por Dr. Israel Jamitovsky
Las lamentables decisiones adoptadas por el actual gobierno español de adherirse a la demanda promovida contra Israel en el Tribunal Internacional de Justicia así como el reconocimiento al Estado Palestino, particularmente no me sorprenden.
Mas allá del apego al idioma español (mi primer artículo periodístico lo escribí a la edad de 14 años en el órgano del movimiento juvenil a que concurría en Uruguay), nunca me hice excesivas ilusiones en tono a la actitud de los gobiernos españoles de izquierda hacia Israel.
Es cierto.Según me consta que en la derecha y centro españolas hay comprensión e incluso simpatía por la postura israelí, otros sostienen que la actitud del gobierno español en este espacio no representa la mayoría de la opinión pública y voluntad popular, pero lo que finalmente pesa es la actitud de los gobiernos y los que rigen los destinos de un país.
Por supuesto que todo no es negativo. En mi prolongada trayectoria institucional, una de las vivencias mas gratas que conservo, fue mi participación por mas de veinte años en los simposios hispanoisraelíes-judeocristianos que durante cuatro décadas se celebraron cada dos años en España e Israel, en los cuales no sólo me enriquecí culturalmente, sino que cultivé la amistad de entrañables amigos españoles.
Retornando a nuestro tópico, recuérdese que España fue el último país de la Unión Europea en establecer relaciones diplomáticas con Israel. Lo hizo en 1986, siete años después que lo hiciera Egipto (el acérrimo enemigo de Israel hasta ese momento) porque tal reconocimiento configuraba una condición sine qua non que la Unión Europa le impuso a España para posibilitar su ingreso e incorporación a su espacio. Estimo que en el establecimiento de relaciones también incidieron positivamente el hecho de que en aquel momento el Partido Laborista gobernaba en Israel y que Felipe González era el Presidente del Gobierno Español.
En la década del 90 asistí a una conferencia que dictó el mismo Felipe González en la Universidad de Tel-Aviv, en la que confesó abiertamente que al principio tanto él como su partido(socialista) eran claramente pro palestinos, pero la postura e influencia del Gobierno Republicano Español en el exilio, determinó que ambos posteriormente detentaran una tesitura mas objetiva y equilibrada en el conflicto israelí-palestino.
Este cambio no fue casual. Habida cuenta de la marcada hostilidad del gobierno franquista a Israel, la diplomacia israelí de aquellos años con muy buen tino y visión de futuro, siempre se mantuvo en contacto con representantes del Gobierno Republicano Español en el exilio. Según tengo entendido, desde los espacios de la Segunda República Española, afloró empatía por el Sionismo y el derecho del pueblo judío a erigir su propio estado en su solar histórico.
Airadas reacciones ante la falta de objetividad
En la década del 90 del siglo anterior, comenzamos a ver en Israel las emisiones del Canal Internacional de la Televisión Española .Por razones obvias fue un motivo de alegría para los judíos e israelíes hispanohablantes pero dicho júbilo se esfumó rápidamente.
Sus corresponsales en el Medio Oriente de aquel momento, carecían de toda objetividad tal como lo requiere el genuino quehacer periodístico y eran claramente pro palestinos a la vez, a tal punto que en cierta oportunidad al cumplirse un aniversario de los Acuerdos de Oslo celebrado entre israelíes y palestinos, la Televisión Española Internacional sólo interrogó a la parte palestina, Israel que fue parte del acuerdo no existía, todo lo cual enervó lógicamente a israelíes y judíos hispanohablantes de todo el mundo.
El Instituto Cervantes comenzó a operar en Tel-Aviv en el año 1991 bajo la dirección de Juan Carlos Vidal. La reacción ante la antedicha falta de objetividad fue tal que recuerdo que en la década del 90, los asistentes a las jornadas culturales promovidas por dicho Instituto, solían protestar enérgicamente ante la subjetividad del antedicho órgano de prensa español a tal punto, que su director en aquel momento aclaró públicamente en mas de una oportunidad y antes del comienzo de algún evento cultural, que el Instituto Cervantes en Tel-Aviv no guardaba relación alguna con el Canal Internacional de la Televisión Española.
Una faceta a señalar en relación a la postura de la izquierda española y mundial que verborrea y pregona el socialismo. Mas allá de los crímenes de lesa humanidad cometidos por Hamás contra la población israelí (violación de mujeres, incineración de personas vivas, asesinato a mansalva de varones, mujeres y niños, violación de las rehenes mujeres), esos mismos hombres y mujeres practican y vivencian cotidianamente el socialismo en las colonias colectivas(kibutzim).
Esos mismos hombres y mujeres(víctimas de la barbarie de Hamás) solían trasladar desinteresadamente a enfermos árabes de la Franja de Gaza a hospitales israelíes para su pertinente curación con todos los riesgos que implicaba, habida cuenta que los enormes flujos de dinero que Catar y otras fuentes hacían llegar a Hamás en la Franja de Gaza, estaban destinados al terrorismo y a la destrucción a costa de las reales necesidades y apremios de su población(salud, educación, vivienda y bienestar social).
La Autoridad Palestina y sus bemoles
El reconocimiento por parte del Gobierno Español del Estado Palestino merece por cierto verter algunas reflexiones. No descarto que en el futuro la solución de los dos estados en tanto solución viable para el conflicto israelí-palestino condicionado a que se trate de una genuina paz y no afecte la seguridad e integridad territorial de Israel, pero aun así cabe formular algunas precisiones.
Dicha solución apunta a cristalizar el supuesto estado-nación para ambos pueblos, en este caso el judío y el palestino. Sin embargo desde el espacio palestino se señaló en reiteradas la negativa a reconocer a Israel en tanto estado del pueblo judío. ¿Cómo explicar esta postura, por qué negarle el derecho al pueblo judío a erigir su propio estado, que propósitos anima a la Autoridad Palestina?
Mas aún, hay un tópico que merece conocerse y a tomarse muy en cuenta. Me refiero al doctorado elaborado por el líder de la Autoridad Nacional Palestina Mahmud o Abu Mazen en la Universidad Patrick Lumumba de Moscú en el cual relativiza el Holocausto en términos aberrantes y carentes de toda base histórica. Bueno es tomar todos estos antecedentes y posturas en consideración.
La tradición judía ha rechazado siempre el fatalismo y el determinismo apuntando siempre a un futuro optimista. Desde Israel necesitamos urgentemente por cierto esta dosis de optimismo cuando las palabras hermosas, las frases rimbombantes y grandilocuentes sucumben ante la difícil coyuntura que atravesamos y las perspectivas de futuro inmediato, son por cierto poco halagüeñas.