El extracto de espirulina puede prevenir la gravedad del COVID-19. Foto: FOODISM360/ Unsplash

Un estudio mostró que reduce un 70% la liberación de una proteína del sistema inmunológico que causa la peligrosa tormenta de citocinas en los pulmones.

Un extracto del alga verde azulada espirulina puede ayudar a los pacientes con COVID-19 a evitar enfermarse de gravedad. Así lo informó un estudio realizado por científicos israelíes e islandeses publicado en la revista Marine Biotechnology.

“Los posibles beneficios de la espirulina para la salud están bien documentados. Esta alga verde-azul contiene C-ficocianina (C-PC), una proteína que se une a los pigmentos, y que mejora las actividades antioxidantes, antiinflamatorias y antitumorales”, indicaron los investigadores.

El equipo de científicos halló que un extracto de espirulina mejorada de forma fotosintética redujo en un 70 por ciento la liberación de una proteína del sistema inmunológico que puede causar una tormenta de citocinas en los pulmones y llevar al enfermo a sufrir una dificultad respiratoria aguda y daño orgánico.

En la actualidad, se cree que las tormentas de citocinas son responsables de los casos críticos de COVID-19.

La investigación, que se llevó a cabo en el Instituto de Investigación MIGAL de la Galilea en en el norte de Israel, usó algas cultivadas en un laboratorio en Islandia por la empresa israelí Vaxa, financiada por la Unión Europea para explorar tratamientos naturales contra el COVID-19.

“(Los resultados) indican que si se administra el extracto de algos a los pacientes poco después del diagnóstico, éste se puede usar para prevenir las tormentas de citocinas”, indico Asaf Tzachor, coautor principal del estudio e investigador de biotecnología en el Centro Interdisciplinario (IDC) en Herzliya.

Actualmente, Tzachor dirige el Departamento de Seguridad Alimentaria. y el Proyecto de Riesgos Catastróficos Globales en el Centro para el Estudio del Riesgo Existencial de la Universidad de Cambridge.
El otro coautor principal es Or Rozen de MIGAL. Entre los autores contribuyentes se encuentran Soliman Khatib y Dorit Avi (MIGAL) y Sophie Jensen del  Investigación y desarrollo de alimentos y biotecnología MATIS de Reikiavik .

Para este año se planean ensayos clínicos con el objetivo de formular gotas de espirulina por vía oral.

Fuente: ISRAEL21c

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