Israel y Líbano inician negociación histórica para demarcar la frontera marítima

Un vehículo de la ONU se desplaza en Naqura, Líbano Foto: REUTERS/Aziz Taher

Representantes de Israel y el Líbano se sentarán esta mañana en la mesa de negociación, por primera vez en décadas, para tratar de acordar la demarcación de la frontera marítima entre ambos, un espinoso tema que impide las exploraciones en la zona.

Ambas partes han dejado claro que se trata de una negociación exclusivamente para solventar la disputa territorial, que les permita hacer uso de su Zona Económica Exclusiva del Mediterráneo, y han negado que las conversaciones supongan un acercamiento o un inicio de normalización entre ambos.

El diálogo contará con la mediación de Washington, empezará a las 10.00 horas (07.00 GMT) en la sede de UNIFIL, la fuerza de paz de la ONU en la región, en la localidad fronteriza de Naqura (a unos 200 metros al norte de Israel).

Se desarrollará en una tienda de campaña abierta (por precaución ante el coronavirus) y los equipos, según ha confirmado la parte libanesa, hablarán de forma «indirecta», es decir, estarán en la misma mesa pero no hablarán entre ellos, sino que se dirigirán a los mediadores estadounidenses y de la ONU presentes.

«Tenemos un objetivo muy claro y limitado: queremos únicamente resolver una disputa marítima sobre nuestra Zona Económica Exclusiva (ZEE) para pavimentar el camino para la exploración, descubrimiento de campos de gas en el Mediterráneo para beneficio de ambos pueblos», dijo un alto cargo del Ministerio de Energía israelí.

Israel afronta esta negociación, aseguró, desde un punto de vista estrictamente técnico-económico, «con una actitud muy pragmática» y con la intención de que pueda llegarse a un acuerdo «en unos meses» para solucionar un problema que ha impedido el desarrollo de posibles campos de gas en la zona en la última década.

El ministro en funciones de Exteriores del Líbano, Charbel Wahbe, aseguró ayer que no habrá ningún diálogo sobre normalización de relaciones, y aseguró: «La demarcación de fronteras es nuestro deber, y no vamos a dejar nuestras divisorias marítimas sin definir y dejar al enemigo israelí buscar petróleo y gas muy cerca de aguas libanesas».

Ayer llegó al Líbano el estadounidense que presidirá las negociaciones, el jefe de Asuntos de Oriente Medio en el Departamento de Estado, David Schenker. El embajador de EE.UU. en Argelia, John Desrocher, será el mediador jefe, y el coordinador especial de la ONU para Líbano, Jan Kubis, será el anfitrión del encuentro.

La delegación libanesa, de cuatro miembros, estará encabezada por el general de brigada de la Fuerza Aérea libanesa Bassam Yassin, acompañado por otro militar, el coronel de la Marina Mazen Basbous, un alto cargo del ministerio de Energía, Wissam Chbat, y un experto en fronteras Najib Massihi.

La israelí estará encabezada por Udi Adiri, director general del Ministerio de Energía, acompañado por Mor Halutz, jefe de la oficina del ministro Yuval Steinitz, y el asesor internacional del ministro, Aviv Ayash, que estarán acompañados de personal del Ministerio de Exteriores y de la División de Estrategia del Ejército.

Según Alan Baker, exasesor legal del Ministerio de Exteriores de Israel, se trata de las primeras negociaciones relevantes entre los dos países en treinta años y la disputa versa en torno a un área de 330 millas marítimas cuadradas (860 kilómetros cuadrados), ricas en gas natural, informó el digital Times of Israel.

Fuentes del Ministerio de Energía de Israel indicaron que el desacuerdo es pequeño, con una diferencia de unos cuantos kilómetros (entre 5 y 6) sobre el lugar donde debe discurrir la línea divisoria, pero es importante porque de ello dependerá el acceso de una y otra parte a los posibles recursos que puedan existir en el subsuelo. EFE

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