La semana pasada, durante el campeonato mundial de judo, el iraní Saeid Mollaei era uno de los claros favoritos del torneo.
Mollaei perdió en el encuentro de semifinal contra el belga Mathias Casse que luego fue derrotado en la final por el israelí Sagi Muki.
Según especulan expertos en el tema, el judoka iraní, que en los papeles era superior a Casse, perdió de forma intencionada el encuentro para evitar encontrarse con el israelí en la final, algo prohibido según la ley iraní que prohíbe enfrentarse a deportistas israelíes.
Incluso el jefe de la Federación Internacional de Judo, Marius Vizer, le dijo al periódico japonés Asahi Shimbun que Mollaei temía que su familia sería atacada por el régimen iraní si se enfrentaba al israelí Sagi Muki.
Ahora, funcionarios de la Federación Internacional de Judo confirmaron que Mollaei está pidiendo asilo en Alemania para evitar volver a Irán.
El máximo organismo del judo está ofreciendo protección a Mollaei e incluso le dieron la opción de competir en los juegos olímpicos del 2020 como parte de la delegación de «atletas refugiados», un equipo establecido en el año 2015 que incluí a dos judokas de Congo que participaron en las Olimpiadas de 2016.