Ha llegado la hora de la luna de miel israelí-marroquí, aunque puede que no dure para siempre

15 diciembre, 2021 , , ,
Mezquita Hassan en Marruecos Foto ilustración: Antonios Ntoumas vía Pixabay

Por el profesor Efraim Inbar

Poco después del anuncio de los Acuerdos de Abraham en 2020, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que un cuarto país árabe, Marruecos, pronto establecería también relaciones diplomáticas plenas con Israel.

A cambio, Washington reconocería la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, poniéndose de su lado en el prolongado conflicto con Argelia.

Aunque Marruecos envió fuerzas para luchar contra Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967 y la Guerra de Yom Kippur en 1973; en los últimos años ha emergido como un estado árabe moderado en lo que respecta al estado judío.

Las dos naciones han cooperado durante años en varios campos, especialmente en seguridad e inteligencia. Y al contrario de muchos otros países árabes, Marruecos ha tratado con tolerancia a su comunidad judía. Además, reconoce oficialmente la herencia judía en Marruecos como parte de su mosaico cultural.

El acuerdo de normalización que se firmó en diciembre de 2020, incluye la cooperación económica y diplomática y vuelos directos entre Rabat y Tel Aviv.

Los dos países mantuvieron relaciones diplomáticas ya en 1995, pero se rompieron durante la Segunda Intifada que comenzó en 2000. Sin embargo, Marruecos permitió el ingreso de turistas israelíes y las relaciones bilaterales continuaron más allá de la vista del público.

Tras la normalización, se abrieron muchas áreas de cooperación. Israel es un producto codiciado a nivel mundial debido a sus impresionantes logros en agricultura, medicina, ingeniería hidráulica, comunicaciones y ciberseguridad, todo lo cual puede beneficiar a Marruecos.

El mes pasado, el ministro de Defensa, Benny Gantz, visitó Marruecos y firmó un acuerdo de cooperación en materia de seguridad para fomentar el diálogo militar en curso, las adquisiciones de defensa y el intercambio de inteligencia entre los dos países. La visita, que recibió una amplia cobertura mediática en Marruecos y en el extranjero, demuestra que los lazos entre Jerusalén y Rabat se están fortaleciendo.

Marruecos juega un papel vital en Oriente Medio y África en particular. Su familia real afirma ser descendiente del profeta musulmán Mahoma, lo que le da una influencia particular entre los países árabes. Los lazos crecientes con Jerusalén permitirán que otras naciones árabes hagan lo mismo.

Marruecos habla de la boca para afuera del paradigma de dos Estados para resolver el conflicto israelí-palestino. Aun así, su comportamiento indica que la cuestión palestina no es una barrera para sus relaciones con Israel. Además, Marruecos, un miembro respetado de la Unión Africana, influye en los estados musulmanes del África subsahariana, lo que podría ser útil para Israel.

Marruecos se ve a sí mismo jugando un papel en la defensa de los lugares sagrados musulmanes en Jerusalén. La relación en ciernes con Israel da legitimidad al statu quo en Jerusalén que preserva el control de Israel de la parte oriental de la ciudad y el Monte del Templo. Al igual que otras capitales árabes, Rabat no ve favorablemente las aspiraciones palestinas de apoderarse de los lugares sagrados de Jerusalén.

La dinastía sunita en Marruecos se ha enfrentado a la subversión de los agentes iraníes. Por lo tanto, se asocia con Israel para frenar la influencia iraní en Oriente Medio y África. También se opone a las ambiciones iraníes de establecer una presencia naval en el Mediterráneo y el Océano Atlántico.

Parece que es el momento adecuado para que florezcan los lazos entre Israel y Marruecos. Pero debemos tener en cuenta que estas relaciones están bajo fuertes críticas por parte de los círculos islamistas y nacionalistas en Marruecos, y los cambios políticos internos pueden poner fin a la luna de miel.

No debemos olvidar que la inestabilidad es un sello distintivo de cualquier relación de este tipo. Si Israel no logra detener el progreso nuclear de Irán, la tendencia pro-Israel en la región desaparecerá.

La amenaza iraní llevó a estos países árabes a normalizar abiertamente los lazos con Israel. La ausencia de acción israelí reduciría el logro de los Acuerdos de Abraham, incluso en las relaciones con Marruecos.

Fuente: The Jerusalem Institute for Strategy and Security

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