Ilegalización de seis ONG palestinas: ¿una medida inteligente de parte de Israel?

Benny Gantz Foto archivo: Portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia

Por Yohanan Tzoreff

El anuncio del ministro de Defensa, Benny Gantz, sobre las seis organizaciones afiliadas al Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) como entidades terroristas está ahora en el centro del discurso palestino.

Estas organizaciones son bien conocidas y han operado en la arena palestina durante décadas, y desde el primer día fueron identificadas como organizaciones palestinas de izquierda lideradas por el FPLP.

Algunas de las seis ONG se han ganado una buena reputación en foros internacionales de derechos humanos, han obtenido reconocimientos profesionales y numerosos premios, han presentado opiniones profesionales a solicitud de varios organismos en el ámbito internacional y han contado con la asistencia y financiación de numerosos organismos gubernamentales y entidades no gubernamentales.

En los últimos años, el Frente Popular ha intensificado sus críticas a la Autoridad Palestina (AP) y sus relaciones con ella son bastante tensas.

A menudo critica al líder de la AP su oposición a la lucha armada y las políticas que persigue a nivel político.

Su crítica es muy cercana a la de Hamas y, a veces, incluso más aguda.

Abu Mazen [Mahmoud Abbas], en un acto de castigo, en los últimos años ha detenido ocasionalmente la financiación asignada al Frente Popular que se le debe en virtud de su pertenencia a la OLP, una medida que enfurece enormemente a los activistas del FPLP y dificulta la labor del grupo para desarrollar su actividad.

No está claro si existe una conexión entre las sanciones de Abu Mazen y el uso por parte del Frente Popular de estas organizaciones con el fin de realizar su actividad, como se afirma en las conclusiones de la investigación.

El establishment de seguridad israelí es conocido por su profesionalismo y cautela en sus largas deliberaciones antes de tomar medidas como el cierre de órganos e instituciones palestinas.

La cuestión, sin embargo, no es si el material de que disponen es sólido y justifica el cierre de las ONG. La pregunta es si su cierre es correcto y sabio, o si podría tener consecuencias internacionales que podrían hacer que Israel pierda por la medida.

Es posible arrestar a personas por un cargo de terrorismo, pero cerrar una asociación u organismo público por un cargo similar requiere una mayor reflexión y la inclusión de niveles adicionales del gobierno.

Parece que, como en muchos otros casos, esto será llevado ante la corte, y es probable que organismos israelíes y palestinos presenten numerosas apelaciones sobre este asunto.

Fuente INSS The Institute for National Security Studies

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