Chiquita Levov – Texto y fotos
El Festival Israel 2022 se llevará a cabo este año en su 61 edición renovado en toda su programación y con muy nuevas ideas originales. Todo muy diferente a la tradición que se ha utilizado durante años anteriores. Ello se debe principalmente a que la producción artística del mismo está en manos de dos nuevos jóvenes directores artísticos: Itay Mautner y Michal Vaknin.
Se lleva a cabo bajo el liderazgo de Eyal Sher, que es hace varios años el gerente general del festival, y la flamante presidente de la Junta Directiva, la abogada Inbar Nacht, en reemplazo de Dan Halperin, que cumplió esta función durante muchos años. El programa este año es diferente, muy rico, innovativo, y con más montajes accesibles a gran variedad de audiencias. La fecha de su realización también es novedad, el festival tendrá lugar antes de Rosh Hashaná, entre el 15 y el 22.9, principalmente en las salas del Teatro Jerusalén.
Más datos en www.israel-festival.org
En un encuentro realizado en el acto de presentación del novedoso festival, Itay Mautner y Michal Vaknin nos dicen: “Cambio. Al final, de eso se trata. Un pequeño cambio, o uno dramático. Uno que es estético, o esencial. Un cambio tangible, o un cambio en el pensamiento. Cambio, o al menos un paso hacia él, eso es lo que buscamos. Queremos que las cosas se filtren, gota a gota, a su debido tiempo. Queremos que las cosas se muevan lentamente por los pasillos de nuestra conciencia y por el laberinto de nuestras percepciones e ideas preconcebidas. Al final, de eso se trata”. Itay agregó que la nueva dirección se postula como creadora y no como curadora, es decir que este año hay más producciones originales que las que se traen ya listas del exterior, como era tradición.
Eyal Sher nos dijo: “El festival de este año se caracteriza por una gran cantidad de propuestas originales concebidas por nuestro equipo artístico y desarrolladas especialmente para el festival por algunos artistas realmente destacados. Al mismo tiempo, después de dos años de presencia internacional limitada, debido a la pandemia, estamos encantados de presentar algunas gemas increíblemente inspiradoras del extranjero. Son días de tremenda emoción ya que todos estos tesoros artísticos “se encuentran” con el público”. Este año, el festival se llevará a cabo casi en su totalidad en el Teatro de Jerusalén y sus alrededores. Las salas, pasillos y espacios públicos se convertirán en un centro vivo y palpitante de eventos artísticos y creativos, invitando al público a preguntarse qué son y pueden ser las artes escénicas, qué significa ser público (o testigo), y cómo la creación artística puede afectar nuestras vidas.
En una mirada ligera a la novedosa programación nos enteramos de que el Festival se abre con la premiada obra “Sun & Sea”, en forma gratuita. Sigue con un espectáculo de danza de Theo Mercier y Steven Michel de Francia, una trilogía de piezas de teatro íntimas de EE. UU. y se cierra con una colaboración especial de músicos israelíes y de Turquía en el show “Night Train To Izmir una producción original de Shlomi Alon con Dudu Tassa, Barry Sakharof, y otros más. “Hilulla”, una celebración marroquí creada por Neta Elkayam y Amit Hai Cohen y otros montajes originales de Gon Ben Ari y Oren Fischer, con Renana Raz, Roni Kuban, Tal Friedman, Daniel Koren e Itay Zvolon, Kabareh y otros más. El Festival de Israel se produce con el apoyo del Ministerio de Cultura y Deportes, la Municipalidad de Jerusalén, la Fundación Jerusalén, la Fundación Beracha, Mifal HaPais, embajadas e institutos culturales.
Como parte de los esfuerzos continuos del Festival de Israel, para hacer que su programa sea accesible a la más amplia variedad de audiencias, se presenta en forma gratuita “Sun & Sea: una obra de ópera para un mundo que se hunde” tal como la describen sus creadores, Rugilė Barzdžiukaitė, Vaiva Grainytė y Lina Lapelytė. Ganadora del primer premio “Leon de Oro” en la Bienal de Venecia de 2019, que enfoca la crisis climática. Una playa, un mosaico de toallas, trajes de baño, botellas de protector solar, niños, paletas heladas, bolsas de plástico, vasos de papel, juguetes y mucha, mucha arena. Todo ello es lo que el espectador ve desde arriba, de pie en balcones de 4 metros de altura. “transportado entre lo mundano, lo satírico y lo surrealista”. Con una sofisticación elegante, un subtexto tortuoso y un compromiso honesto y directo por el cambio, la obra ofrece un punto de entrada apasionante, inquietante y espectacular al debate crítico sobre el clima. Se puede ver entre el 15 y el 19.9, con entradas limitadas.