El Instituto de Investigación Biológica de Israel (IIBR), que desarrolla su propia vacuna contra la COVID-19, ha firmado un memorando de entendimiento para completar pruebas finales y comercializar el producto con la empresa farmacéutica multinacional NRx Pharmaceuticals, con sede en Estados Unidos.
El pacto establece que los ensayos clínicos y la tercera fase de test para el desarrollo final de la vacuna serán llevados a cabo por parte de la compañía en Ucrania, Georgia e Israel, mientras que el IIBR -institución bajo tutela del ministerio de Defensa israelí- «acompañará el proceso y continuará compartiendo conocimientos».
También «seguirá brindando asistencia científica para completar pruebas», informó hoy una portavoz de Defensa en un comunicado.
«Con este acuerdo podremos completar el desarrollo de la vacuna y permitir que Israel produzca vacunas de forma independiente», declaró a su vez el titular de Defensa, Benny Gantz.
NRx Pharmaceuticals «hará pruebas clínicas con decenas de miles de voluntarios» y se hace también con los derechos de fabricación y comercialización de la vacuna, denominada ‘BriLife’, un juego de siglas entre el término «salud» en hebreo (briut), la abreviatura de Israel (IL) y la palabra inglesa «life», vida.
Israel puso en marcha el desarrollo de su propia vacuna casi poco después de que la pandemia llegara al país. A fines de 2020 comenzó la fase de prueba con humanos, tras desenvolver antes con éxito una respuesta inmunitaria eficaz con animales.
La vacuna se hizo a partir de un virus existente, el VSV, virus de la estomatitis vesicular, y se administrará mediante inyección tradicional.
Una vez acabada su preparación definitiva, NRx Pharmaceuticals prevé «un rápido y asequible» proceso de producción industrial. EFE