Irán envía a un alto comandante de la Legión Extranjera chií al sur del Líbano

Qais al Khazali (a la izquierda) visita la frontera israeli-libanesa

General de brigada (retirado) Shimon Shapira

Irán está implementando su objetivo estratégico de convertir a Siria en una zona de influencia iraní. En última instancia, Irán quiere construir una infraestructura militar para que pueda continuar su jihad contra Israel en dos frentes: la frontera libanesa y los Altos del Golán. Aquí, también, Irán prefiere hacer uso de un “proxy” (representante o delegado). Además de Hezbollah, Irán está preparando el terreno para absorber decenas de miles de combatientes de la Legión chií mientras finaliza la guerra contra el Estado Islámico en la región que va desde los suburbios de Damasco a los Altos del Golán.

Durante las celebraciones del Día de Al Quds (Jerusalén) en junio de 2017, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, declaró que en la próxima guerra con Israel abrirá las fronteras del Líbano a decenas de miles de combatientes de Yemen, Afganistán, Pakistán, Irán e Irak. Por consiguiente, de hecho, ha dado a Irán una invitación abierta para que envíe a los combatientes de la Legión chií, que están operando bajo el mando de Qassem Soleimani, comandante de Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Irán, para que puedan luchar contra Israel.

Qais al Khazali

A fines de noviembre de 2017, los medios internacionales publicaron fotografías satelitales de un campo militar que se estaba construyendo cerca de Damasco, a unos 50 kilómetros de la frontera con Israel. Se informó que esta base tenía la intención de absorber a 500 soldados iraníes o combatientes chiís que operan bajo el mando iraní. Unos días después, el campo fue destruido en un ataque aéreo atribuido a Israel.

El 9 de diciembre de 2017, se informó que Qais al Khazali, el comandante de la milicia chií iraquí Asaib Ahl al Haq (Liga de los Justos), nativo de Bagdad, había recorrido el sur del Líbano a lo largo de la frontera con Israel acompañado por los comandantes de Hezbollah . En el segmento publicitado, se ve a los comandantes de Hezbollah mostrando al invitado de Irak la región de los Altos del Golán junto con otros detalles geográficos sobre el área que limita con Israel.

Junto a la valla fronteriza en la Puerta de Fátima, el comandante de la milicia chií declaró: «Estoy aquí con mis hermanos de Hezbollah, la Resistencia Islámica. Anunciamos que estamos totalmente preparados y listos para estar hombro con hombro junto al pueblo libanés con la causa palestina frente a la injusta ocupación israelí».

Asaib Ahl al Haq es una de las grandes milicias chiís que componen Al Hashd al Shaabi (Unidades Movilización Popular – UPM), que es la estructura global de las milicias chiíes que operan en Irak bajo el mando de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán. Al Khazali fue arrestado en Basora en 2007 por el Servicio Aéreo Especial (SAS) británico, pero fue liberado en 2010 en un intercambio de rehenes. Antes de que las tropas de EE.UU. se retiraran de Irak en 2011, Asaib Ahl al  Haq estuvo involucrado en ataques que infligieron grandes bajas a las fuerzas aliadas.

La reacción del primer ministro libanés, Saad Hariri, que se retractó de su renuncia, ante la presencia del comandante de la milicia iraquí en el sur del Líbano fue vergonzosa. Hariri ordenó a las autoridades de seguridad libanesas que abran una investigación sobre cómo el comandante iraquí había alcanzado el sur de Líbano sin que su entrada al país fuese autorizada. Hariri, que ha estado exigiendo que Hezbollah cese sus actividades fuera del Líbano como parte del proceso para restablecer el orden político en Beirut, se mantiene impávido; mientras que Hezbullah lleva a cabo con entusiasmo las tareas que Irán le asigna.

Parece que el primer ministro sunita, que ha regresado a su palacio en Beirut, seguirá siendo una cortina de humo para el control con puño de hierro que Irán ejerce a través de Hezbollah. Hariri no constituirá un obstáculo real para el afianzamiento de las milicias de la Legión Extranjera chií, que ahora está enviando a sus comandantes al sur del Líbano; mientras Irán prepara las barracas para ellos en los suburbios de Damasco.

Por su parte, Irán busca señalar al Estado judío que está decidido a preparar la infraestructura militar para la siguiente ronda de hostilidades con Israel, desplegando a Hezbollah y la Legión Extranjera chií, ahora liberados de sus batallas con el Estado Islámico (ISIS).

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs

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