La conferencia de donantes celebrada en Bruselas para recaudar fondos para construir una planta desalinizadora de agua en la Franja de Gaza ha recaudado 456 de los 562 millones de euros necesarios para la puesta en marcha de esta infraestructura, la mayor que se ha construido en este territorio.
«Hoy es un gran día para Gaza y para sus ciudadanos», aseguró el comisario europeo de Política de Vecindad, Johannes Hahn, en referencia al proyecto, que mejorará el suministro en una región en la que el 97 % del agua no es apta para el consumo humano, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La UE contribuirá a la construcción de esta planta con 77,1 millones de euros, mientras que 42 países (incluidos Israel y veinte Estados miembros) y otras siete instituciones han manifestado también su compromiso de apoyar la creación de esta infraestructura, que se espera que esté operativa en 2022.
El Banco Mundial (BM), en colaboración con la Autoridad Palestina (AP), ya está trabajando en la creación del sistema necesario para garantizar que el suministro de agua proveniente de la planta, que producirá entre 55 y 110 millones de metros cúbicos al año, pueda llegar a la ciudadanía.
Estados Unidos, cuyo Gobierno anunció recientemente la retirada de parte de los fondos que había comprometido con la agencia de la ONU para los llamados “refugiados palestinos” (UNRWA), trasladó su apoyo a la construcción de la planta a través de su representante en la reunión.
«Para que este proyecto triunfe es esencial que todos los participantes mantengan su compromiso de crear una perspectiva mejor para Gaza», afirmó Hahn, que hizo especial hincapié en la importancia de que la AP retome el control sobre el territorio.
Otro de los aspectos fundamentales que destacó el comisario es la necesidad de que Israel «garantice un suministro predecible tanto de energía como de materiales de construcción».
Durante los dos primeros años de actividad de la planta está previsto que ésta funcione con un suministro eléctrico facilitado desde Israel, mientras que a largo plazo se espera que pueda mantenerse con gas natural y unas placas solares que se instalarán en el entorno de las instalaciones.
Del origen del suministro energético dependerá en buena medida el coste que tendrá el metro cúbico de agua, que podría oscilar entre los 0,7 y los 1,2 euros por metro cúbico.
El primer ministro de la AP, Rami Hamdallah, aseguró que esta noticia «transmite un mensaje de esperanza a la población de Gaza» y contribuirá a mejorar la estabilidad política de la región, ya que entiende que la escasez de agua «puede hacer estallar nuevas tensiones, con repercusiones nefastas».
El propio Hamdallah había inaugurado la semana pasada una planta depuradora de agua en la Franja de Gaza que había sido financiada con la ayuda del Banco Mundial.
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) iniciará el procedimiento de licitación el próximo 15 de abril y, durante el transcurso de la conferencia de hoy, firmó una carta de intenciones junto a la AP para garantizar el éxito de las siguientes fases de preparación y ejecución del proyecto.
Además de esta conferencia de donantes, Bruselas acogió también una sesión extraordinaria del grupo internacional de donantes para la Autoridad Palestina (AHLC), organizada conjuntamente por el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, representado por su titular, Ina Soreide.
Según la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en el encuentro se discutieron medidas que se anunciarán este año y tendrán «un efecto inmediato» a la hora de «acelerar» los esfuerzos que apuntalen una solución con Israel y los palestinos como dos Estados.
En este sentido, Mogherini defendió la importancia de mejorar «las condiciones sanitarias en la Franja de Gaza» para ahondar en el proceso de reconciliación «entre todas las facciones palestinas» y garantizar el control de la AP sobre el territorio.
La próxima reunión del grupo internacional de donantes para la Autoridad Palestina se celebrará en septiembre. EFE y Aurora