Foto: Eunavfor / Aspides

Por Yuval Eylon

La noticia de la mediación iraní en la transferencia de misiles tierra-mar rusos Yakhont –misiles crucero supersónicos de precisión con un alcance de unos 300 kilómetros, capaces de ser disparados desde varias plataformas, incluyendo el mar, aire y tierra– marca una escalada significativa en la carrera armamentista.

Estos misiles, equipados con algunas de las tecnologías más avanzadas del mundo, son extremadamente difíciles de interceptar en vuelo.

Su adquisición posicionará a los hutíes como aquellos que cuentan con las capacidades más avanzadas para amenazar las rutas marítimas.

Estos misiles también representan una amenaza importante para los buques militares avanzados, incluidos aquellos desplegados para proteger las rutas marítimas de la agresión de los hutíes.

Entre ellos se incluyen los barcos más avanzados bajo el mando de la Quinta Flota estadounidense, que opera en la región, y otros barcos de la coalición encargados de salvaguardar el tráfico marítimo.

Parece que Rusia está intentando desempeñar un papel más influyente en la región, al permitir que los hutíes sigan amenazando las rutas marítimas e incluso planteando una amenaza creíble a las armadas occidentales y de otros países que están ayudando a Ucrania en su guerra con Rusia.

Además, parece que esta transferencia puede ser parte de la compensación de Irán por su apoyo a Rusia, específicamente mediante el suministro de equipos militares avanzados a los proxies [apoderados] de Irán.

No hay duda de que las principales víctimas de esta carrera armamentista son los países ribereños del Mar Rojo, principalmente Arabia Saudita.

Esta importante ayuda también puede ser una contramedida iraní-rusa a los recientes esfuerzos de Estados Unidos y Arabia Saudita de enfrentar a los hutíes en un intento de estabilizar la región y detener el daño a las rutas marítimas y la inestabilidad en las zonas marítimas de la Península Arábiga.

Estos misiles avanzados tienen la capacidad de atacar sitios terrestres y marítimos estratégicos en toda la Península Arábiga y amenazar a los buques en el Mar Rojo y el Mar Arábigo.

Vemos que el Mar Rojo y el Mar Arábigo se están convirtiendo en un escenario de las luchas entre grandes potencias, con Irán proyectando cada vez más su influencia con la ayuda de sus proxies [representantes].

Esto no sólo fortalece las capacidades de Irán sino que también refuerza su estatus como potencia regional, siendo la capacidad de proyectar poder en el área marítima una parte integral de las capacidades de una potencia regional.

Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.