Israel y Hamás están más cerca que nunca del acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza, según repiten las autoridades israelíes y secundan, más prudentemente, los miembros de la organización terrorista.
Las autoridades israelíes aluden siempre a un “acuerdo de rehenes”, mientras que Hamás se refiere a él como un “alto el fuego”. Lo que se decida sobre cuestiones clave en las negociaciones como la demanda de Israel de mantener sus tropas en los corredores de Filadelfia y Netzarim; o la de Hamás de mantener un cese el fuego tras la primera fase del acuerdo, harán que la balanza se incline hacia una de esas dos concepciones.
La propuesta sobre la mesa recoge una primera fase de 42 días de alto el fuego, durante el que Israel pide la liberación de 34 rehenes, tanto vivos como muertos, confirmó una fuente de Hamás.
“Lo que impide la firma ahora mismo es la demanda de la ocupación de una lista con los nombres de los rehenes vivos y muertos. Esta sería posible si nos dan una semana de tregua para verificar. De otra forma, el proceso para hacer el censo es difícil”, aseguró esta fuente.
Los desacuerdos entre Israel y Hamás, aunque reconocidos por ambas partes mientras aseguran mantener su optimismo por el acuerdo, sólo se dan a conocer a través de filtraciones, en medio del secreto de sumario que envuelve al diálogo.
En este sentido, el grupo terrorista indicó que otro de los desencuentros es la demanda israelí de incluir entre los liberados a soldados israelíes heridos, algo que para Hamás queda fuera del acuerdo.
La organización no reveló la cifra estimada de terroristas presos palestinos cuya excarcelación exige a cambio, alegando que difundirla podría perjudicar las negociaciones.
Haaretz asegura que Israel ha vetado la liberación de 50 de los presos propuestos por Hamás, entre los que se encuentran el líder del movimiento palestino Fatah Marwan Barghouti o el secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina, Ahmad Saadat.
Israel exige desde hace meses mantener a sus tropas en el corredor de Netzarim, creado por el Ejército y que aísla del resto del enclave Ciudad de Gaza y las ciudades más al norte (Yabalia, Beit Lahia y Beit Hanoun, recientemente arrasadas).
Desde este punto estratégico pretende controlar el acceso para evitar que se reagrupen los miembros de Hamás.
Junto a Netzarim, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, buscaba seguir controlando el corredor de Filadelfia, fronterizo entre Gaza y Egipto. El diario Israel Hayom, sin embargo, apunta a que Egipto, como mediador, presiona a Israel para que sea una entidad palestina acordada por las partes la que gestione la divisoria.
Hasta ahora, no han trascendido detalles sobre la hipotética segunda fase del acuerdo, que encaminaría las conversaciones hacia un cese permanente de las hostilidades y la liberación de todos los cautivos.
Paula Bernabéu de Efe colaboró con este artículo de Aurora.
Denles todo lo que quieran y hagan que el el acuerdo se rompa.
Esta vez es a muerte no a 3 caidas