Israel investiga las propiedades médicas de la marihuana en un invernadero oficial

Foto: Instituto Volcani vía Facebook

El Centro de Investigaciones Volcani es el único invernadero oficial israelí de marihuana, dedicado a plantar e investigar las propiedades del cannabis para uso médico, y abrió sus puertas por primera vez a un grupo de periodistas.

«Nos centramos en la investigación de enfermedades que no tienen cura por ahora, las llamadas enfermedades huérfanas», explicó la doctora Dvori Namdar, directora química del proyecto.

Los cuatro invernaderos situados cerca de la ciudad de Rishon Letzion, en los que está prohibido tocar las plantas sin guantes, donde la luz está meticulosamente calculada según la cepa y cuyos nombres les está prohibido divulgar a los trabajadores, albergan cientos de plantas.

Pertenecen a la familia del cannabis «sativa», conocida por sus efectos psicotrópicos y también los beneficiosos, detalló la química.

Se usa para tratar problemas relacionados con desórdenes alimentarios, como la anorexia; la espasticidad y los dolores en la esclerosis múltiple; la diabetes, las inflamaciones e, incluso, ante síntomas de enfermedades neurodegenerativas como el parkinson y el alzheimer.

«En el cannabis se han detectado más de 500 fitoquímicos (sustancias que se encuentran en alimentos de origen vegetal). Por los muchos componentes beneficiosos que tiene y la necesidad de estandarizar el tratamiento, tanto en lo relativo a la composición como a la dosis, trabajamos para que el uso del cannabis sea estandarizado», dijo el profesor Itamar Glazer, director de investigaciones del centro.

La investigación -hecha pública ahora, pero en marcha desde hace casi tres años- es innovadora «porque centraliza todos los procesos».

«Somos el único laboratorio que cultiva la planta, estudia sus componentes químicos, estudia su aplicación biológica y en ciertos proyectos también hacemos tratamientos preclínicos en cooperación con diferentes hospitales israelíes», resaltó la doctora Namdar.

Una de las primeras tareas es neutralizar el efecto psicotrópico de la planta.

«Una de las enfermedades huérfanas que nos preocupa por ejemplo es un tipo de epilepsia infantil, que es minoritaria y, por lo tanto, no se invierte mucho en su investigación», precisó.

Estos niños, agregó, «no suelen pasar de los 10 años, mueren antes por los múltiples ataques sufridos y se ha descubierto que en un 40 % de los pacientes tratados con cannabis pueden reducirse de manera significativa las crisis o hacerlas desaparecer».

El problema es que el carácter psicotrópico del cannabis impide a los niños «ser funcionales, por eso buscamos reducir el efecto psicoactivo y aumentar los principios activos médicos», agregó Namdar.

La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó hace dos días el uso de cierto cannabis para casos concretos de epilepsias infantiles.

Si bien el proceso desde que comienza la investigación de nuevos tratamientos hasta que estos llegan al mercado puede alcanzar los veinte años, la doctora Moran Mazuz, directora del laboratorio del proyecto, es optimista.

«Nosotros estamos viendo en nuestros experimentos la muerte de células cancerígenas, vemos la reducción de ciertas inflamaciones, vemos que funciona», aseguró. EFE

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