Si había una forma de engañar al software de reconocimiento facial, los investigadores israelíes la encontraron. La misma se trata de aplicar un maquillaje convencional en lugares puntuales del rostro mediante un patrón monitoreado por un programa de inteligencia artificial.
Realizado en la Universidad Ben-Gurión, el estudio determinó que, cuando se ponía el patrón de maquillaje generado por una computadora en sujetos de prueba, los sistemas lo pasaban por alto con una tasa exitosa cercana al 100%.
En dicho análisis se usaron 20 personas, 10 por sexo. Se les colocó el producto en áreas identificables de la cara en base al mapa de calor del software. El mismo fue utilizado de forma aleatoria.
Tras este experimento, los sujetos se enfrentaron a un entorno de vida real al caminar por un pasillo equipado con dos cámaras y varias condiciones lumínicas. Gracias a este método, solamente se logró identificar el 1,22 % de las personas en el tiempo correspondiente.
El autor principal del análisis Nitzan Guetta le dijo al medio Vice´s Motherboard: “Me sorprendieron los resultados de este estudio. La maquilladora no hizo demasiados trucos, solo vio el maquillaje en la imagen y luego trató de copiarlo en el mundo físico. No es una copia perfecta ahí. Hay diferencias, pero igual funcionó”.
El estudio se realizó con paletas de colores neutros para obtener un aspecto natural y técnicas de maquillaje convencionales. Esto significa que cualquier ser humano puede replicarlos técnicamente. Pero la desventaja es que aún es muy reconocible para otra persona.