mié. Dic 4th, 2024

La bondad y el rigor. Reflexión.

26 de noviembre de 2024 ,
Foto: Pixabay

Entonces el siervo corrió a su encuentro, y dijo: “Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro”.
Libro del Génesis 24:17

La media naranja.

O el opuesto complementario. Y reparamos en otro punto o arista de este parashá o capítulo semanal de Jayé Sará.

Eliézer, el fiel siervo de Abraham, debe buscar una esposa para Isaac.

El siervo busca una muchacha que exprese la midá o cualidad de bondad.

Y ahí aparece Ribká o Rebeca, que expresa aquella tendencia natural para realizar favores para con el prójimo.

La bondad, se encuentra íntimamente ligada con la empatía, o ponerse en el lugar del otro.

Y para cerrar el primer bloque, uno puede pensar en una bondad natural o espontánea, o por el otro lado algo que se puede adquirir (con el tiempo) luego de practicarlo un infinito número de veces.

Isaac y el rigor.

Isaac no es como su padre Abraham. En él se destaca la característica del rigor o de la disciplina personal.

Su energía se encuentra direccionada casi totalmente a su desarrollo personal y particular.

Como construir ese canal directo pero privado entre él y la Divinidad.

Y entonces, debe dejar de lado mirar hacia el mundo exterior y a su prójimo, a los fines de poder aislarse y poder arar y sembrar y trabajar su propio campo interior.

Es una separación necesaria (en su justa medida) para la colosal tarea de la introspección.

En síntesis, el Yo desplaza en este plano al otro.

Y empuja hacia afuera el interés por el prójimo.

Como cierre de este segundo bloque, el rigor es otro camino para poder llegar a la conexión divina.

El tornillo y la tuerca.

Hombre y mujer son opuestos complementarios.

Uno ingresa y el otro recibe, y la dupla cumple la función de unión o enganche qué tiene que ver con diferencias anatómicas y físicas y emocionales.

La midá o propiedad del rigor debe ser atemperada con el jesed o la bondad.

Reflexión para un final.

Se trata de un contrapunto, o una inflexión, que posibilita la conjunción y el armónico accionar.

Como la disposición de estas sefirót en el árbol Cabalístico ubicándose a un mismo nivel o plano en la horizontal.

Como un balancín, donde uno frena y el otro acelera. Una regulación mutua, armónica y perfecta para esta pareja.

Y concluyó con lo que dice el versículo 67 del mismo capítulo: “Isaac la llevó a la tienda (Jupá) de su madre Sará; tomo a Ribká y ella se convirtió en su esposa, y él la amó (cohabitó con ella)”.

El Shíduj funcionó.

Shavua Tov.

Dr. Natalio Daitch

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