Ilusiones y decepciones 

Benjamín Netanyahu Foto: Kobi Gideon GPO vía Facebook

El calendario judío marca ya el año 5781. La época de año nuevo es propicia para reflexión y reconsideración. Rectificación. Generalmente, en estos días hacemos recuento de lo pasado y nos prometemos mejores conductas, buenas acciones. El 5780 terminó con una firma de acuerdos en la Casa Blanca, entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Luego de seis meses de pandemia universal y serios confinamientos, una buena noticia es una grata sorpresa.

Los acuerdos de Israel con países árabes resultan importantes para el mundo entero. No se trata solo de bajar la tensión en el Medio Oriente, reducir las posibilidades de enfrentamientos en la región y en otras partes del mundo. Vienen a señalar un importante cambio de mentalidad en cuanto a la necesidad de lograr la paz, la tranquilidad necesaria para dar a las poblaciones de los recursos y medios de vida que garanticen sosiego.

La resolución de conflictos por medio de la violencia, refleja la sordidez del ser humano. En una guerra, hay un bando vencedor y todos pierden.  Vidas, esperanzas y felicidad. El conflicto palestino-israelí ha pasado por todas las etapas ya de enfrentamiento y negociaciones, como para entender que solo una mesa de negociaciones es garantía de éxito.

Ver a los dignatarios de países árabes en Washington, de la mano del presidente de Estados Unidos, junto con el primer ministro de Israel reconforta. Nos ilusiona respecto a un mundo mejor. Nos hace creer que en el futuro cercano, las guerras, los atentados, el terrorismo y los enfrentamientos han de ser cosa del pasado. Que no obstante las diferencias de religión, de maneras de ver la vida, de conformación de sociedades, priva el reconocimiento de los unos y otros, y la convivencia es posible.

Pero el mismo día de la firma de acuerdos, de tratados y de anuncios optimistas, algunos en Gaza mostraron su disgusto lanzando cohetes contra Israel. ¿Por qué?  Pareciera que debe cumplirse, a priori, la premisa de Aba Eban que decía que los palestinos no pierden la oportunidad de perder una oportunidad.

El camino de los conflictos no ha dado soluciones.  La situación de Gaza y de la Margen Occidental no va a mejorar por la vía de enfrentamientos, atentados ni cosas por el estilo. El aislamiento de Israel no es tal, cada vez más países, otrora enemigos o no simpatizantes, terminan entendiendo y apoyando las iniciativas diplomáticas que el Estado Judío trata de implementar. A este ritmo, con esta actitud, los logros alcanzados por los palestinos se diluirán, y sus pretensiones serán dejadas de lado porque la paz pragmática no congenia con estas acciones salvajes.

Vimos con mucha ilusión lo acontecido en Washington. En algo nos recordó a Sadat y Begin, a Rabin y Peres.  Parecen vislumbrarse nuevos y mejores escenarios. De paz y amistad. Vuelos entre los países, cielos abiertos. Turismo, inversiones.  Paz.

Con algo más de decepción seguimos las noticias de cohetes cayendo en el sur de Israel, en Ashdod.  Mientras unos aplaudían, otros iban a sus refugios con el miedo característico y bien fundado. 5781 parece tiempo ya para que todos comprendan cuál es el camino incorrecto, cuál es el más indicado.

Ilusiones y decepciones.  Este 5781, a pesar de todo, esperemos que nos traiga ilusiones hechas realidad.  No decepciones.

[email protected]

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.