Con la serie “Anna K” y otra producción llamada “Zato”, Netflix frenó todo proyecto relacionado con Rusia. Según fuentes de la plataforma, los dueños evalúan los hechos actuales y el impacto que están generando en el mundo.
A inicios de esta semana, el gigante de streaming avisó que no cumplirá con la ley audiovisual rusa. Esto lo obligaría a incluir 20 canales públicos para operar en el país europeo.
Esta legislación, prevista para que diera inicio el pasado 1 de marzo, dictaba que Netflix y otros servicios audiovisuales a emitir ciertos contenidos. Entre estos, de medios afiliados al Kremlin como Channel One, la cadena de entretenimiento NTV y el canal de la Iglesia Ortodoxa.
Por su parte, la compañía lanzó hace un año su servicio local en ruso y tiene un millón de suscriptores locales. Esto suma un porcentaje minúsculo de los 222 millones que posee en total en todo el mundo.
Más allá de todo esto, Netflix sigue siendo parte de la lista de “servicios audiovisuales” que maneja el regulador mediático ruso Roskomnadzor. El mismo incluye a todas las plataformas y canales con más de 100.000 personas de audiencia.