El centrista Benny Gantz, candidato a formar gobierno en un Israel polarizado que no sale del estancamiento político, condenó el «odio» y la «política de facciones» actual y enarboló el espíritu del primer ministro Itzhak Rabin en la marcha conmemorativa por su asesinato a manos de un ultradrechista judío.
«Rabin fue asesinado por política de facciones, por incitación, por odio. Veinticuatro años después y Rabin no está con nosotros, pero para nuestra desgracia la incitación está sacando su fea cabeza», declaró Gantz en la marcha celebrada en Tel Aviv donde reiteró su voluntad de formar «un gobierno amplio, liberal y de unidad que acepte a todo el mundo como individuo y grupo».
Gantz, que tiene hasta el 20 de noviembre para crear ejecutivo, fue el principal orador en un acto conmemorativo que, como cada año, congregó a miles de personas en la Plaza de Rabin de Tel Aviv, donde el histórico mandatario impulsor de las negociaciones de paz con los palestinos que llevaron a los Acuerdos de Oslo (1993) fue asesinado hace 24 años.
El líder de la coalición centrista Azul y Blanco (Kajol Laván) alabó la figura de Rabin y sus esfuerzos para la paz y aseguró que, en el momento actual, ante una sociedad dividida políticamente «la tarea de los líderes es fortalecer el pegamento que la conecta».
Gantz, que pidió respeto mutuo entre distintos sectores pese a los desacuerdos, insistió en que «Israel es más importante que cualquier líder o partido», en una declaración que se interpretó como referencia a su máximo rival y primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu.
El candidato centrista, que habló ante una audiencia de familias con niños, mayores, jóvenes, asociaciones por la paz y miembros de los partidos políticos congregada en un ambiente festivo, aseguró que Israel se compone de «muchas identidades» y grupos que se deben tolerar, entre los que mencionó a los religiosos ultraortodoxos y la población árabe, que quieren formar parte «del tejido social» del país.
Gantz condenó también la incitación y el discurso del odio, un reproche del que ha sido acusado Netanyahu durante los últimos años y al que se señaló cuando era jefe de la oposición en tiempos del asesinato de Rabin.
Sus detractores, que ven la muerte de Rabin como «un asesinato político», algo que hoy remarcaron varios asistentes en la marcha, acusan desde 1995 a Bibi de haber participado en la ola de incitación contra el Gobierno y se posicionó frontalmente en contra del proceso de paz, ante el temor a que se entregaran asentamientos en los territorios de Judea y Samaria (Cisjordania).
Este ciclo de animadversión culminó con el magnicidio perpetrado por el ultraderechista judío Yigal Amir, que cumple cadena perpetua por ello y confesó ser autor del crimen.
El director general de la Oficina del Primer Ministro durante el mandato de Rabin, Shimon Sheves, que dio un discurso en el evento, aseguró que Gantz le ha dado la esperanza para «unir a la gente y traer esperanza a Israel», y señaló que lo ve con «la valentía y la determinación» necesarias para liderar el país.
Tras la muerte de Rabin, Netanyahu se convirtió por primera vez en primer ministro en 1996, posición que ha ejercido durante cuatro mandatos -los últimos tres, desde 2009, de manera consecutiva-, pero por ahora no ha podido revalidar el quinto.
Tras los comicios de septiembre, Bibi recibió el mandato de formar gobierno, y tras fracasar en ello al no obtener suficientes apoyos, devolvió el encargo al presidente, que este pasado 23 de octubre pasó el encargo al líder centrista Gantz.
Entre sus prioridades está crear un gobierno de unidad y de alternancia en la jefatura gubernamental con el partido Likud, que lidera Netanyahu, apodado “Bibi”, pero los contactos entre sus equipos de negociación no han dado resultado hasta ahora.
Uno de los obstáculos es la insistencia del Likud de negociar como un bloque conjunto de 55 diputados con sus aliados, los partidos ultraortodoxos y derechistas, que Azul y Blanco rechaza.
Otro escollo es el propio Netanyahu, que quiere ser el primero en ostentar el cargo de primer ministro. Además, su figura sigue salpicada por los tres cargos de corrupción que lo acechan, por los que podría ser acusado formalmente próximamente.
Tras un último encuentro este jueves que no fue fructífero, Likud y Azul y Blanco tienen previsto reunirse de nuevo hoy domingo.
En el evento Gantz prometió que si consigue convertirse en primer ministro, convertirá la marcha de recuerdo a Rabin en una oficial que sea compartida «por toda la sociedad israelí». EFE y Aurora