judíos proporcionándoles refugio o entregándoles o vendiéndoles alimentos, serán también condenados a muerte.
Éste es un aviso terminante a la población no judía para que se abstenga de:
1) Dar refugio a los judíos.
2) Abastecerles de comida.
3) Venderles alimentos.
Dr. Franke. Comandante de la ciudad. Częstochowa 24 de septiembre de 1942

La comunidad judía polaca fue la que más sufrió durante el Holocausto. Aproximadamente seis millones de ciudadanos polacos murieron durante la guerra, la mitad de ellos (3 millones) eran judíos polacos (es decir, todos los judíos excepto unos 300.000) que fueron asesinados por los nazis en los campos de exterminio de Treblinka, Auschwitz, Sobibor, Chelmo y Belzec. Otros murieron en campos de trabajo como Majdanek, de inanición en los guetos, etcétera. También muchos judíos del este de Polonia murieron víctimas de los escuadrones de la muerte nazis conocidos como Einsatzgruppen, especialmente en 1941.

Varias de las masacres alentadas por los alemanes fueron llevadas a cabo con la ayuda, o incluso la participación directa, de los mismos polacos. El caso paradigmático es la masacre de Jedwabne, en la que entre 300 y 1600 judíos fueron torturados hasta la muerte, cuando no quemados vivos, por una parte de los habitantes católicos de Jedwabne. Aun así, no se conoce totalmente el grado de participación de los polacos católicos en las matanzas de judíos, que sigue siendo un tema muy controvertido. Esto se debe en parte a que los líderes judíos se niegan por razones religiosas a una hipotética exhumación de los restos de las víctimas que ayudaría a establecer las causas de su muerte e incluso podría esclarecer quiénes fueron los responsables. El Instituto Nacional Polaco por la Memoria señala 22 poblaciones más en las que sucedieron pogromos similares al de Jedwabne. Las razones de estas masacres se siguen debatiendo hoy en día, aunque entre ellas se incluyen el antisemitismo, el resentimiento de muchos polacos debido a la cooperación judía con los soviéticos que habían invadido el este de Polonia en el año 1939, el deseo de robar las pertenencias de los judíos (aunque antes de la guerra la mayoría de los judíos polacos eran pobres) y, por supuesto, el impulso, cuando no instigación, que dieron los nazis a la participación en estas masacres.

Los alemanes establecieron un gran número de guetos en los que los judíos eran confinados para posteriormente ser exterminados. El Gueto de Varsovia fue el mayor, con 380.000 personas, y el Gueto de Łódź el segundo mayor, con unas 160.000. En otras muchas ciudades con población judía, como Cracovia, Bialystok, Częstochowa, Kielce y Radom, los alemanes también crearon guetos. Otros muchos guetos menos importantes numéricamente se instalaron en pequeñas poblaciones y de hecho se cree que el primer levantamiento en un gueto ocurrió en 1942 en la pequeña ciudad de Lakhva, al este de Polonia.

El Gueto de Varsovia fue establecido por el gobernador general alemán de Polonia Hans Frank el 16 de octubre del año 1940. En esta época la población del gueto se podía estimar en unas 380.000 personas, es decir, el treinta por ciento de la población de Varsovia recluida en un área que formaba el 2.4% de la extensión de la ciudad. Los alemanes posteriormente aislaron el gueto del resto de la ciudad construyendo un muro alrededor el 16 de noviembre de ese mismo año.

Durante el siguiente año y medio otros judíos de poblaciones y pequeñas ciudades cercanas a Varsovia fueron trasladados forzosamente al gueto. Esto hizo que el número de habitantes del gueto se mantuviese estable pese a que las enfermedades (sobre todo el tifus) y la falta de comida mantenían un goteo constante de decenas de muertos diarios. Las raciones de comida en 1941 para los judíos de Varsovia estaban limitadas a unas 253 calorías y para los polacos de la ciudad unas 669 (se requieren unas 1500 calorías diarias aproximadamente para mantener el metabolismo basal de una persona), mientras que a la población y al ejército alemanes se les asignaban unas 2613 calorías.

Las condiciones de vida en los guetos eran terribles. Los judíos capturados intentando escapar eran fusilados y sus cuerpos se dejaban a la vista de la gente durante días como señal de advertencia. Aquellos que pasaban al lado ario de la ciudad sin ningún contacto con los polacos cristianos, arriesgaban sus vidas para ayudar a los judíos de dentro del gueto pasando comida. Si pretendían buscar refugio en el lado ario de la ciudad, solían acabar volviendo, dado que no podían encontrar un lugar para esconderse. Además, muchos polacos colaboracionistas se aprovechaban de ellos robándoles para luego entregarles a los alemanes que les recompensaban económicamente. En los guetos más importantes, como el de Varsovia o el de Łódź, cientos de niños de cuatro a cinco años salían en masa al lado ario de las ciudades varias veces al día para introducir comida o bienes de consumo en los guetos. Lo hacían con la ayuda de sacos que podían pesar más que ellos mismos, convirtiendo así el contrabando en el único modo de subsistencia de sus padres y de ellos mismos, que de otra manera hubiesen muerto de inanición. En este contexto los nazis convirtieron en algo rutinario disparar a los niños mientras introducían comida en los guetos; mucha gente fue asesinada por traficar con gallinas o con leche. Además, era muy difícil tener contacto con los polacos de fuera del gueto, dado que cualquier polaco encontrado asistiendo a los judíos también se exponía a la pena de muerte. Para cualquier judío joven y resistente era relativamente sencillo escapar del gueto y huir hacia el campo donde hubiese tenido alguna posibilidad de supervivencia uniéndose a la resistencia partisana (como efectivamente algunos hicieron) o simplemente escondiéndose, pero de hecho los nazis eran conscientes de que manteniendo unidas a las familias en los guetos hasta la deportación y manteniendo la incertidumbre sobre la misma conseguirían que las fugas fuesen algo anecdótico. La inmensa mayoría de los jóvenes permaneció con sus familias hasta el final, lo que les costó la vida.

El 22 de julio de 1942 comenzaron las deportaciones en masa de los habitantes del Gueto de Varsovia y durante los siguientes cincuenta y dos días (hasta el 12 de septiembre de 1942) aproximadamente 300.000 personas fueron transportadas en trenes al Campo de Exterminio de Treblinka. Estas deportaciones fueron organizadas por los nazis pero llevadas a cabo por 200 soldados letones de los batallones Schutzmannschaften, por otros 200 policías ucranianos y por 2.500 judíos de la policía judía (dirigida por el Judenrat, consejos judíos de gobierno de los guetos establecidos por los nazis) con lo cual solo fue necesaria la participación de 50 miembros de las SS alemanas. Estos miembros de la policía judía recibían, junto con sus familias y parientes, inmunidad para ser deportados como pago por su cooperación.

Además, en agosto de 1942 se ordenó a los miembros de la Judenrat, bajo la amenaza de ser deportados, que entregasen diariamente a cinco habitantes judíos del gueto a los alemanes para ser deportados desde la estación de transbordo Umschlagplatz. El 18 de enero de 1943 algunos habitantes del gueto, sobre todo miembros de la Żydowska Organizacja Bojowa (Organización judía de combate) se resistieron armados a las nuevas deportaciones que los alemanes estaban organizando. La destrucción final del gueto de Varsovia sucedió cuatro meses después de que los alemanes arrasaran esta primera rebelión. El Levantamiento del Gueto de Varsovia fue uno de los múltiples levantamientos fallidos que ocurrieron en guetos judíos de toda la Europa ocupada y el más importante. A los alemanes les supuso más tiempo sofocarlo (entre el 19 de abril y el 16 de mayo del año 1943) que invadir toda la mitad oeste de Polonia. Algunos de los pocos supervivientes del levantamiento huyeron a los campos cercanos a Varsovia, donde se escondieron hasta el Alzamiento de Varsovia y el final de la guerra. Otros se unieron al movimiento polaco de resistencia Armia Krajowa, o fueron asesinados o entregados a los nazis por los colaboracionistas polacos antisemitas, con lo cual solo un número muy reducido sobrevivió a la guerra.

Monumento a los héroes del gueto de Varsovia.

La liquidación del gueto de Varsovia fue similar a la sucedida en otros guetos en los que los judíos estaban concentrados. Tras la decisión de la Alemania nazi de comenzar la Solución Final, es decir, el exterminio de los judíos europeos, empezó la Aktion Reinhard, la primera fase del exterminio, con el establecimiento de los campos de Belzec, Sobibór y Treblinka, seguida después en la segunda fase por la apertura de Auschwitz-Birkenau. Con la decisión tomada dieron comienzo las deportaciones en masa de judíos a estos campos, muchos de ellos desde el gueto de Varsovia, y para cuando concluyó la Aktion Reinhard en octubre de 1943 habían sido asesinados en los campos más de 1.700.000 judíos.

Polonia fue el único país de la Europa ocupada en el que los nazis impusieron formalmente la pena de muerte para cualquier persona descubierta ayudando o escondiendo a los judíos. Teniendo en cuenta además que las raciones de comida para los polacos eran muy insuficientes (unas 669 calorías al día en 1941) y que la comida en el mercado negro era carísima, era muy difícil que cualquier polaco pudiese esconder a un judío y prácticamente imposible a una familia entera. Pese a estas medidas brutales impuestas por los nazis y a la escasez de comida, Polonia tiene la mayor cantidad de premiados como Justos entre las naciones por el museo Yad Vashem de Israel de todo el mundo.

El gobierno polaco en el exilio fue también el primero (en noviembre de 1942) en revelar la existencia de campos de concentración nazis en Polonia y el exterminio sistemático de la población judía gracias al informante Jan Karski y a las actividades de Witold Pilecki, miembro de Armia Krajowa (Ejército Nacional) y la única persona que entró voluntariamente en el campo de concentración de Auschwitz para organizar un movimiento de resistencia dentro del campo.

El gobierno polaco en el exilio fue asimismo el único en crear especialmente una organización (Żegota) para ayudar a los judíos de Polonia y que salvó a miles de personas de la muerte con papeles falsos, dinero, escondiendo niños judíos en orfanatos católicos y otros lugares.

Fuente: Wikipedia

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