Israel aprobó un presupuesto de 5.000 millones de shekels (1.500 millones de dólares) para preparar a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) para un potencial ataque contra las instalaciones nucleares de Irán, según el reporte del Canal 2 de la televisión.
El presupuesto es para adquisición de varios tipos de aviones de combate, drones, dispositivos para recolectar inteligencia, y armamento especial que podrían facilitar el ataque contra blancos subterráneos altamente protegidos.
Los equipos para recolectar inteligencia podrían incluir también satélites espaciales.
Días atrás, la Fuerza Aérea de Estados Unidos anunció que completó con éxito la prueba de una bomba antibunker especial GBU-72 Advanced 5K Penetrator. La bomba de 5.000 libras (más de dos toneladas) podría ser usada para atacar las plantas nucleares subterráneas de Irán.
La prueba estadounidense se ha servido de la experiencia adquirida por Israel en el bombardeo de la red de túneles que Hamás construyó en Gaza, durante el último conflicto en mayo pasado, sugiere el Canal 12.
Una bomba antibunker fue lanzada desde 35 mil pies de altura en la Base de la Fuerza Aérea Eglin en Florida.
Según el canal 12, la difusión de la prueba tenía como objetivo alertar a Irán para que regrese cuanto antes a las negociaciones en Viena para revivir el acuerdo nuclear de 2015.
La bomba antibunker GBU-72 ha sido especialmente diseñada para ser despachada a través de un avión de combate o un bombardero pesado. Israel no tiene actualmente capacidad para despachar ese tipo de bombas pesadas que forma parte del inventario de los arsenales de Estados Unidos.
Washington ha vendido a Israel en secreto, en 2009, la bomba antibunker GBU-28; pero la misma carece de la capacidad como para penetrar la instalación nuclear subterránea iraní de Fordo, construida en las profundidades de una montaña.
Mientras Israel planea un posible ataque a las instalaciones atómicas de Irán; las potencias mundiales están tratando, hasta ahora infructuosamente, de convencer a Teherán para que regrese a la mesa de negociaciones para revivir el acuerdo nuclear de 2015.