La explosión de Beirut: ¿existe una conexión con Hezbolá?

Soldados parados sobre los escombros tras la explosión en Beirut Foto: Thibault Camus/Pool vía REUTERS

Las principales preguntas sobre las causas y responsabilidades de la catastrófica explosión se relacionan con el origen y destino de la carga de nitrato de amonio y las razones que llevaron a su almacenamiento en el puerto de Beirut durante seis años.

Este breve artículo analiza la información disponible en este momento y las discrepancias en los diversos informes para tratar de aclarar si Hezbolá tenía alguna conexión con este asunto, como creen algunos en el público libanés.

Versiones oficiales

El presidente de Líbano, Michel Aoun, culpó por la detonación de 2750 toneladas de nitrato de amonio [NH4NO3], según dijo, al hecho de que se habían almacenado de forma insegura en un almacén del puerto.

Una cantidad similar del producto químico llegó en un carguero de bandera moldava, el MV Rhosus, que atracó en Beirut en 2013 después de sufrir problemas técnicos mientras navegaba de Georgia a Mozambique. El Rhosus fue inspeccionado, se le prohibió salir y poco después fue abandonado por sus dueños, según Shiparrested.com. Según los informes, su carga fue transferida al Almacén 12 siguiendo una orden judicial y debería haber sido eliminada o revendida.

El primer ministro Hassan Diab describió las circunstancias que llevaron a la explosión como «inaceptables». El Sr. Koraytem [director del puerto] y el director general de Aduanas libanesas, Badri Daher, dijeron que sus advertencias sobre el peligro que representaba el nitrato de amonio almacenado y los pedidos para que se eliminara fueron ignorados en repetidas ocasiones.

Las autoridades del Líbano han detenido a 16 personas como parte de una urgente investigación, «transparente», decidida por el Gobierno libanés. La opinión pública del país no cree en una investigación justa y pide una investigación internacional independiente.

Dieciocho personas han sido interrogadas, incluidos funcionarios portuarios y aduaneros, y a «los que llevaron a cabo estos trabajos», donde se almacenaba el nitrato de amonio, dijo el comisionado adjunto del Gobierno al Tribunal Militar, juez Fady Akiki. Una rutina de mantenimiento se realizó en el almacén unas horas antes de la explosión. Akiki agregó que las investigaciones están en curso «para incluir a todos los demás sospechosos, con el fin de aclarar los hechos relacionados con este desastre».

El misterioso barco y la saga de su carga de nitrato de amonio

Según un detallado informe de The New York Times el barco Rhosus, que enarbolaba la bandera de Moldavia, llegó a Beirut en noviembre de 2013, dos meses después de salir del puerto de Batumi, en el mar Negro, en Georgia. El barco fue alquilado por Igor Grechushkin, un empresario ruso que vive en Chipre.

A Grechushkin se le había pagado un millón de dólares para transportar el nitrato de amonio de alta densidad al puerto de Beira en Mozambique, dijo el capitán.

El nitrato de amonio fue comprado por el Banco Internacional de Mozambique para Fábrica de Explosivos de Moçambique, una firma que fabrica explosivos comerciales, según Baroudi and Partners, un bufete de abogados libanés que representa a la tripulación del barco, en un comunicado emitido el 5 de agosto de 2020.

Grechushkin, que estaba en Chipre en ese momento y se comunicaba por teléfono, le dijo al capitán que no tenía suficiente dinero para pagar el pasaje por el Canal de Suez. Entonces, envió el barco a Beirut para ganar algo de efectivo al tomar un cargamento adicional de maquinaria pesada. Pero en Beirut, la maquinaria no entraría en el barco, que tenía unos 30 o 40 años, dijo el capitán. Prokoshev, el capitán, se unió al barco en Turquía después de un motín por salarios impagos de una tripulación anterior.

«No tengo idea de cómo Grechushkin consiguió el permiso para que atracáramos en Beirut», dijo Prokoshev en la entrevista con la publicación rusa MediaZona, y agregó que en «Beirut se le dijo a la tripulación que cargara el barco con maquinaria pesada».

Luego, los funcionarios libaneses consideraron que el barco no estaba en condiciones de navegar y lo incautaron por no pagar las tarifas de atraque del puerto y otros cargos. Cuando los proveedores del barco intentaron ponerse en contacto con Grechushkin para el pago de combustible, alimentos y otros artículos esenciales, no pudieron localizarlo, ya que aparentemente había abandonado el barco que había alquilado.

Seis miembros de la tripulación regresaron a casa, pero los funcionarios libaneses obligaron al capitán y tres miembros de la tripulación ucraniana a permanecer a bordo hasta que se resolviera el problema de la deuda. Su difícil situación llamó la atención en Ucrania, donde las noticias describieron a la tripulación varada como «rehenes», atrapados a bordo de un barco abandonado.

Prokoshev, cada vez más desesperado, vendió parte del combustible del barco y utilizó las ganancias para contratar un equipo legal, y estos abogados también advirtieron a las autoridades libanesas que el barco estaba en peligro «de hundirse o explotar en cualquier momento», según el bufete de abogados.

Un juez libanés ordenó la liberación de la tripulación por motivos compasivos en agosto de 2014, y el propietario [sic], Grechushkin, que había resurgido, pagó el pasaje de regreso a Ucrania. Grechushkin no pudo ser contactado para hacer comentarios.

Prokoshev, quien dijo que todavía le deben $60.000 en salarios, culpó a Grechushkin y a los funcionarios libaneses, quienes insistieron en incautar primero el barco y luego mantener el nitrato de amonio en el puerto «en lugar de esparcirlo en sus campos. Podrían haber tenido muy buenos cultivos en lugar de una gran explosión», dijo. En cuanto al Rhosus, se había hundido en el puerto en 2015 o 2016, después de que el agua entró a bordo.

La partida de la tripulación dejó a las autoridades libanesas a cargo de la mortal carga del barco, que fue trasladada a una instalación de almacenamiento conocida como Hangar 12, donde permaneció hasta que explotó.

Los altos funcionarios de aduanas escribieron a los tribunales libaneses al menos seis veces entre 2014 y 2017, en busca de orientación sobre cómo deshacerse del nitrato de amonio, según los registros públicos publicados en las redes sociales por un legislador libanés, Salim Aoun.

«En vista del grave peligro que representa mantener este envío en los almacenes en un ambiente inapropiado», escribió en mayo de 2016 Shafik Marei, director de aduanas libanesas, «repetimos nuestra solicitud de exigir a la agencia marítima que reexporte el material de inmediato». Los funcionarios de aduanas propusieron varias soluciones, incluida la donación del nitrato de amonio al Ejército libanés o la venta a la empresa privada libanesa de explosivos. Marei envió una segunda carta similar un año después. El poder judicial no respondió a ninguna de sus súplicas, según los registros.

La versión de Mozambique

El nitrato de amonio fue vendido por un productor de fertilizantes, Georgian Rustavi Azot LLC, a un fabricante de explosivos en Mozambique, Fábrica de Explosivos [sic]. Reuters intentó ponerse en contacto con una fuente bien ubicada en la empresa mozambiqueña a través de LinkedIn, pero hasta ahora no ha podido obtener ninguna reacción o aclaración. Levan Burdiladze, director de infraestructura de Rustavi Azot, dice que solo en los últimos tres años la empresa ha operado la planta química donde opera actualmente, por lo que no puede confirmar el origen del nitrato de amonio en cuestión.

Cornelder, la empresa que gestiona el puerto de Beira, nunca fue notificada de la operación de un barco con destino a Mozambique con 2.750 toneladas de nitrato de amonio, que provocó explosiones en el Líbano. «Normalmente, antes de recibir un barco, nos notifican. En este caso, nunca recibimos notificación de un barco que llegara al puerto de Beira con estas características y carga», dijo António Libombo, subdirector ejecutivo de Cornelder, que administra el puerto desde 1998. El ministerio de Transporte y Comunicaciones de Mozambique también dijo que no había sido informado sobre un barco con estas características ese año.

Sugerencias y silencios de Hezbolá

Al-Mayadin, un canal de televisión cercana al movimiento, anunció rápidamente que «el incidente no fue causado por un acto terrorista». Después de la explosión, un portavoz de Hezbolá, en su estación de televisión oficial Al-Manar, desmarcó rápidamente cualquier vínculo del grupo terrorista con el acto y dijo que «todo comenzó con un cortocircuito». Al parecer, al abundar los rumores de que la causa de la explosión en Beirut fue un ataque israelí contra el armamento de Hezbolá, fuentes cercanas a Hezbolá dijeron a la OTV del Líbano que «no hay verdad» en tales afirmaciones.

Según Ehud Yaari, conocido periodista israelí, experto en Medio Oriente, el general de división Abbas Ibrahim, director general de la Dirección General de Seguridad General (GSS), fue quien se apresuró a decir que la masiva explosión que había sacudido la zona del puerto de Beirut fue causada por la confiscación de «materiales altamente explosivos». Sería «ingenuo describir tal explosión como debida a fuegos artificiales», dijo Ibrahim a la televisión libanesa. El GSDG es hoy el más poderoso de los órganos de seguridad del estado interno del Líbano. Muchos analistas libaneses consideran que Ibrahim funciona en nombre de Hezbolá dentro del sistema de seguridad del Estado, a menudo desempeñando un papel mediador.

La persona que en realidad administra el puerto de Beirut es Wafiq Safa, jefe de seguridad de Hezbolá y cuñado de Nasrallah, casado con la hermana de Nasrallah. El 9 de julio de 2019, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. designó a Safa como jefe del aparato de seguridad de Hezbolá, directamente vinculado al secretario general Hassan Nasrallah, para explotar los puertos y cruces fronterizos del Líbano para el contrabando y facilitar viajes en nombre de Hezbolá, socavando la seguridad y protección del pueblo libanés, al mismo tiempo que drena valiosos aranceles e ingresos de importación del Gobierno libanés.

Es importante señalar que Hezbolá no había reaccionado oficialmente al desastroso evento hasta el viernes 7 de agosto por la noche, unas 72 horas después de la explosión, una clara señal de profunda vergüenza. El secretario general de Hezbolá, Hasan Nasrallah, tenía previsto hablar el miércoles 5 de agosto por la noche en relación con la actual tensión en la frontera con Israel, pero Al-Manar anunció que su discurso se había retrasado y que «su eminencia abordará los últimos acontecimientos».

En su relativamente corta aparición, Nasrallah estuvo más bien a la defensiva y repelió esas voces en el Líbano que, “desde la primera hora de la explosión, cuando la gente ni siquiera se había dado cuenta de lo sucedido o quién lo había causado, algunos medios árabes locales y las facciones políticas tenían su propia historia de que lo que había causado la explosión en el almacén era un alijo de armas de Hezbolá, materiales explosivos y misiles. No importaba lo que fuera, tenía que ser Hezbolá. “Esto es injusto. Esto es excepcionalmente injusto”, dijo. [Las citas del discurso fueron tomadas de la traducción simultánea en Twitter por David Daoud, analista de investigación sobre Hezbolá y Líbano – 7.8.2020].

“Quiero ser muy claro y negar totalmente que tenemos algo en este almacén, ni misiles, nitrato de amonio, ni balas, ni ahora ni en el pasado”, dijo enfáticamente. “Sabemos cómo llegó el nitrato de amonio al almacén y no quiero dedicar más tiempo a lidiar con esto. La investigación decidirá si lo que fue destruido era de naturaleza militar”.

Además, negó cualquier vínculo entre la organización y el puerto de Beirut. “No sabemos nada de lo que sucede en el puerto de Beirut. Algunos cuestionaron si Hezbolá sabe más sobre el puerto de Haifa en Israel que sobre el puerto de Beirut. Sí, correcto, porque como Resistencia es nuestro deber saber qué está pasando en el puerto de Haifa, pero no en el puerto de Beirut”. Esto, en contradicción con lo que se sabe sobre la intensa actividad en el puerto de Wafiq Safa, el jefe de seguridad de Hezbolá y su cuñado,

Nasrallah incluso insinuó la posibilidad de que la explosión «pudo haber sido causada por actores externos, jets, misiles, entre otros». De esta forma, aprovechó una declaración previa de su aliado, el presidente libanés Michel Aoun, acerca de que “una posibilidad sobre la causa de la explosión del puerto de Beirut es que “una intervención extranjera/ externa provocó este incidente”.

En cuanto a la investigación, Nasrallah claramente prefiere que sea realizada por el establishment libanés y sus aliados, no una internacional. “Ahora hay una cuestión de confianza. Si todo el pueblo y las facciones libanesas confían en las Fuerzas Armadas Libanesas [LAF], dejen que las LAF realicen una investigación. Si algunos libaneses confían en una agencia de seguridad y otros confían en otra, que ambas agencias lleven a cabo una investigación conjunta. Pero si hay consenso sobre la confiabilidad de LAF, permítanles investigar y revelar hallazgos».

Y terminó con una nota optimista y desafiante: “Quiero decirles a aquellos que han comenzado una batalla con Hezbolá por este desastre: no obtendrán ningún resultado. Le digo a la base de Hezbolá, no se preocupe. Estas personas persiguen espejismos. Así como se sintieron decepcionados en el pasado, volverán a estar decepcionados».

En resumen, Nasrallah ha tratado de convencer al pueblo libanés y a la comunidad internacional de que Hezbolá está limpio de cualquier participación pasada o presente en la explosión del puerto de Beirut. De hecho, no se ocupó en absoluto de las numerosas consultas sobre este grave asunto.

Experiencias previas de Hezbolá con nitrato de amonio para ataques terroristas

En septiembre de 2015, gracias a un aviso de un gobierno extranjero, según los informes, Israel, la Policía y los agentes de inteligencia en Londres allanaron cuatro propiedades y descubrieron tres toneladas métricas del agente explosivo nitrato de amonio contenido en miles de bolsas de hielo. Esta redada se hizo en secreto, no implicó ningún enjuiciamiento y se mantuvo en secreto durante años. La célula de Hezbolá que almacenó estas bolsas de hielo en Londres fue parte de una operación mucho más amplia para esconder bolsas de hielo [llenas] con nitrato de amonio y otros materiales explosivos en lugares estratégicos de todo el mundo y está estrechamente relacionada con tramas reportadas anteriormente desde Tailandia a Chipre.

Otro almacén lleno de aproximadamente cuatro toneladas de agentes explosivos, incluido nitrato de amonio, presumiblemente [empacado] en bolsas de hielo, fue allanado por la Policía tailandesa, después de arrestar al agente de Hezbolá, Hussein Atris, en enero de 2012. Atris afirmó que los explosivos no eran para su uso en Tailandia y el jefe de la Policía Nacional dijo que fueron encontrados en cajas de envío para exportar a otros países y que el alijo había estado escondido allí por al menos un año.

En octubre de 2014 el operativo de Hezbolá, Muhammad Amadar, fue arrestado en Perú con explosivos, después de haber sido capturado espiando objetivos locales judíos e israelíes. Los explosivos encontrados en la casa de Amadar probablemente fueron transferidos del cargamento de Tailandia. Un complot similar se interrumpió en Bolivia alrededor de 2015, y un periódico saudí informó en 2017 que la Policía boliviana frustró un posible complot de Hezbolá para llevar a cabo grandes ataques contra turistas en Bolivia, Perú y Chile.

El descubrimiento de 8,2 toneladas de bolsas de hielo [conteniendo] nitrato de amonio en Chipre en 2015 y el arresto y posterior condena de Hussein Bassam Abdallah como agente de Hezbolá, que planeaba ataques contra objetivos israelíes o judíos en ese país, demostraron que Chipre también era un «punto de exportación» de otros ataques planeados en toda Europa, incluido posiblemente el atentado con bomba contra un autobús turístico israelí en Burgas, Bulgaria, en 2012. Las reservas de Chipre habían estado escondidas allí desde al menos 2011, lo que probablemente también fue cierto en el hallazgo de Londres de 2015.

Los medios de comunicación chipriotas y griegos especulan si existe alguna «inquietante conexión» entre el nitrato de amonio descubierto en Chipre en 2015, pero encontrado allí desde 2011, y el propietario del Rhosus, Igor Grechushkin, empresario ruso sin ciudadanía chipriota, gerente de Teto Shipping, una empresa en quiebra con registro en las Islas Marshall.

Preguntas importantes que la investigación tendrá que aclarar

Si nadie esperaba el nitrato de amonio en Mozambique, ¿la parada del barco en Beirut “por falla técnica” fue solo un truco para almacenarlo allí?

Nadie se puso en contacto con la empresa Fábrica de Explosivos de Mozambique, que probablemente apareció en el manifiesto [lista de embarque] del barco, para preguntar si querían el cargamento, después de haber pagado un millón de dólares al dueño del barco.

¿Quién decidió almacenar el sensible explosivo en el puerto, a pesar de que un cliente lo esperaba en Mozambique?

¿Quién decidió durante seis años, una y otra vez, mantenerlo en el puerto en malas condiciones?

Durante todos estos años, ¿alguien tuvo acceso al Hangar 12 para llevarse parte del material almacenado y, si es positivo, ¿de quién se trataba?

¿Hubo almacenamiento de armas de Hezbolá cerca del nitrato de amonio que pudiera poner en peligro el sensible material explosivo?

Fuente: International Institute for Counter-Terrorism. Interdisciplinary Center Herzliya.

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