Grupos ambientalistas y la Autoridad de Parques y Naturaleza de Israel buscan generar oposición pública para detener la construcción de una carretera. La razón es que sentenciaría la muerte del segundo humedal más grande del país, el pantano de Peleg.
El plan para realizar esta ruta se depositó en las últimas horas en el Comité Nacional de Infraestructura. Hoy es el último día para que la gente y los grupos ambientalistas registren sus quejas.
El pantano forma parte de la llanura pluvial del río Peleg y alberga cientos de especies animales y plantas. Al este del kibbutz Yakum, es el único remanente que queda de un humedal que estuvo extendido sobre miles de hectáreas y es un punto crítico para las aves migratorias.
Los planes originales hablaban de aumentar de dos a cuatro líneas de ferrocarril que ya cruzan el pantano. Estos van desde Haifa hasta el kibutz de Shefayim en la costa central israelí. Las organizaciones ambientales no se opusieron a esto por su creencia que se debe aumentar el transporte público para reducir la contaminación de los autos.
El problema es la idea de construir un nuevo camino de 60 metros de ancho que iría entre Netanya y Shefayim. Allí sí existe el temor ambientalista de dar por tierra un espacio fundamental para la biodiversidad israelí.