Irán moviliza milicianos árabes para luchar contra las crecientes protestas

Iraníes conmemoran Arabeen Foto: Tasnim News Agency CC BY 4.0 vía Wikimedia Commons

Por Jonathan Spyer

 En los últimos días han surgido afirmaciones de que milicianos árabes del régimen proiraní se encuentran entre las fuerzas que actualmente utiliza el régimen iraní para aplastar las protestas.

Las manifestaciones de protesta por el presunto asesinato de una joven kurda-iraní, Mahsa Amini, por parte de las autoridades iraníes han entrado en su segunda semana. Amini murió tras ser arrestada por usar su hiyab de manera “inmodesta”.

Alrededor de 80 personas han muerto en las protestas, que se han extendido desde la provincia de Kurdistán a las 31 gobernaciones de Irán. Las protestas han ampliado su alcance y ahora se centran no solo en el asesinato de Amini, sino también en cuestiones más amplias como los códigos de vestimenta represivos para las mujeres en Irán y el grave estado de la economía.

A medida que las protestas continúan y se intensifican; un número creciente de participantes afirma que entre las fuerzas que buscan aplastar las manifestaciones se encuentran miembros de las milicias árabes proiraníes.

Estas acusaciones han surgido en una serie de cuentas online ampliamente seguidas asociadas con las protestas y han sido repetidas por iraníes en conversaciones con este autor. Vale la pena señalar que afirmaciones similares surgieron durante la última gran ola de protestas en Irán, en 2019.

Protesta en Teherán por el asesinato de Mahsa Amini Foto: Darafsh Wikimedia Commons CC BY-SA 4.0

¿A quién está trayendo Irán para aplastar las protestas?

Según una fuente iraní procedente de Sanandaj, ciudad capital de la provincia iraní de Kurdistán, “testigos en Rasht, Lahijan, Qazvin y Sanandaj afirman la presencia de fuerzas árabes entre la policía antidisturbios y entre las fuerzas montadas en motocicletas. Se especula que pueden haber sido traídos a Irán desde Siria, Irak y el Líbano. Algunos dicen que también había palestinos”.

«Testigos en Rasht, Lahijan, Qazvin y Sanandaj afirman la presencia de fuerzas árabes entre la policía antidisturbios y entre las fuerzas montadas en motocicletas. Se especula que pueden haber sido traídos a Irán desde Siria, Irak y Líbano. Algunos dicen que también hay palestinos».

Una fuente iraní

“Las fuentes sugieren que estas fuerzas fueron traídas al país por el gobierno desde las fronteras de Irán e Irak durante Arbaeen. Han entrado en Irán con convoyes de peregrinación iraníes”.

 Arbaeen es una peregrinación anual realizada por musulmanes chiítas para conmemorar el martirio del Imam Hussein en la batalla de Karbala, en Irak. Cada año, grandes convoyes de peregrinos iraníes se dirigen a Karbala, en el sur de Irak, como parte de esta celebración.

Algunos opositores iraníes sospechan que milicianos árabes que están a favor del régimen pueden haber ingresado al país acompañando a estos convoyes. Una cuenta online afirma haber identificado vuelos a Najaf en Irak desde Siria y el Líbano que traían efectivos de la milicia.

Las denuncias sobre la presencia árabe entre las fuerzas de seguridad son más concretas y específicas. Según una cuenta de Twitter en farsi basada en Sanandaj: “Esta noche, los agentes que vi no eran iraníes en absoluto, lo juro, no eran iraníes, hablaban árabe en Qazvin, en la calle Sabze-meydan, estaban parados y tenían pistolas en sus manos. Que Dios los maldiga”.

Ali Zahedi, otra cuenta de Twitter en farsi con sede en Irán, escribió: “La fuerza de represión hablaba en árabe. Procedían de Irak y Líbano. Uno de ellos se quedó atrás de los demás… La gente iba hacia él… Gritó en árabe al resto de la fuerza para pedir ayuda. Los que andan en moto, todos los que callan y no hablan, son libaneses”.

Mientras tanto, «Tired Phantom», una popular y anónima cuenta iraní en favor de la oposición, aconsejó a los iraníes que no se preocuparan demasiado por los milicianos árabes proiraníes, ya que según la cuenta tienen sus propios problemas: «No se preocupen por Hashd al -Wahshi [la ‘movilización de las bestias salvajes’ – un juego de palabras con el nombre de las milicias chiítas iraquíes autodenominadas Movilización Popular] y el Hezbollah del Líbano”, sugiere Tired Phantom. “Están bajo bombardeo israelí en Siria y el Líbano. Su situación en Irak también es precaria”.

Fuentes adicionales provenientes del Kurdistán iraní le dijeron a este autor que las conversaciones con familiares confirmaron la presencia de árabeparlantes entre las fuerzas que reprimían las protestas.

Irán utiliza aliados árabes para sofocar las protestas

El uso por parte de las autoridades iraníes de sus aliados árabes leales para sofocar las protestas está en línea con el patrón más amplio de comportamiento del régimen iraní. Teherán mueve rutinariamente sus diversos activos regionales a través de su área de dominio, en función de dónde pueden ser útiles. Así, se ha confirmado durante mucho tiempo que operativos libaneses de Hezbollah están activos en Yemen e Irak. Los combatientes chiítas afganos forman una parte importante del esfuerzo de guerra de Teherán en Siria, y así sucesivamente. Ahora parece que el régimen está haciendo uso de sus cohortes más leales para aplastar el último desafío a su autoridad, en el mismo Irán.

Además de esto, Teherán también intenta caracterizar a los manifestantes como representantes de intereses separatistas extranjeros o étnicos. Mahsa Amini era de la provincia de Kurdistán de Irán, y las protestas han sido más fuertes en esta área. Teherán está tratando de atribuir motivaciones nacionalistas kurdas a las protestas, en un aparente esfuerzo por dividir y vencer.

El 24 de septiembre, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) lanzó ataques de artillería contra bases de la guerrilla kurda iraní al otro lado de la frontera en el norte de Irak. En un comunicado publicado en el canal Quds Force Telegram, el IRGC dijo: “Las Fuerzas Terrestres del IRGC, utilizando las unidades operativas de Hamza Seyyed al-Shohada (AS), destruyeron hoy la sede y los centros de establecimiento de los grupos agresores terroristas y antirrevolucionarios al otro lado de las fronteras del país en la región norte de Irak con operaciones de fuego y ataques”.

“La operación de los guerreros islámicos continuará para garantizar una frontera segura y estable y castigar a los terroristas criminales agresores y responsabilizar a las autoridades regionales de sus regulaciones internacionales y deberes legales”.

Estos ataques continuaron en los días posteriores, con lanzamientos de misiles contra bases del Partido de la Libertad del Kurdistán (PAK), el Partido Democrático del Kurdistán de Irán (KDPI), el Partido de la Vida Libre del Kurdistán (PJAK) asociado al PKK y el partido Komala en ambas provincias de Sulaymaniyah y Erbil. El régimen iraní ha empleado “misiles Fateh-360 y drones suicidas” en los ataques, según los medios del IRGC. Se han producido varias víctimas fatales.

Ninguna acción de los grupos kurdos atacados precedió a estos ataques. Los grupos guerrilleros kurdos iraníes, aunque decididos y apasionadamente comprometidos con su causa, están severamente limitados en sus recursos y capacidades militares. Este ataque, dado su momento, parece ser un claro intento de desviar el foco de las protestas actuales y cambiar su dinámica.

Las tácticas emprendidas por el régimen iraní podrían dar la impresión de una autoridad sorprendida por el repentino estallido de las amplias protestas e improvisando su respuesta. Sin duda, las protestas se extendieron rápidamente y no han disminuido actualmente. Aun así, sigue siendo altamente dudosa que en la actualidad el régimen esté enfrentando algo parecido a una amenaza real para la continuidad de su dominación.

Esto no se debe a ninguna eficacia inherente a sus tácticas de divide y vencerás y su uso de apoderados [proxies]. Más bien se debe a que, si bien los manifestantes desprecian al régimen, para muchos de ellos la solución preferida es buscar una salida fuera de Irán, en lugar de desafiar a las autoridades actuales por su dominio.

Quizás por esta razón, mientras que las protestas periódicas a gran escala han sido una característica de la vida iraní durante más de una década, todavía no ha surgido nada parecido a un liderazgo político revolucionario coherente con un amplio apoyo popular en el país o en el exilio.

Mientras persista esta ausencia, es probable que el régimen iraní siga teniendo éxito en su estrategia de divide y vencerás y en la represión brutal pero selectiva. La presencia de proxies [apoderados] contratados entre las fuerzas de represión es testimonio de la naturaleza escasamente representativa del régimen de Teherán.

Pero un desafío efectivo a su futuro depende ahora del surgimiento de una estructura y un liderazgo alternativo y coherente entre las crecientes filas de los manifestantes.

Fuente: The Jerusalem Post

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