Por Yaakov Lappin
La guerra comenzó el 7 de octubre después de que los escuadrones de la muerte transfronterizos de Hamás atacaran el sur de Israel desde Gaza, asesinaran a 1.400 israelíes y secuestraran al menos a 199 personas en Gaza, incluidos bebés y ancianos.
La reciente reunión de alto perfil entre el jefe del buró político de Hamas, Ismail Haniyeh, y el Ministro de Relaciones Exteriores iraní, Amir Hossein-Abdollahian, en Qatar, así como entre Hossein-Abdollahian y los líderes de Hezbollah en el Líbano, ha planteado preguntas críticas sobre los objetivos compartidos y la coordinación estratégica entre Irán y miembros de su eje radical, y las implicaciones para la fiera guerra entre Hamás e Israel.
Es crucial notar la dinámica de poder involucrada en estas relaciones. Irán tiene una influencia significativa sobre el proceso de toma de decisiones de Hezbollah. Sin embargo, la relación de Irán con Hamás no es tan sencilla; Si bien apoya, patrocina y ayuda a Hamás con sus capacidades, y puede participar en algunas de sus decisiones más importantes; Teherán no siempre es una parte automática de la toma de decisiones internas de Hamás.
La gira de Hossein-Abdollahian, que incluyó escalas en Doha, Bagdad, Beirut y Damasco, señala el esfuerzo de Irán por solidificar su red del «Eje de la Resistencia» e influir en la manera en que avanza la guerra, incluida la cuestión vital sobre si Hezbollah en El Líbano abrirá un segundo frente desde el Norte.
Vale la pena señalar que Amir-Abdollahian entró en Siria por la frontera terrestre libanesa el viernes después de que dos ataques aéreos, atribuidos por los reportes de los medios internacionales a Israel, clausuraron los aeropuertos de Damasco y Alepo, la semana pasada. Los ataques podrían sugerir que Israel está dando señales de su capacidad para monitorear las actividades regionales de Irán y operar en múltiples escenarios para eliminar las amenazas a medida que se detectan, además de librar la guerra contra Hamás.
La pieza central del eje de Irán es Hezbollah en el Líbano, y otros miembros del Eje incluyen las milicias chiítas en Irak y Siria (así como el régimen de Assad), Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, y los hutíes en Yemen.
La visita del ministro iraní tenía como objetivo no sólo afirmar el continuo apoyo de Irán a Hamas sino también revisar la guerra y coordinar pasos futuros, particularmente con Hezbollah.
Uno de los elementos alarmantes de este esfuerzo «diplomático» fue la declaración de Amir-Abdollahian sobre la posibilidad de que la guerra con Israel se abra en «otros frentes». Esto parece ser una advertencia de que Hezbollah podría activarse si Israel continúa su ofensiva en Gaza, lo que seguramente hará.
Esta declaración parece indicar la voluntad de Irán de intensificar la situación, añadiendo una capa adicional de amenaza desde nuevos escenarios. Hezbollah ya ha estado escalando la frontera entre el Líbano e Israel, disparando misiles antitanques contra objetivos israelíes en los últimos días, así como proyectiles. Estos ataques han provocado víctimas israelíes, incluido un hombre muerto el 14 de octubre en un ataque con misiles antitanque, mientras que un soldado murió en un ataque anterior con misiles antitanque el 11 de octubre. Dos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) murieron en un intento de infiltración desde Líbano por parte de una célula terrorista.
Varias preguntas siguen abiertas.
¿Está Irán instando a Hezbollah a escalar y empeorar la situación hasta llegar a la guerra? ¿Le está diciendo que continúe manteniendo los ataques contra Israel que Hezbollah calcula que estarán justo en el umbral de la guerra, para señalar solidaridad con Hamás y dejar abierta la opción de evitar una guerra mayor?
La conducta de Hezbollah durante los últimos 18 meses sugiere que no se deja disuadir por el riesgo de una guerra y que considera que se beneficia estratégicamente ya sea atacando a Israel y disfrutando del estímulo a su posición por parte de un Israel que no responde adecuadamente, o entrando en una guerra que le permitiría, a largo plazo, apoderarse de las ruinas del Líbano.
Tampoco está claro si Irán pidió a Qatar que asegure un mayor respaldo financiero para Hamás en este momento.
El escenario más probable parece ser una directiva iraní a Hezbollah y otros apoderados [proxies] para que continúen con su acoso de bajo nivel a Israel, aceptando el riesgo de un conflicto más amplio como posible resultado.
Si bien Irán tiene un interés personal en preservar a Hezbollah como elemento disuasivo contra un ataque israelí a su programa nuclear; también está dispuesto en última instancia a sacrificar a sus apoderados [proxies] árabes para mantener la atención alejada de Teherán y mantener a Israel involucrado en combates dañinos alrededor de sus fronteras, lejos de Irán, donde el régimen iraní no quiere atraer el poder de fuego israelí mientras se convierte en un estado en el umbral nuclear.
El panorama geoestratégico de los tiempos de guerra también incluye recientes visitas del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, a Israel, Egipto y Arabia Saudita. Estados Unidos y sus aliados están comprometidos en un intento de contener la guerra y evitar que se propague.
Al mismo tiempo, las recientes declaraciones del presidente Joe Biden sobre el apoyo a Israel en su hora de necesidad, la presencia de dos portaviones estadounidenses con sus respectivos grupos de ataque en el mar Mediterráneo, así como la entrega de armamento a la base de la Fuerza Aérea de Nevatim por parte de un avión de carga estadounidense, todo indica que EE.UU. está dispuesto a tomar medidas para disuadir a otros miembros del eje iraní, incluido el propio Irán, de involucrarse en la guerra.
Estos acontecimientos ofrecen algunas pistas sobre escenarios de que la guerra se extienda a un conflicto en múltiples frentes, pero no respuestas definitivas.
Fuente: Alma Research and Education Center