Los enemigos de siempre.
La última guerra con Hamás, volvió a mostrar, más allá del éxito militar israelí en acallar (transitoriamente) la cohetería proveniente de Gaza, que haciendo un repaso a nivel político, el Estado Hebreo se ha posicionado como el histórico judío perseguido, y hostigado y hasta odiado, haciendo honor a eso que dijo el emperador romano Adriano al rabino Yehoshua: “¡Qué grande es la oveja que sobrevive entre setenta lobos» a lo que este respondió: “¡Qué grande es el pastor que las cuida!” (Midrash Tanjuma Toldot, 5). También el Rey David en su libro de los Salmos sentencia: «nos entregaste como ovejas al matadero, y nos has esparcido entre las naciones…Pero por Ti nos matan todo el día y somos como ovejas que van al matadero… ¿Por qué ocultas Tu rostro y te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresión?” Tehilim 44: 12, 23,25
El odio a Israel.
Mas allá del titánico esfuerzo de Israel por superarse, y acercarse y estrechar lazos de paz con muchos países, parecería a modo de rueda eterna, que el vuelto o lo que recibe en muchos casos es una bofetada diplomática de países como México y Argentina (a modo de ejemplo). El primero, con otro gobierno, pero con el mismo pueblo, donde rápidamente se olvida, la generosa y heroica acción de los rescatistas de Israel durante el último terremoto que asoló al país azteca. De Argentina, ni hablar, donde sufrimos dos terribles atentados contra blancos judíos, aún hoy impunes.
De todas formas, deseo aclarar, hay voces silenciosas de argentinos que por lo bajo han manifestado su solidaridad con Israel cuando era atacada. Pero en estas líneas no nos referimos a honrosas excepciones individuales o de grupos de gente amigable que entiende nuestra postura, y es que, nos referimos a tendencias o las fuerzas (no podría afirmar mayoritarias) que se adjudican y reclaman representar al conjunto de un pueblo en su postura y pensamiento sobre este tópico.
Edom odia. Ismael ataca.
Sabiendo que ingreso en un campo minado, desde siempre Edom que representa a Roma y a Occidente, ha manifestado continua y persistente animosidad hacia al pueblo judío. Obvio, con excepciones, sea de aquellos que consideramos «los justos entre las naciones», y puede que en ciertos períodos algunos gobiernos y reinos debido a circunstancias o interés de ocasión han mostrado un tibio acercamiento hacia el pueblo judío.
Pero si vemos la historia en perspectiva, los israelitas han sido atacados por una cadena de persecuciones y matanzas durante siglos, llámese inquisición, pogromos, calumnias, matanzas, expulsiones, hasta el último genocidio ocurrido en pleno Siglo XX.
Ismael, o el otro gran reino del cual descienden los árabes y musulmanes en su mayoría, han absorbido o chupado toda la literatura antisemita presente en occidente, en particular la nazi que pulula en forma grotesca aún en los medios masivos de comunicación de muchos países árabes en forma abierta y descarada. Ellos tienen el Farhud o la versión árabe del pogromo, han copiado libelos de sangre de sus enemigos cristianos, y hasta tienen su peculiar versión árabe de los Protocolos de los Sabios de Sion en series noveladas por ejemplo en la televisión egipcia.
Seguramente, hay excepciones y salvedades. Pero estas son más a nivel individual, particular, por lo bajo, sea por miedo o precaución de no ser ellos mismos víctimas de sus propios paisanos acusados como disidentes o traidores.
No todo es oscuro.
Pero no se puede dejar de reconocer, cuánto cuesta encontrar el claro dentro del oscuro bosque internacional. Igualmente, aquellos países que por lo menos se abstienen de votar en nuestra contra, o aún aquellos que apoyan la causa de Israel, callan frente a la jauría de bestias que anhela amedrentar con votos y sanciones y condenas de tipo moral, y aún legal.
Tablero internacional. Reflexión final.
Desde hace décadas, grupos de palestinos, islamitas radicales, refugiados musulmanes y africanos han ingresado (invadido) Europa, USA, y países de América Central y del Sur. Ellos vienen haciendo un trabajo hormiga, de asentamiento, implantación de mezquitas, y difusión paralela de una dosis constante de ponzoña contra Israel y los judíos en sus países de hospedaje. Esto se viene dando en diferentes ámbitos desde gremios, partidos políticos y hasta universidades, donde profesores de ascendencia árabe o musulmana aprovechan toda ocasión para fogonear el odio contra «El Estado Sionista» y los judíos locales, al amparo de las libertades de expresión que ellos saben tienen en estas tierras.
La impresión que siempre he tenido, estos grupos no tan desorganizados e interconectados buscan «atacar lo que ellos llaman la retaguardia de Israel, que constituyen las diásporas y algunos países tibiamente amigos» por medio de la propaganda del antisionismo y el paraguas del propalestinismo.
Está actividad de topo lleva años, y su intención es levantar el odio de los pueblos, emulando la experiencia hitleriana de socavar el terreno desde los cimientos. Han logrado acólitos en cierto espectro de la izquierda anti sionista-antisemita y violenta, junto a grupos anarquistas y antisistema, y han logrado despertar el odio de ciertos grupos de la derecha históricamente antisemita.
En definitiva, Ismael busca forjar los «nuevos antisemitas del siglo XXI».
Final: frente a semejante desafío mundial, los árabes y sus seguidores han pasado de la palabra a la acción con manifestaciones y cruentos atentados, cuyo objetivo es paralizar la vida judía en todo el orbe. Buscan esa mezcla ideal de propaganda y miedo producto de atentados crueles y letales contra víctimas inocentes. Ellos han estudiado historia, y quieren concluir (D’os libre la tarea inconclusa de los nazis).
No cabe duda, y para finalizar, que las opciones del pueblo judío todo se encuentran limitadas en el plano terrenal, pero son ilimitadas en el plano espiritual. Esto fue lo que sentenció el Patriarca Isaac ya ciego, al recibir a un Yaakov disfrazado de su hermano Esav: «la voz es la voz de Yaakov, pero las manos son las manos de Esav». Es decir, la fuerza de Yaakov reside en su voz en la Tefilá, en su rúaj su espíritu, mientras que la fuerza física pertenece a las naciones del mundo. Este es el desafío final y último de los exilios, la cuenta regresiva hasta la aparición del Mesías judío, puede para algunos la guerra de Gog y Magog (Ezequiel 38:39) que atacará a Israel al final de los tiempos.
Para terminar estas líneas, es solo una opinión, y no pretendo ostentar una verdad divina o definitiva. Pero si vuelvo a la cita inicial del profeta Zejariá, es la esperanza y el anhelo de que en esta hora de peligro se cumplan las palabras del profeta que según la cosmovisión judía las naciones del mundo no serán subyugadas por medio de la fuerza, sino por medio de la inspiración divina que (D’os libre) envíe a ellas (Metzudat David-comentario bíblico del rabino David Altschuler de Praga 1687-1769).
Amén.