Por Ilan Zalayat y el Dr. Yoel Guzansky
Poco después de la visita del ministro de Exteriores de Israel, Gideon Sa’ar, a los Emiratos Árabes Unidos, un instituto de investigación de inteligencia artificial (IA) emiratí anunció la apertura de una sucursal en Haifa.
Simultáneamente, el multimillonario emiratí Hussain Sajwani declaró una inversión de 20 mil millones de dólares para establecer centros de desarrollo de IA en Estados Unidos.
Los Emiratos Árabes Unidos buscan diversificar su economía, que sigue dependiendo en gran medida de los ingresos del petróleo, y establecerse como una potencia tecnológica.
En este marco, la federación ha identificado la IA como un foco central.
Los Emiratos Árabes Unidos ya son una potencia mundial emergente en IA y han invertido importantes recursos en ese campo, incluido el establecimiento de un ministerio gubernamental dedicado, una universidad de IA y el reclutamiento de los mejores talentos mundiales.
El instituto que abrirá una sucursal en Israel lanzó el año pasado su modelo de lenguaje Falcon, que rivaliza con ChatGPT en sus capacidades.
Este éxito ha suscitado preocupación en Occidente, principalmente debido a los estrechos vínculos de los EAU con las empresas chinas y su flexibilidad, en comparación con las naciones occidentales, a la hora de utilizar los datos de los ciudadanos para el entrenamiento de la IA.
Un ejemplo notable de esta preocupación es la relación entre la empresa emiratí G42, propiedad de Tahnoon bin Zayed, el influyente hermano del presidente de los EAU y el hombre más rico de la federación, y empresas chinas.
Se teme que estos vínculos puedan facilitar la transferencia de tecnología y datos estadounidenses sobre ciudadanos estadounidenses a China.
Bajo presión estadounidense, G42 cortó la mayoría de sus vínculos con empresas chinas el año pasado, reemplazándolas por Microsoft.
Esta medida tenía como objetivo mejorar las tensas relaciones con Estados Unidos, y culminó con una reunión entre los presidentes Biden y Bin Zayed, donde firmaron un memorando de entendimiento sobre IA.
De manera similar, la reciente voluntad de los Emiratos Árabes Unidos de invertir en IA en Estados Unidos, creando numerosos empleos bien remunerados, puede verse como un gesto hacia el presidente Trump.
Este esfuerzo tiene como objetivo asegurar el acceso a recursos que anteriormente estaban retenidos debido a preocupaciones sobre los vínculos con China, como los aviones de combate F-35.
Israel tiene un interés particular en fortalecer los lazos entre los Emiratos Árabes Unidos y los Estados Unidos, especialmente en la cooperación tecnológica, como un medio para reforzar los Acuerdos de Abraham.
Al mismo tiempo, estos acontecimientos requieren cautela y supervisión para evitar que tecnologías y datos sensibles caigan en manos de China o Irán.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies