Las Fuerzas de Defensa de Israel anunciaron este martes la muerte del enlace entre el grupo terrorista Hezbollah y el Ejército sirio, identificado como Salman Nimr Jamaa, en un ataque aéreo en Damasco.
“El régimen sirio apoya a Hezbollah y permite que la organización lo explote para transferir armas al ámbito libanés, poniendo así en peligro a los ciudadanos de Siria y Líbano”, aseguraron las fuerzas israelíes en un comunicado.
El ataque llega en plena ofensiva de los rebeldes yihadistas sirios contra el Gobierno de Bashar al Assad.
Las Fuerzas de Defensa de Israel acusaron a Jamaa de haber estrechado los lazos entre los militares sirios y el grupo terrorista chií, aliado de Irán y parte del llamado “Eje de la Resistencia”, que incluye también a las milicias proiraníes de Irak y Yemen.
“Jamaa era considerado una figura importante e influyente en Siria, por lo que su eliminación representa un golpe a la relación y la posición de Hezbollah en Siria y contribuye a prevenir su crecimiento”, dice el comunicado.
Durante su escalada contra Hezbollah en Líbano, Israel ha bombardeado también cruces hacia territorio sirio y posiciones del grupo terrorista en el país, acusando a las autoridades sirias de facilitar el traslado de armamento desde Irán a la milicia libanesa.
El domingo, las FDI mandaron abandonar el espacio aéreo sirio a un avión iraní sospechoso de transportar armas para el grupo terrorista chií, un gesto que se ha repetido en los últimos meses en los cielos sirios e iraquíes, según fuentes castrenses.
Al mismo tiempo, el Organismo de Liberación del Levante, antiguamente Frente al Nusra, exfilial de Al Qaeda en Siria, junto con facciones proturcas, inició el pasado miércoles una amplia ofensiva contra el Ejército sirio en el noreste del país donde controló por completo Idlib y la mayor parte de Alepo, a unos 340 kilómetros al norte de Damasco.
Esa alianza intenta avanzar hacia el sur, a Hama, mientras el Ejército sirio, apoyado por la aviación de Rusia, bombardea desde el inicio de la ofensiva sus posiciones y aglomeraciones en un intento de detener su avance mientras asegura que prepara un contraataque para recuperar las áreas conquistadas por los yihadistas.
Al menos 514 personas han muerto desde el inicio de la ofensiva insurgente el pasado 27 de noviembre, entre ellas 92 civiles, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores tanto en territorio dominado por Damasco como en zonas de la oposición.
Agencias contribuyeron con este artículo de Aurora.