Por Dr. Israel Jamitovsky
A medida que transcurren los días, afloran noticias que confirman aún más el cuadro aterrador que vivieron los rehenes liberados y que lamentablemente continúan soportando los que aún no obtuvieron su libertad. La tortura y acoso físico y psicológico a que fueron sometidos, pésimamente alimentados y padeciendo hambre, carentes de atención médica en casos que urgía prestarla, muchos de ellos encadenados y sumidos en túneles y en medio de una angustiante soledad.
Pero en todo este tétrico panorama, trascendió la observancia de la fe judaica y ciertas prácticas religiosas desplegadas por algunos rehenes que por cierto infundieron energía y ánimo en sus espíritus y en su entorno, fundamentales para afrontar la angustiosa coyuntura con la que se toparon y confiar en un futuro mejor. He aquí algunos ejemplos que se divulgaron, a saber:
Sapir Cohen relató que solía orar capítulos de los Salmos que fortalecieron su fe y su espíritu.
Shir Siegel señaló que su padre Keith Siegel durante la prisión fortaleció su identidad judía a través de breves oraciones que nunca pronunció anteriormente como la célebre oración Escucha Israel o la bendición posterior a las meriendas. Nadie intervino ni incidió en su decisión, ni siquiera textos a los que naturalmente no pudo acceder o acusar la influencia de terceros. Su hija agregó que cuando recuperó su libertad le preguntó qué alimento preferido quería para la primera cena sabática en libertad, su padre le respondió que lo principal era obtener un solideo y la copa para pronunciar la pertinente bendición sabática previo al inicio de la cena festiva.
Agam Berger precisó que los terroristas de Hamás le entregaron un texto de oraciones(Sidur en hebreo) que habían encontrado en Gaza y que les resultó de gran utilidad durante el cautiverio. Agregó que en el marco de sus posibilidades celebraron las festividades judías, en la Pascua Hebrea no ingirieron alimentos prohibidos por la tradición judía .Ayunó en el Dia del Perdón y en los Ayunos de Esther y del 9 de Av pese a que la alimentación cotidiana era pobrísima. Decidió igualmente observar el sábado e inclusive en diversas oportunidades sus custodias solían traerle velas y de tal manera pudo bendecir el sábado . En más de una oportunidad se negó a encender fuego durante la jornada sabática. No en vano, una vez liberada, en el avión que la condujo a Israel, elaboró sobre un pizarrón portátil la siguiente inscripción: Escogí la vía de la fe y retorno a la senda de la fe.
Ohad Ben Ami del Kibutz Beeri precisó que la fe en el Todopoderoso lo mantuvo enhiesto y lo salvó en tanto que Omer Shem Tov comenzó a observar el Sábado así como otros preceptos de la tradición judía.
Un proceso paralelo se registró en los familiares de los rehenes y lo interesante es que este despliegue fue de un signo autónomo, una decisión enteramente individual. Uno desconocía los cambios que estaban acaeciendo paralelamente en miembros muy cercanos de su familia. Fue una decisión por motu propio.En todos los casos, todos ellos no se redujeron a una mera afirmación de fe, sino al cumplimiento hasta donde era factible, de preceptos fundamentales de la tradición judía.
¿Proceso inverso o comprensible?
Este fin de semana en uno de los suplementos del semanario israelí Makor Rishón(Primera Fuente), el Rabino Ortodoxo Sionista Chaim Navon, planteó en cierto modo un cuadro inverso.Luego de elogiar cálidamente el quehacer desplegado por algunos de los rehenes invocados, acotó que tanto él como sus colegas rabinos fueron frecuentemente abordados por familias observantes y practicantes desde el comienzo mismo de sus vidas y educados en espacios religiosos a los efectos de obtener legitimación, el visto bueno y reducir de ese modo la observancia sabática durante el transcurso de la guerra, como ser a título de ejemplo, actualizarse de lo que estaba ocurriendo a través del teléfono celular durante el Shabat.
El Rabino Navon se apresura a aclarar que no pretende juzgar a nadie y mucho menos en tiempos de guerra, piénsese en la tensión natural de padres cuyos hijos e hijas sirven en distintos frentes de Israel. Señala que mientras que núcleos educados en la corriente sionista religiosa y que pertenecen a comunidades religiosas se toparon en estas circunstancias con dificultades y se sentían impedidos de cumplir totalmente la normativa sabática, por su parte rehenes que no crecieron ni se educaron en espacios religiosos y aún en condiciones infrahumanas, cumplían estoicamente preceptos de la tradición judía.
Todo ello naturalmente, sin perjuicio de recalcar-como lo ha hecho la prensa israelí- el enorme tributo que en esta guerra han pagado también los combatientes sionistas religiosos.
Conclusiones de futuro
Obviamente es prematuro extraer conclusiones de futuro. Por lo pronto se desconoce si la postura de los rehenes invocados representan la mayoría de ellos o se trata solo de una minoría. Habrá que ver igualmente si estamos ante un fenómeno circunstancial y coyuntural o por la entereza exhibida por estos rehenes, se trata de un paso definitivo y rotundo en sus vidas. Interesante será percibir en qué medida la fe y prácticas religiosas incidirán en el largo y complejo proceso de recuperación que están afrontando estos rehenes.
Aun así a nivel de la sociedad israelí, al parecer no se trata de casos aislados, sino de un proceso con proyecciones más amplias.Una encuesta promovida por el Instituto de Libertad y Responsabilidad de la Universidad Reichman de Israel, indica que en un 37% de la población israelí entre los 15 y 38 años de edad se produjo un aumento de la fe religiosa y otro tanto se registró en un 18% de la población adulta a partir de los 56 años de edad.