Israel y la crisis climática: Pasar de la retórica a la acción, ¡ahora!

Naftali Bennett Foto: GPO Haim Zach vía Facebook

Por Shira Efron y Kim Noach

La conferencia del clima en Glasgow comenzó el domingo pasado con la asistencia de delegados de unos 200 países, incluidos 170 jefes de Estado.

El lunes, el primer ministro Bennett se dirigió a la conferencia y afirmó que «Israel está al comienzo de una revolución sobre el cambio climático».

El viernes, unos días antes de la apertura de la conferencia internacional, Israel anunció su nuevo objetivo de cero emisiones para 2050.

Este es un objetivo que coincide con los compromisos de muchos otros países, y el nuevo gobierno, que hasta ahora ha mostrado una clara intención real de tomar una serie de acciones relacionadas con el clima para frenar el calentamiento global, debe ser elogiado por ello.

Sin embargo, se requerirá que Israel vaya mucho más allá de las declaraciones de intenciones, y la carga de la prueba recae en el gobierno actual, que tendrá que cerrar múltiples brechas.

El mayor problema es que Israel aún no cuenta con un plan de acción nacional presupuestado para lograr los objetivos y, según el informe del Contralor del Estado, que tuvo una gran resonancia, la respuesta de los organismos pertinentes en Israel a la crisis climática «oscila entre ‘rezagada’ y cero».

Entre estos cuerpos también se encuentran los organismos de seguridad.

Según el informe del Centro de Investigación e Información de la Knesset publicado en junio pasado, la información recibida del Ministerio de Defensa sobre la preparación para el cambio climático incluye «descripciones que eran generalizadas y centradas en la etapa de evaluación de las posibles consecuencias del cambio climático».

No se mencionan «detalles concretos sobre los preparativos reales del establecimiento de seguridad para dichos riesgos».

Desde que se publicó el informe, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han establecido una división del clima que está estudiando el tema con diligencia.

Recientemente, el primer ministro y el jefe del Consejo de Seguridad Nacional también reconocieron la crisis climática como una cuestión de seguridad nacional.

Las tendencias, por lo tanto, son positivas y ciertamente es posible sentir los vientos del cambio.

Sin embargo, el paso de las palabras a la acción debe ser rápido para que sea eficaz.

Y para usar la jerga de Greta Thunberg, ¡paren con el bla bla bla y comiencen a trabajar!

Fuente: INSS The Institute of National Security Studies

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