Foto: Wikipedias - Dominio Público

Nació Breslau, Prusia (ahora Wroclaw, Polonia) en 1868 en una familia judía asquenazí.
Químico alemán quien, junto con Max Born, propuso el ciclo de Born-Haber como un método para evaluar la energía reticular de un sólido iónico. También ha sido descrito como el “padre de la guerra química” por su trabajo sobre el desarrollo y despliegue del gas dicloro (antiguamente cloro) y otros gases venenosos durante la Primera Guerra Mundial. ​

La suya era una de las más antiguas familias de la ciudad. Haber se convirtió más tarde por conveniencia del judaísmo al cristianismo. Su madre murió durante el parto. Su padre era un comerciante muy conocido en la ciudad. Desde 1886 hasta 1891, estudió en la Universidad de Heidelberg con Robert Bunsen, de la Universidad de Berlín (en la actualidad Universidad Humboldt de Berlín) en el grupo de August Wilhelm von Hofmann, y en la Escuela Técnica Superior de Charlottenburg (hoy la Universidad Técnica de Berlín) con Carl Theodor Liebermann. Se casó con Clara Immerwahr en 1901. Haber comenzó su investigación con el propósito de cambiar el mundo inventando el fertilizante agrícola gracias al que se estima salvó a 4 mil millones de personas de la hambruna, sin embargo, al estallar la primera guerra mundial, aplicó sus estudios al desarrollo de armas químicas que costaron innumerables vidas. Clara también era una química y se opuso al trabajo de Haber en la guerra química. Se cree que después de una discusión con Haber sobre su implicación en la guerra, ella se suicidó. Su hijo, Hermann, nacido en 1902, más tarde se quitó igualmente la vida por avergonzarse del trabajo de su padre, la guerra química. Antes de iniciar su propia carrera académica, trabajó en el negocio químico de su padre y en el Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich con Georg Lunge.

Premio Nobel

Durante su estancia en la Universidad de Karlsruhe desde 1894 hasta 1911, Fritz Haber y Carl Bosch desarrollaron el proceso de Haber, que es la síntesis catalítica del amonio a partir del dihidrógeno y el dinitrógeno atmosférico en condiciones de alta temperatura y presión.
En 1918 recibió el Premio Nobel de Química por este trabajo.
El proceso Haber-Bosch fue un hito en la industria química, ya que independizó la síntesis del amonio y de productos nitrogenados, tales como fertilizantes, explosivos y materias primas químicas, de los depósitos naturales, especialmente el nitrato de sodio (salitre), del cual Chile era uno de los principales (y casi único) productores. La producción de nitrato natural extraído en Chile se redujo de 2,5 millones de toneladas métricas en 1925 (vendidas a 45 dólares por tonelada empleando a 60.000 trabajadores) a solo 800.000 toneladas en 1934 (a un precio de 19 dólares por tonelada empleando a 14.133 trabajadores).

Asimismo investigó las reacciones de combustión, la separación del oro del agua del mar, los efectos de absorción, la electroquímica y la investigación de radicales libres (ver reactivo de Fenton). Una gran parte de su obra desde 1911 hasta 1933 la llevó a cabo en el Instituto Kaiser Wilhelm para Química Física y Electroquímica en Berlín-Dahlem. En 1953, este instituto fue rebautizado con su nombre. A veces se le atribuye, erróneamente, la primera síntesis del MDMA (que fue sintetizado por primera vez por el químico de Merck KGaA, Anton Köllisch, en 1912).

Primera Guerra Mundial

Haber desempeñó un papel importante en el desarrollo de la guerra química en la Primera Guerra Mundial. Parte de este trabajo incluía el desarrollo de las máscaras de gas con filtros absorbentes. Además de dirigir los equipos de desarrollo de gas dicloro y otros gases letales para ser empleados en la guerra de trincheras. Haber se encargó personalmente de la liberación del gas letal por primera vez durante la segunda batalla de Ypres (22 de abril al 25 de mayo de 1915) en Bélgica a pesar de estar prohibido por la Convención de La Haya de 1907 (de la que Alemania era un país signatario). Los futuros premios Nobel James Franck, Gustav Hertz y Otto Hahn fueron soldados de gas en la unidad de Haber.

La guerra del gas en la Primera Guerra Mundial fue, en cierto sentido, la guerra de los químicos, y Haber se enfrentó a Victor Grignard, francés acreedor al Premio Nobel de Química. En cuanto a la guerra y la paz, Haber dijo una vez:
«En tiempos de paz, un científico pertenece al mundo, pero en tiempos de guerra pertenece a su país».

Su primera esposa, Clara, compañera química y la primera mujer que obtuvo un doctorado en la Universidad de Breslavia, se suicidó con un revólver en su jardín, posiblemente en respuesta a que Haber supervisara personalmente el primer uso con éxito del dicloro en la Segunda Batalla de Ypres, el 22 de abril de 1915. Se pegó un tiro en el corazón el 15 de mayo, y murió al poco. Esa misma mañana, Haber fue al Frente Oriental para supervisar la liberación de gas contra los rusos.

Haber fue un patriota alemán que estaba orgulloso de su servicio durante la Primera Guerra Mundial, por lo que fue condecorado. Incluso el káiser, Guillermo II de Alemania, le dio el grado de capitán, caso raro para un científico demasiado viejo para cumplir el servicio militar.

En sus estudios sobre los efectos de los gases venenosos, Haber señaló que la exposición durante mucho tiempo a una baja concentración a menudo tenía el mismo efecto (la muerte) que la exposición a una alta concentración durante un corto tiempo. Formuló una simple relación matemática entre la concentración del gas y el tiempo de exposición necesario. Esta relación se conoce como la regla de Haber.

Haber defendió la guerra del gas contra las acusaciones de que era inhumana, diciendo que la muerte era la muerte, por cualquier medio que se infligiera. Durante la década de 1920, los científicos que trabajaban en su instituto desarrollaron la formulación del gas cianuro Zyklon A, que se utilizó como insecticida, sobre todo como fumigante en los almacenes de grano. Los nazis refinaron el trabajo original de Haber en Zyklon B, una variante letal. Durante el Holocausto se empleó en las cámaras de gas en Auschwitz-Birkenau y en otros campos en la campaña nazi de exterminio de judíos, gitanos y otros considerados por el Tercer Reich como razas inferiores o no deseados socialmente.

Después de la guerra

En la década de 1920, Haber buscó exhaustivamente un método para extraer el oro del agua del mar y publicó una serie de trabajos científicos sobre el tema. Después de años de investigación, concluyó que la concentración de oro disuelto en el agua del mar era mucho menor que la informada por investigadores anteriores, y que la extracción de oro del agua del mar no era rentable.

El genio de Haber fue reconocido por los nazis, que le ofrecieron una financiación especial para continuar sus investigaciones sobre armas. Pero como fuera que a sus compañeros científicos judíos ya les habían prohibido trabajar en el Reich, dejó Alemania en 1933. Su Premio Nobel de Química, y las aportaciones posteriores a los esfuerzos de guerra de Alemania en forma de fertilizantes químicos, explosivos y municiones de veneno, no fueron suficientes para evitar la difamación final de su herencia por el régimen nazi.

Se trasladó a Cambridge, Inglaterra, junto con su asistente J. J. Weiss, durante unos meses, en los que Ernest Rutherford se negó deliberadamente a darle la mano por su implicación en la guerra con gases venenosos. Haber recibió el ofrecimiento de Chaim Weizmann para el cargo de director en el Instituto Sieff Investigación (ahora el Instituto Weizmann), en Rehovot, en el Mandato de Palestina, y lo aceptó. Salió de viaje a lo que es hoy Israel en enero de 1934, después de recuperarse de un ataque al corazón. Su mala salud mermó su capacidad de valerse por sí mismo y el 29 de enero de 1934, a la edad de 65 años, murió de insuficiencia cardíaca en un hotel de Basilea, donde se encontraba descansando en su camino hacia el Medio Oriente. Fue incinerado y sus cenizas, junto con las cenizas de Clara, fueron enterradas en el cementerio de Hörnli, Basilea. En su testamento ordenó que su amplia biblioteca privada fuera donada al Instituto Sieff.

La familia inmediata de Haber también salió de Alemania. Su segunda esposa, Charlotte, con sus dos hijos, se estableció en Inglaterra. Hermann, hijo de su primer matrimonio, emigró a los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. Se suicidó en 1946. Otros miembros de la familia de Haber murieron en campos de concentración. Uno de sus hijos, Ludwig (“Lutz”) Fritz Haber (1921-2004), llegó a ser un eminente historiador de la guerra química en la Primera Guerra Mundial y publicó un libro titulado La nube venenosa (1986).

Fuente: Wikipedia

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