La fuga palestina de la prisión ilumina fisuras en la sociedad árabe de Israel

Nazaret desde el Monte del Precipicio (Cortesía: EDM).

Por el general de brigada (res.) Erez David Maisel

Específicamente, la tensión entre las responsabilidades individuales y las comunales como ciudadanos israelíes, incluido el apoyo a las autoridades israelíes y el estado de derecho, y la obligación más amplia con su identidad palestina (abogada por muchos en la élite política árabe de Israel).

Los comentarios actuales del secretario general del Hezbollah libanés, Hassan Nasrallah, (13 de septiembre) y del primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohammad Ibrahim Shtayyeh, (13 de septiembre) sobre este tema (haciéndose eco de su deseo común de mitigar la fisura emergente) enfatizan la sensibilidad de la misma. Específicamente, el objetivo de mantener la narrativa elitista de la unidad de todos los palestinos y árabes (a costa de muchos «aguas abajo»).

Este incidente es especialmente revelador cuando se compara con los eventos de mayo de 2021, que fueron testigos de una amplia violencia interna en Israel entre jóvenes árabes y judíos, creando una atmósfera de desconfianza y recelo. Junto con la creciente ola de violencia criminal árabe (por ejemplo, el último tiroteo contra la casa del primer subcomisario general árabe musulmán de policía israelí, Jamal Hakrush) y el posible cambio en el liderazgo político árabe en Israel (con el islámico Ra’am [Lista Árabe Unida] partido que actualmente apoya al gobierno).

Los seis fugitivos incluían a cinco miembros de la Jihad Islámica Palestina (JIP, una red terrorista islámica) y la participación inusual de Zakaria Zubeidi, un miembro de las Brigadas de Al Aqsa afiliadas a Fatah (una facción armada palestina). Zubeidi, un líder local de la ciudad palestina de Jenín en el norte de Samaria y una figura muy conocida en los medios de comunicación israelíes, fue aparentemente invitado a unirse para ayudar a coordinar la asistencia en el momento de arribo a Jenin [1]. Los seis presos, después de traspasar con éxito el muro de la prisión de «Gilboa» a través de un túnel que cavaron, pleaneaban aparentemente aventurarse de inmediato a 20 kilómetros al sur, hacia el norte de Samaria, un área bajo el control de la Autoridad Palestina (AP).

La inmediata y efectiva respuesta israelí a la exitosa fuga de la prisión (que está bajo investigación), que incluyó el sellado de la frontera de la Línea Verde (LV) entre Israel y la Autoridad Palestina y el despliegue de controles carreteros, recursos aéreos, rastreadores de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y diversas capacidades de inteligencia, parece haber alterado el plan de fuga y obligado a esconderse en Israel. Con la esperanza de obtener ayuda de los árabes que viven en el área al este de Afula (aproximadamente a 20 kilómetros de la LV) mientras esperaban que los vinieran a buscar.

La asistencia local de los árabes locales parece haber sido muy limitada. Excluyendo la asistencia inicial de una mezquita en la aldea de Na’ura (al este de Afula y aproximadamente a 14 kilómetros de la prisión) donde los seis se reorganizaron y dividieron en tres grupos de dos hombres. Después de cuatro días de fuga (con la cacería israelí limitando sus movimientos), la policía israelí capturó a dos grupos exhaustos debido a la ayuda de ciudadanos árabes israelíes locales en las cercanías de la heterogénea ciudad de Nazaret y en la aldea beduina de Umm al Ghanam (al este de Nazaret y más de 10 kilómetros al norte de Na’ura).

Vista hacia el sur desde el Monte del Precipicio, donde se detuvo a los fugitivos (Cortesía: EDM).

Al contrario de la respuesta general de los ciudadanos árabes israelíes (en lo que parecería ser una abstención básica de ayudar a los palestinos fugitivos) y la asistencia específica a las autoridades israelíes para recapturar a los criminales; los principales políticos árabes en el parlamento israelí mantuvieron la postura pro-palestina de costumbre. Apoyar a los palestinos fugitivos, restar importancia a sus actos criminales de terrorismo y aprovechar la oportunidad para mejorar la calidad del encarcelamiento penal de los presos palestinos. De manera prominente, entre las citas sobresale un fragmento del diputado de la Knesset (Parlamento) Ayman Odeh, líder del partido Hadash y de la Lista Árabe Conjunta, quien expresó su apoyo a la fuga de la cárcel y agregó: “Si seis prisioneros lograron atravesar la estrecha y abarrotada prisión, entonces millones de palestinos pueden poner fin a la ocupación, para que el pueblo y los prisioneros sean liberados”.

Los comentarios del diputado Odeh representan, una vez más, lo que parecería ser la creciente desconexión entre las exigencias y expectativas de muchos ciudadanos árabes de Israel que apoyan el compromiso con la sociedad israelí, incluida la necesidad del estado de derecho para permitir un nivel de vida más alto y una calidad de vida más alta para sus hijos y las capacidades para que puedan adquirirlos.

Lo que parece ser un rotundo rechazo de muchos en la actual élite política árabe en Israel a abrazar esta demanda de abajo hacia arriba (mientras continúan atendiendo sus agendas personales y sus convicciones envejecidas) solo está ayudando a fortalecer el recelo mutuo entre judíos y árabes israelíes.

La fuga de la prisión mientras que es aún un evento en desarrollo (dos de los presos aún no han sido detenidos) agudiza lo que parece ser una tendencia emergente entre muchos árabes de Israel: la comprensión de la necesidad de un nuevo enfoque centrado en comprometerse con la sociedad israelí. Especialmente, la creciente exigencia de responsabilidad de los líderes locales frente a la continua y perjudicial fijación de los políticos árabes progresistas actuales en el Parlamento israelí (Knesset) a vincular (subordinar, si no ignorar totalmente) las demandas árabes en Israel al problema palestino.

[1] Los cinco miembros de la JIP fueron juzgados por actos de terrorismo contra israelíes y recibieron cadena perpetua, mientras que el juicio de Zubeidi (por cargos de terrorismo) estaba previsto que se llevara a cabo en el futuro.

Fuente: Alma Research and Education Center

El general de brigada (reserva) Erez David Maisel tiene una vasta experiencia en planificación estratégica, relaciones internacionales y diplomacia de seguridad y es un practicante activo en la prevención de conflictos internacionales y la gestión de fronteras. Originario del norte de Israel, es cofundador del centro de investigación BRDG (Boundary Research and Deconfliction Group) del Instituto Technion de Haifa.

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