La Organización de Estados Americanos (OEA) se sumó a los familiares y sobrevivientes del atentado que sufrió el centro comunitario judío AMIA hace 24 años en un acto en Buenos Aires que estuvo cargado de críticas a la pasividad del Gobierno y a la lentitud del proceso judicial.
«La verdad y la justicia no han llegado. Estamos asfixiados en un océano de injusticia y de impunidad», expresó el secretario general de la OEA, Luis Almagro, durante el homenaje a las 85 víctimas mortales que dejó el ataque terrorista y al que asistieron representantes del Ejecutivo, como la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Para Almagro «es clara la responsabilidad que tiene Irán respecto de esta injusticia e impunidad, es clara su falta de colaboración con la justicia, es claro que esto no puede ser admisible», tal y como denuncia la comunidad judía, quien atribuye al país persa y a Hezbollah la planificación y ejecución del atentado.
Como cada 18 de julio desde 1994, cientos de personas se enfrentaron a la niebla y el frío del invierno austral y se congregaron ante la sede de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA), en el barrio porteño de Once, con la consigna «En tiempos de impunidad, hacer memoria es exigir justicia».
El representante de la OEA insistió en que la organización a la que representa, a la que están adscritos 35 Estados, «siempre estará de su lado (de los damnificados)» y «denunciará los obstáculos intencionales a las investigaciones y al proceso legal».
Asimismo, proclamó que la OEA debería tener un Día de la AMIA, ya que «todos los países están obligados a colaborar con la justicia».
Durante el evento, se hizo sonar una sirena a las 09.53 hora local (12.53 GMT), la hora exacta a la que en ese mismo lugar estalló una bomba hace 24 años, se realizó un minuto de silencio y se leyeron los nombres de los 85 fallecidos en el ataque, que también dejó cientos de heridos.
El reclamo al Gobierno llegó durante el discurso de Mario Averbuch, padre de una de las fallecidas en el ataque y que habló en nombre de los familiares de las víctimas, quienes acudieron en masa al acto.
«A los gobernantes que estuvieron, a los que están y a los que van a estar les decimos que no pierdan el tiempo en acercarse a nosotros para prometernos que van a hacer lo posible para que la justicia llegue. (…) Podemos darnos cuenta en seguida de ver a los que (…) querrán tomarnos de la mano y llevarnos donde más les conviene», aseguró desde el escenario.
Averbuch insistió en que, tras «muchas palabras» y «pocos resultados», les van a «recordar las promesas no cumplidas» y van «a seguir exigiendo que las políticas de Estado vinculadas con combatir el terrorismo sean prioritarias y se apliquen en forma coherente».
«Solicitamos nuevamente a nuestro Gobierno que denuncie en forma clara y concreta a la República Islámica de Irán como país que decidió y mandó ejecutar el atentado, tal como lo probó la Justicia argentina», alegó.
En el acto, también se recordó a Alberto Nisman, quien durante una década fue el fiscal especial de la causa hasta su muerte el 18 de enero de 2015, cuando fue hallado con un disparo en la cabeza cuatro días después de acusar a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) del supuesto encubrimiento de los iraníes señalados como responsables del atentado.
El Gobierno emitió un comunicado en el que destacó su «firme compromiso en la lucha contra la impunidad y con la búsqueda de la verdad y la justicia» y señaló que la investigación de lo ocurrido es una «causa compartida» por todos los argentinos.
«Por ello, no debemos cejar en el esfuerzo de lograr esclarecer este atentado y someter a la Justicia a todos sus responsables», apuntó el Ejecutivo antes de reiterar su «condena enérgica y permanente al terrorismo y a la violencia en todas sus formas».
El ataque a la AMIA fue el segundo contra la comunidad judía del país, después de que 29 personas fuesen asesinadas en 1992 al explotar una bomba frente a la embajada de Israel, también en la capital argentina. EFE y Aurora