Los colmenares construidos en un kibutz de Galilea se equiparon con sistemas de inteligencia artificial de alta tecnología para garantizar la longevidad de estos polinizadores vitales. “Aquí hay dos millones de abejas”, dijo Shlomki Frankin, mientras entraba en un contenedor de 12 metros cuadrados en el kibutz Beit Haemek.
De nombre “Beehome”, el proyecto es una creación de una empresa emergente israelí. Alberga hasta 24 colmenas, según Frankin, de 41 años, a AFP. Y añadió que estas cuentan con un robot multipropósito que hace de todo: monitorear las abejas, ajustar su hábitat y cuidarlas.
La startup Beewise redujo las tasas de mortalidad en una especie que en los últimos años experimentó fuertes tasas de baja por amenazas ambientales. “El robot está equipado con sensores que le permiten saber qué está pasando en los marcos de las colmenas”, dijo Netaly Harari, directora de operaciones de Beewise.
Para Frankin, “el robot es una herramienta para los apicultores, pero no los reemplaza. Ahorran mucho tiempo”, continuó, porque le permiten “hacer muchas cosas simples de forma remota”. Alrededor de un centenar de colmenas de alta tecnología funcionan en Israel y una docena más se envió a Estados Unidos. Por su parte, Beewise está buscando apoyo en el mercado europeo dentro de dos años.
Luz entre las naciones!