Es una ciudad polaca, pero antaño fue bajo la égida alemana la capital de la baja Silesia con una importante y activa comunidad judía. Como en tantas partes de la Polonia ocupada por los nazis, el Holocausto borró casi todas sus huellas, exceptuando dos de sus cementerios y una sinagoga.
por Ricardo Angoso
Como en tantas ciudades de Polonia, en Wroclaw hubo una significativa presencia judía que se esfumó, no como por arte de magia sino debido al Holocausto, tras la Segunda Guerra Mundial. Después de la guerra, a partir de 1945, las nuevas autoridades comunistas tampoco fueron especialmente comprensivas con los judíos y la emigración fue vista como la única alternativa para escapar de una realidad irrespirable. Los países comunistas aliados de Moscú apoyaron tradicionalmente al mundo árabe en sus guerras contra Israel, pero especialmente después de la guerra de los Seis Días, en 1967, donde se acentuó aún más esa emigración de los judíos hacia los países occidentales, incluyendo aquí al Estado hebreo.
Con respecto a las primeras noticias de la presencia judía en Wroclaw, hemos encontrado esta reseña en la Guía de la Europa Judía que nos da alguna información sobre su origen: “La lápida judía más antigua encontrada en Breslavia (Breslau) data del año 1203, lo que indica que en esa época Breslavia ya albergaba una comunidad judía permanente. En 1290, Breslavia contaba con la segunda comunidad judía más grande de Europa central y oriental, después de Praga. Los judíos de la ciudad trabajaban principalmente como prestamistas y comerciantes; una minoría más pequeña trabajaba como artesanos”.

Paralelamente a este proceso de asentamiento de los judíos en varias ciudades polacas y constatar su presencia en las mismas, el antisemitismo, muchas veces incentivado desde los púlpitos de las iglesias católicas, se extendió rápidamente en la sociedad polaca. “Durante el siglo XIV, los judíos de Breslavia fueron víctimas de numerosos estallidos de violencia. Tras un pogromo en 1349, de las setenta familias originales, solo quedaron cinco. En 1453, 41 judíos fueron juzgados y quemados en la hoguera tras ser acusados de profanar una hostia. Ese mismo año, la comunidad judía fue expulsada. Dos años más tarde, la ciudad recibió el estatus oficial de intolerancia; los judíos tuvieron prohibido vivir en Breslavia hasta 1744 y solo podían visitarla durante las ferias anuales”, nos sigue relatando la Guía de la Europa Judía.
En las páginas de la oficina de Turismo de Wroclaw hemos encontrado también algunas noticias de esta comunidad, que reproducimos literalmente: “En la historia de más de ochocientos años de judaísmo en Wroclaw, hay periodos de una armoniosa convivencia y momentos trágicos. En el siglo XIII, los judíos estaban bajo la protección de los príncipes de Wroclaw, que les garantizaban la seguridad de las personas, de los bienes y de las necrópolis. En 1453, Jan Kapistran, un predicador franciscano, llegó a Wroclaw. Acusó a los judíos de sacrilegio. Como consecuencia de su discurso 41 judíos fueron quemados, los demás fueron privados de sus bienes y expulsados de la ciudad”.
Fuente citada y consultada:
https://visitwroclaw.eu/es/huellas-de-judios-en-wroclaw
Siguiendo con nuestro relato, en 1741 la ciudad fue anexionada a Prusia y en 1744 Federico II permitió a los judíos formar allí una comunidad oficial. La población judía creció rápidamente. En 1747 había 532 judíos viviendo en Wroclaw (1,1% de la población total); en 1810 esa cifra había ascendido a 3.255 (5,2%). A pesar del crecimiento de la población judía y una relativa integración en estas sociedades, los judíos eran ciudadanos de segunda en comparación con alemanes y polacos, las dos principales comunidades de Wroclaw
Sin embargo, unos años más tarde de estos hechos antisemitas relatados y un ambiente que oscilaba entre el crecimiento y la persecución, en 1812, el edicto de emancipación igualó los derechos de los judíos y los demás habitantes de Prusia. “El siglo XIX fue considerado ´el período de oro´ en la historia de los judíos de Wroclaw. Establecieron varias instituciones, empresas, fábricas, bancos. Los habitantes de Wroclaw de origen judío pertenecieron a la élite social: se encontraban entre ellos profesores, médicos, abogados, banqueros, funcionarios públicos. La mayoría de los lugares que dan testimonio de la presencia de los judíos en Wroclaw y que se conservaron hasta hoy, proviene de este período. Merece la pena conocer su historia porque hoy en día raramente se habla de su origen”, tal como nos siguen relatando las páginas de la oficina de Turismo de la ciudad.
ENTRE EL ESPLENDOR ECONÓMICO Y EL HOLOCAUSTO
En el siglo XIX Wroclaw tuvo un notable crecimiento económico, llegando a ser la sexta ciudad de Alemania en población y también en potencia económica. Entre el siglo XIX y la Primera Guerra Mundial, su población se triplicó y en 1900 la ciudad supera ya el medio millón de habitantes. Este desarrollo económico se produjo sobre todo gracias al comercio y a los recursos energéticos y de materias primas de la alta Silesia, y gracias también al duro trabajo de alemanes y polacos autóctonos. La comunidad judía de Breslavia era una de más importantes del Imperio alemán, dado el elevado porcentaje de artistas y científicos judíos procedentes de Breslavia.
Pese a todo ese crecimiento, se asiste a un cierto declive de la vida judía, pasando el número de residentes judíos en la ciudad de 19.743 en 1900 a 10.300 en 1939, justamente el año del estallido de la Segunda Guerra Mundial tras el ataque y ocupación de Polonia por parte de la Alemania nazi. Muy pronto, ya con los nazis en el poder en Alemania, la maquinaría criminal comenzaría a ensañarse con los judíos y a perseguirlos. Wroclaw no sería una excepción y, en noviembre de 1938, las actividades culturales, sociales y educativas judías se detuvieron y las sinagogas y escuelas judías fueron destruidas durante los pogromos de la Noche de los Cristales Rotos.
Sobre el Holocausto reproducimos literalmente lo que nos cuenta la Guía Cultural de la Europa Judía: “A partir de septiembre de 1941, los judíos fueron expulsados de sus hogares y propiedades y hacinados en un gueto para ser deportados unos meses después a campos de tránsito en el camino a Auschwitz. Entre noviembre de 1941 y el verano de 1944, los judíos de la Baja Silesia, incluidos los de Wroclaw, fueron deportados en 11 transportes. El primer transporte llevó a los judíos a Kaunas, donde todos fueron fusilados. Los transportes posteriores enviaron a los judíos a los campos de exterminio de Sobibor y Belzec, o a los campos de concentración de Terezin y Auschwitz. Algunos judíos fueron enviados a campos de trabajo temporales. En 1943, solo las parejas de matrimonios mixtos y algunos niños permanecieron en la ciudad. Los últimos 150 judíos de la ciudad fueron deportados a Gross-Rosen en enero de 1945, donde fueron asesinados. El antiguo cementerio, que había sido fundado en 1761, fue destruido”.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad intentó organizarse pero fue decayendo numéricamente, pasando de los 3.000 miembros de 1960 a los 354 censados en el año 2014. No tenemos datos actuales del número de judíos que residen en Wroclaw, pero en los últimos años se ha asistido en Polonia a un cierto florecimiento de la vida judía en el país, en parte porque el clima oficial de reconocimiento del sufrimiento de los judíos durante el Holocausto se ha materializado en algunas acciones decisivas, como la apertura del Museo Polin en Varsovia, y también porque han llegado algunos judíos emigrados de la extinta Unión Soviética.
LOS DOS CEMENTERIOS JUDIOS Y LA SINAGOGA DE LA CIGÜEÑA BLANCA
El Antiguo Cementerio Judíoes una suerte de cementerio-museo situado en la calle Ślężna 37/39, en la parte sur de Wroclaw. Este bello lugar constituye uno de los tres cementerios que tenía la ciudad, habiendo sobrevivido dos y uno destruido por los los alemanes durante el Holocausto. Inaugurado en 1856, el diseño ecléctico del cementerio presenta muchas formas y estilos arquitectónicos a escala monumental. Hay enterrados muchos hombres prominentes judíos de la época, entre los que destacan Isidoro y Neander Alexander, ambos procedentes de una poderosa familia de banqueros, Leopold Auerbachm, profesor de biología e historia en la Universidad de Breslau, el también profesor Julius Cohn, el pensador y líder obrero Ferdinand Lassalle y la escritora Friederike Kempner, entre otros.
Realmente, el lugar es concebido como una suerte de museo, tal como es anunciado en la publicidad turística oficial que hay sobre los lugares judíos de esta ciudad. La mayoría de los monumentos del cementerio fueron construidos en la segunda mitad del siglo XIX y son realmente espectaculares. Comprenden varios estilos arquitectónicos, incluidos el Medieval, el Renacimiento y el Barroco, y por lo general, salvo algunos destruidos por la guerra y hechos vandálicos, están en buen estado. Un gran ejemplo de arquitectura antigua son las numerosas columnas ubicadas por todo el cementerio que son símbolos de vida y eternidad. Las columnas que imitan árboles rotos reflejan la tragedia de la vida frágil y la muerte. Las lápidas están firmadas con inscripciones bilingües, generalmente alemanas y hebreas. Es sorprendente que no haya casi lápidas y tumbas con inscripciones en lengua polaca.
El segundo cementerio judío de la ciudad es el conocido como el de la calle Lotnicza, donde se ubica, o también como el Viejo Cementerio Judío de Wroclaw, pero más difícil de conocer porque solamente tiene visitas los domingos. Los primeros entierros en la necrópolis de 12 hectáreas tuvieron lugar en 1902. Enfrente de la entrada, en la cumbre del mismo, se encuentra un monumento diseñado por Paul Ehrlich, dedicado a los soldados de origen judío que murieron durante la Primera Guerra Mundial. En el cementerio de la calle Lotnicza hay también tumbas de banqueros, (entre otros de la familia Barasch), profesores universitarios (el matemático Ernst Steitnitz, el filósofo Jacob Freudenthal) y también médicos. Es el único cementerio judío aún activo en baja Silesia.
La única sinagoga de Breslavia que se salvó de las antorchas de la Noche de los Cristales Rotos, la Cigüeña Blanca , fue construida en 1829 y debe su nombre a la posada que había en su lugar. Siguiendo el diseño del destacado arquitecto alemán Karl Ferdinand Langhans, se considera irónicamente un excelente ejemplo del arte sacro protestante del siglo XVIII. Discretamente oculta a la vista en un patio, fue aquí donde los miembros de la comunidad judía fueron reunidos para ser enviados a los campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando la visité, estaba cerrada y no fui recibido muy amigablemente por un par de sujetos de dudoso aspecto que se encontraban en la entrada.
Fuentes utilizadas:
Guía Cultural de la Europa Judía:
https://jguideeurope.org/en/region/poland/wroclaw/#:~:text=As%20of%202014%20there%20were,(November%209%2C%201938)
Wikipedia:
https://en.wikipedia.org/wiki/Old_Jewish_Cemetery,_Wroc%C5%82aw
Visit Wroclaw:
https://visitwroclaw.eu/es/lugar/cmentarz-zydowski-slezna
In your Pocket:
https://www.inyourpocket.com/wroclaw/new-jewish-cemetery_71209v
Fotos del autor de la nota: Cementerio Judío de Wroclaw