Este año hebreo 5785 Janucá, la fiesta de las luces, coincide plenamente con la celebración de los días navideños entre el 25 de diciembre de 2024 y el 1 de enero de 2026. Los judíos que viven en países de mayoría cristiana sienten una especie de alivio de conciencia al permitirse celebrar en tiempos coincidentes, una época del año llena de sentimientos, nostalgias y reencuentros. Como minoría evidente en sus países de residencia, Janucá junto con Navidad es bastante agradable pues todos tienen lo que celebrar.
La historia de Janucá es muy sencilla. Los griegos pretendían erradicar los vestigios de identidad judía y prohibieron los ritos característicos: la circuncisión, el estudio de las fuentes bíblicas, el cumplimiento del descanso sabatino. Cuando los griegos invadieron y profanaron el templo de Jerusalén, la revuelta judía cobró fuerza. Se impusieron en lucha armada al imperio del momento, recuperaron su independencia y encendieron la “Menorá”, el candelabro ritual, con un pequeño jarrito de aceite de oliva puro que duró ocho días a pesar de que tenía suficiente solo para uno.
Janucá es una ocasión que refleja la condición misma de los judíos en toda la historia. Como referente religioso, el ser los precursores del monoteísmo los relegó siempre a estar en franca minoría. Y luego, con el advenimiento del cristianismo y el islam, a pesar de la coincidencia en lo referente al monoteísmo y la repercusión esto en toda la humanidad, el judaísmo quedó en absoluta minoría con su política no proselitista y otras circunstancias más.
El judaísmo, que triunfó en la época de los griegos de Antíoco Epifanes, representaba también en ese momento a una minoría en cuanto a comportamiento individual y nacional. También en todo lo referente a la visión de la vida. El culto al cuerpo de los griegos de entonces no se correspondía con la importancia que los judíos le daban a este aspecto del físico personal, entre otras muchas cosas. Mientras el imperio se expandía y arropaba, los hebreos seguían en lo suyo y en minoría. Una especie de contracultura del momento que no se dejó absorber por el poderío imperial.
La posición de minoría de los judíos no ha sido solo en lo conceptual. Siempre ha sido en la forma de percibir la vida, de enfrentarla y explicarla. Siempre ha sido una minoría en lo numérico y en lo militar, en lo referente al poderío como tal en casi todas las manifestaciones. Los israelitas fueron dominados por los egipcios, los filisteos, los asirios, los babilonios, los persas, los griegos, los romanos, los españoles de la Inquisición, los nazis de la segunda Guerra Mundial, y no se cuentan todos los opresores en esta enumeración. En todas sus apariencias históricas como minoría, fueron agredidos, diezmados, pero no eliminados. Una anomalía de la historia que los creyentes insisten denominar milagro plenamente convencidos del término.
En 2023 también los judíos y su moderno estado estaban y están en minoría. El pequeño Israel rodeado de países enemigos en sus fronteras y allende estas. Con la media internacional en plena crítica a sus acciones y omisiones. Si en Janucá se celebra que con el aceite para encender una luminaria por un día se pudo tenerla iluminando por ocho días, la guerra que se libra en Israel es también contra ocho frentes que no uno, e Israel ha podido sobrevivir de nuevo en franca minoría.
Las minorías son siempre problemáticas. Si la mayoría no logra imponerse sobre ellas, resultan de una incomodidad total pues hasta sin querer terminan denunciando una situación o una diferencia molesta. Los judíos en su papel eterno de minoría han molestado y molestan, aunque muchas veces no hayan existido razones para tales molestias, menos aún para tantas persecuciones y matanzas
La razón no asiste siempre a la mayoría. Saberse en lo cierto y mantener la posición y el temple es un mérito que supone un precio muy alto a pagar. La condición intrínseca de minoría así lo exige. El milagro de Janucá, que celebra el triunfo de los pocos sobre los muchos, de los débiles sobre los poderosos, no es exclusivo de los judíos. Es patrimonio del bien sobre el mal, de la justicia sobre la injusticia, de la verdad sobre la mentira.
Janucá es la fiesta de las luces, la fiesta de las minorías… cuando les asiste la razón.
Feliz Janucá
Elias Farache S.